La tortura más grande de las presas y presos políticos es que no pueden ver a sus hijos
Episodio 108 |A Miguel Mendoza, cronista deportivo y preso político, lo tienen en una celda de 2 metros por 2 metros, con poca luz, a veces le dejan las luces encendidas 24 horas, con un servicio higiénico en mal estado y no le permiten leer nada. Pero la tortura más grande para Mendoza es no poder ver a su hija Alejandra, de 8 años. La dictadura no le permite recibir o enviar una carta de su hija, mucho menos un video. Este es solo uno de los tantos casos que existen entre los más de 150 presos y presas políticas. Según una psicóloga infantil, este tipo de separación tendrá consecuencias negativas en los hijos e hijas de estas personas.