Dictadura de Nicaragua afirma que acordó con el Vaticano liberación de obispos y sacerdotes
- 14 Ene 2024
- 3:35 p.m.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, afirmó a través de un comunicado que acordó con el Vaticano, dirigido por el papa Francisco, la liberación de 19 sacerdotes, entre ellos, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
“La Presidencia de la República, El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional y el Pueblo de Nicaragua, agradecemos profundamente al Santo Padre, Papa Francisco; a la Secretaría de Estado de la Santa Sede; a Su Titular, Cardenal, Su Eminencia Reverendísima, Pietro Parolin, y a su Equipo de Trabajo, por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos Obispos, quince Sacerdotes y dos Seminaristas”., afirma la dictadura.
El régimen asegura que los sacerdotes fueron recibidos por autoridades del Vaticano, “en cumplimiento de Acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la Paz y el Bien”.
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Esta es la lista oficial de sacerdotes desterrados: Rolando Álvarez, Isidoro Mora, Pablo Villafranca, Héctor Treminio, Carlos Avilés, Fernando Calero, Marcos Díaz, Silvio Fonseca, Mykel Monterrey, Raúl Zamora, Gerardo Rodríguez, Miguel Mántica, Jader Hernández, Ismael Serrano, José Sandino, Tony Palacios, Oscar Escoto, Jader Guido y Alester Sáenz.
A inicios de enero de 2024, el papa Francisco llamó a un dialogo con el régimen de Ortega y Murillo y lamentó la situación de persecución que viven los sacerdotes en Nicaragua. Desde el 2022, las relaciones entre Nicaragua y el Vaticano están suspendidas.
A raíz de esto, la dictadura desató una persecución contra sacerdotes. Solo en diciembre de 2023 13 religiosos fueron capturados, entre ellos el obispo de Siuna, Isidoro Mora. En Nicaragua hay una prohibición de facto que impide a los feligreses celebrar procesiones u otras celebraciones en las calles de Nicaragua.
De igual forma, los sacerdotes tienen prohibido hablar en sus misas de la situación de derechos humanos y persecución política.