Guatemala, la memoria colectiva del arte textil
- 20 Nov 2023
- 6:05 p.m.
- Guatemala
Recorrer las calles de Guatemala y algunos sitios históricos en el presente, es como viajar a una parte de la antigua Mesoamérica. El país chapín fue una de las cunas de la civilización maya, en sus raíces guarda un legado histórico y cultural que pese a la colonización todavía se conserva.
Rodeada de agua, volcanes y bosques tropicales, Guatemala es la protagonista de esta historia donde el arte de tejer, una tradición heredada de los mayas aún perdura en el tiempo, pese a las constantes denuncias de apropiación cultural y comercialización de este arte indígena.
El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA), señala que Guatemala tiene una población de 14.9 millones de habitantes, de los cuales 6.5 millones es decir un 43.75 % son indígenas.
A lo largo de la calle del Arco de Santa Catalina, ubicada en la ciudad colonial de La Antigua, Guatemala, se vislumbra la presencia de mujeres indígenas que con vestidos tejidos y de vistosos colores se acercan presurosas para ofrecer sus productos artesanales a personas extranjeras.
Esta escena se repite en varios puntos de la ciudad y es frecuente ver en el camino a niñas, jóvenes y adultas vestidas con indumentaria maya.
En la Quinta Calle Oriente de La Antigua, está ubicada la casa de Roselia Hernández, quien desde hace 30 años trabaja en la elaboración de textiles. “Mi mamá comenzó desde que era niña y hasta la fecha trabaja, hacemos caminos de mesa, servilletas, güipiles, manteles y chales; los güipiles llevan de tres a cuatro meses de trabajo, a veces puede durar más tiempo”, señala.
En el trabajo que realiza Roselia se refleja las particularidades del municipio de San Antonio Aguas Calientes donde las mujeres tejen a mano, utilizando la técnica ancestral llamada “telar de cintura”, lo que le permite combinar distintos colores en las piezas que elabora.
Diego Petzey, es integrante del Pueblo Maya Zutuhil ubicado en el occidente de Guatemala, de profesión periodista comunitario y artista textil, narra que parte de su vida la ha dedicado a investigar la memoria colectiva de su comunidad.
El pueblo Zutuhil está ubicado en Santiago Atitlán, donde se encuentra el Lago de Atitlán, una de las riquezas naturales de Guatemala. Este pueblo con un poco más de cincuenta mil habitantes, comparte la diversidad cultural con los pueblos Kaqchikeles y Quiché, “la mayoría de las personas que habitan acá tienen un legado artístico son pintores, tallan madera, trabajan la piedra, hacen trabajo textil, entonces existe toda una serie o formas de vida”, cuenta.
En medio de su plática, Diego argumenta que la indumentaria maya ha estado desde siempre, incluso antes de la llegada de los españoles, “a partir de todo ese tiempo fue evolucionando o fue perfeccionándose, en la actualidad todos los conocimientos y las formas de cómo se elabora la indumentaria sigue permanente, se siguen utilizando esas mismas técnicas, esos mismos conocimientos de hace 1500 años”, destaca.
Petzey asegura que existen alrededor de 117 diferentes trajes mayas categorizados en 22 tipos de textiles en todo el país, cada una de estas categorías corresponde a un grupo maya diferente y se clasifica según el idioma.
En Guatemala, las mujeres mayas son las que más visten la indumentaria indígena cotidianamente, en el caso de los hombres lo utilizan poco, aunque en algunos pueblos del Altiplano como en Todos Santos Cuchumatán, Santiago Atitlán y la Región Ixil, casi todos los hombres visten la indumentaria maya.
En las mujeres el güipil es la vestimenta representativa de la cultura maya. Según Diego Petzey, “las mujeres realizan los diseños basándose en la simbología maya del pueblo al que pertenecen; los diseños incluyen figuras de animales, volcanes, montañas, figuras prehispánicas y geométricas”.
Retratar la cotidianidad para convertirla en memorias
Una forma de narrar y escribir la cotidianidad
Lo valioso de la indumentaria maya es que plasma las formas de vida de estos pueblos. Diego cuenta que hay piezas textiles que se hacen a partir del calendario maya agrícola, otras representan los ciclos de la luna y hay textiles que se hacen a partir de una cotidianidad o lugares en particular.
En Zutuhil se bordan aves en la ropa de las mujeres y de los hombres como un homenaje a la zona donde habitan, considerada como la casa de pájaros o aves, “existe un poco más de 150 especies nativas del lugar y llegan muchas aves migratorias en determinado tiempo del año, entonces cuando llegaron los zutuhiles a este territorio también lo nombraron de esa manera, entonces nos denominamos o nos reconocemos como las personas que cohabitan en territorio de aves”, refiere Petzey.
Desde entonces las aves fueron plasmadas en la indumentaria como una forma de preservar la cultura, de mantener el legado y honrar la energía de los Tz'ikin o pájaros, relata Petzey.
En la indumentaria maya que se preserva en Guatemala no existe un patrón a seguir, sino que se retoman elementos importantes en la cultura, la espiritualidad, el sistema agrícola y se plasma en la indumentaria.
Conservar ante un mundo globalizado y capitalista
Mantener vivo los conocimientos ancestrales del arte textil es un reto. Petzey asegura que se ha logrado preservar gracias a la tradición oral. “Prácticamente el tejido para nosotros es una escuela, es una forma de vida, empezamos a aprender e interactuar con los textiles desde mucho antes de nacer, desde que nuestras madres están embarazadas, y a lo largo de que un niño o una niña va creciendo también se le empieza a explicar o a enseñar elementos del textil que tiene mucha relación con todo”, explica.
Aunque dice apesarado que por la globalización y el capitalismo la mayoría de las personas que mantienen o utilizan la indumentaria son las mujeres. “También tiene que ver el machismo, que un hombre tiene que utilizar jeans”, aunque reconoce que también convergen otros elementos que hacen que sean las mujeres quienes conservan muchos de los conocimientos del arte textil.
Diego señala que en la actualidad existen esfuerzos de varias organizaciones y pueblos para fortalecer los procesos de aprendizaje del arte textil en jóvenes, adolescentes, niñas y niños.
Agrega que desde el Estado no existe un apoyo directo para quienes se dedican a elaborar textiles, que vaya dirigido a preservar o fortalecer la indumentaria sino por el contrario, se ha generado procesos de despojo, de folklorización, de la utilización de las iconografías de los pueblos. “Para el proceso de industrialización o de comercialización, pretenden colocar en la imaginación pública que Guatemala tiene mucho color, tiene mucha arte, aunque paralelamente a eso están destruyéndolo”.
Petzey señala que la situación es estructural de racismo y discriminación que existe hacia los pueblos originarios. “El Estado los utilizar para mostrarlos como una forma de folklore, pero no los toma como sujetos y actores políticos”.
A criterio de Diego Petzey se deberían abrir espacios de diálogo y de aprendizaje, pero estos deben ir acompañados de instrumentos jurídicos que puedan proteger estos procesos de indumentaria. “Porque al final es una creación colectiva, es una creación que encierra mucho de los legados de los pueblos. Al no tener un marco jurídico ha dado lugar a que grandes empresas se aprovechen de estas iconografías textiles, lo comercializan a nivel internacional, con grandes líneas de moda sin reconocer la autoría colectiva”.
Mientras tanto, los pueblos mayas de Guatemala, siguen luchando contra el despojo, la utilización comercial de la cultura de los pueblos originarios, la violencia que amenaza sus derechos humanos y sus formas de vida.