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Zafra mortal

Caio | 04 Oct 2022

Zafra mortal

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Manuel Flores cortó caña desde los 15 años. Ahora tiene insuficiencia renal crónica; solo un transplante de riñón le salvaría la vida. • Foto: Manuel Flores cortó caña desde los 15 años. Ahora tiene insuficiencia renal crónica. Caio.

Desde hace algunos años, la insuficiencia renal está matando a los hombres de las comunidades de El Valle Menier y Río Medina, ubicadas al suroeste del municipio de Nandaime, departamento de Granada. Trabajaban cortando caña en el desaparecido ingenio Javier Guerra, y tras el cierre de este, en el Benjamín Zeledón de Rivas.    

Jairo Jiménez tiene 43 años y vive en Río Medina. Por varios años, se dedicó a cortar caña. Él sospecha que tiene insuficiencia renal. Los médicos no le han diagnosticado la enfermedad, pero le han confirmado que su riñón derecho tiene una mancha blanca. Desde 2019 dejó de cortar caña, pero el daño en su riñón es irreversible. Constantemente tiene infecciones, se cansa y el desvelo lo debilita. Los niveles de sodio bajan y suben. 

Jairo nos invita a realizar un recorrido por Río Medina. Mientras camina por un callejón de tierra señala las casas en donde han muerto otros cortadores de caña por insuficiencia renal. En el recorrido también nos topamos con otras personas que, según Jairo, tienen algún familiar que ha muerto por problemas renales o se realizan hemodiálisis. En 20 años, menciona Jairo, se le han muerto 10 familiares por problemas en los riñones. Todos eran cortadores de caña, enfatiza. 

Los riñones evitan la acumulación de toxinas y el exceso de líquidos en el organismo. Equilibran las sales y los minerales en la sangre, como el calcio, el fósforo, el sodio y el potasio. Producen hormonas que ayudan a controlar la presión arterial, glóbulos rojos y mantienen los huesos fuertes. La insuficiencia renal provoca que los riñones dejen de funcionar adecuadamente y, como resultado, la persona puede presentar hinchazón, generalmente en las pienas, los pies o los tobillos, dolores de cabezas frecuentes, producir poca orina, entre otros síntomas. 

Desde hace años, se ha denunciado que centenerares de hombres que trabajaban en los cortes de caña han desarrollado Insuficiencia Renal Crónica (IRC). Los casos de León y Chinandega, en el occidente de Nicaragua, son los más conocidos. 

De los casos de Nandaime casi no se habla, incluso en los medios de comunicación. Lo cierto es que, desde hace varios años, los hombres del Valle Menier y Río Medina, así como los de la comunidad vecina de La Calera, ubicada en el municipio de Santa Teresa, Carazo, estan muriendo lentamente por insuficiencia renal. 

Medina está ubicada aproximadamente a siete kilómetros al sureoeste de la cabecera municipal de Nandaime y limita con la comunidad de La Calera en Santa Teresa. Aunque no hay un censo, es secreto a voces que, muchos hombres padecen problemas renales. El presidente del Comité Nacional de Productores de Azúcar (CNPA), Mario Amador, dijo desconocer que en esta zona de Nicaragua hayan muchos casos de IRC.

El Mapa de Salud del Ministerio de Salud (Minsa) registró 537 casos de enfermedad renal crónica en el primer semestre de 2022 en el municipio de Nandiame, siendo la cuarta enfermedad crónica más frecuente. En el primer semestre de 2022, el Minsa reportó el fallecimiento de cuatro personas a causa de esta enfermedad en el muniicpio de Nandaime. Entre 2017 y el primer semestre de 2022, la enfermedad renal crónica, ha estado entre las 10 principales causas de muerte en Nandaime.  

 

El compañero de Janteth Dávila, madre de Jairo Jiménez Dávila, murió por IRC a los 45 años. Foto: Caio.

En el caso de Santa Teresa, Carazo, el Mapa de Salud, registra 154 casos de enfermedad renal crónica en el primer semestre de 2022, siendo la sexta causa de enfermedad crónica en este municipio. En el primer semestre de 2022, el Minsa registró dos fallecidos por esta enfermedad. 

 

El cultivo de caña de azúcar en Nandaime

El monocultivo de la caña de azúcar llegó al Valle Menier en los años 60. Este lugar era famoso por la producción de cacao que era utilizado para la producción del chocolate francés Menier.

La compañía McGregor inició la construcción del ingenio en los años 60, recuerda el presidente del CNPA, Mario Amador. En 1979, la empresa azucarera fue confiscada por el primer régimen sandinista y fue bautizada como ingenio Javier Guerra. En 1990 volvió a las manos de empresarios privados. Pero, a inicios del  2000, el ingenio quebró y quienes laboraban ahí tuvieron que buscar opciones en el Ingenio Benjamín Zeledón de Rivas, propiedad de la Compañía Azucarera del Sur (Casur).

Hemodiálisis para seguir vivos 

Manuel Antonio Flores vive en la comunidad de La Calera. Él fue diagnosticado con Insuficiencia Renal Crónica a los 30 años y desde hace seis meses, le hacen hemodiálisis, un procedimeinto que ayuda a filtrar las toxinas y el agua de la sangre, como lo hacían los riñones cuando estaban sanos. 

Manuel comenzó a trabajar desde los 15 años en los cañaverales del ingenio Javier Guerra. Su papá lo sacó de la escuela para ayudar a la economía de su empobrecida familia. No continuó sus estudios. Eso limitó sus opciones para encontrar otro trabajo y cuando el ingenio cerró, continuó cortando caña en Rivas, dice. 

“El proceso de la hemodiálisis es duro, no se lo deseo a nadie. Siento que esto no es vida. No puedo trabajar así”, se lamenta Flores. Un vecino también tiene insuficiencia renal e igual que él, se hace hemodiálisis, cuenta Flores. Los médicos le dicen que la única forma de salvarse es que se haga un trasplante de riñón, pero tiene pocas esperanzas. “Difícilmente alguien me va a dar un riñón”, dice Manuel, mientras llora.  

Los venenos

Un cortador de caña activo que trabaja para el ingenio Casur, habló con Onda Local, bajo anonimato. Menciona que el glifosato, es uno de los hervisicidas utilizados en los cañaberales del Ingenio Benjamin Zeledón de Rivas. Este herbicida ha sido prohibido en varios países del mundo por sospecha de ser cancerígeno. 

En 2015 el glifosato fue clasificado como “posible cancerígeno” por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC) una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un cañaveral en Nandaime que pertenece a un pequeño productor de caña de azúcar, pero la producción es comprada por el ingenio de Casur. Foto: Caio.

El cortador de caña afirma que la empresa CASUR brinda guantes y mascarillas a los trabajadores que aplican este herbicida. Sin embargo, en el ingenio Javier Guerra no todo el tiempo fue así. Jairo, quien trabajó ahí, afirma que los equipos de protección como guantes y mascarillas eran escasos. “Los capataces prácticamente obligaban a los trabajadores a aplicar estos venenos casi sin protección”, asegura.

Mario Amador, presidente del CNPA, la organización que aglutina a los cuatro ingenios azucareros de Nicaragua afirma que sí se aplica glifosato a los cañaverales con el objetivo de madurar la caña. “El glifosato está permitido por el Estado”, sostiene. Este veneno se aplica antes del inicio de la zafra o corte de caña.

“No existen pruebas de que el glifosato esté relacionado con la insuficiencia renal crónica”, expresa Amador, quien afirma que estudios científicos así lo demuestran. 

En la zafra, que ocurre entre noviembre y mayo, se necesitan 500 cortadores de cañas en los cuatros ingenios del país, afirma Amador. “El 95 por ciento de la caña se corta de forma mecanizada. Los cortadores se necesitan para lugares donde no pueden entrar las máquinas”, explica el empresario.

Amador señala que universidades de Estados Unidos como la Universidad de Boston y la Universidad de Colorado, las escuelas de Medicina de Nicaragua y el Minsa, han hecho estudios sin encontrar relación entre el corte de caña y la insuficiencia renal crónica. “El Minsa no tiene registrados en sus estadísticas a los enfermos de IRC en esa zona”.

Según el Comité Nacional de Productores de Azúcar, Casur tiene 13,575 manzanas de caña cultivadas. Onda Local intentó comunicarse con los representantes de Casur para hablar sobre el uso de agroquímicos y las medidas de protección de los trabajadores. La empresa tomó nuestro contacto y afirmaron que regresarán la llamada, pero hasta el cierre de este trabajo, seguimos esperando. 

El monocultivo

Tras la quiebra del ingenio Javier Guerra, los cañaverales desaparecieron en Nandaime. La teca llegó al Valle de Menier en 2006. La empresa Futuro Forestal, inició este cultivo. En 2012, la plantación pasó a ser administrada por la empresa EquiForest. Ésta, tiene sembrado 1,700 hectáreas de Teca en Nandaime, así como en otras fincas aledañas que pertenecen a Santa Teresa en Carazo.

El monocultivo de la teca rodea a Medina y otras comunidades. En estas plantaciones también se usan agroquímicos. Foto: Caio.

El medio de propaganda, El19digital, publicó en julio de 2022 que esta empresa genera “100 empleos en las diferentes áreas” en sus plantaciones de Nandaime y propiedades aledañas. La empresa anunció que sembraría 20 mil plantas de teca este año.

Jairo trabajó en estas plantaciones y relata que muchas personas de las comunidades fueron contratadas. Asegura que esta empresa también utiliza agroquímicos como el glifosato y un veneno llamado Counter. El counter está clasificado como altamente tóxico para humanos y animales y se debe evitar inhalar, ingerir o tocar.

Jairo explica que estos químicos se utilizan cuando se van a sembrar las plántulas de teca, ya que eliminan la maleza y plagas del suelo. Onda Local solicitó a Equiforest información sobre los químicos que usan y las medidas de protección de los trabajadores. La carta fue recibida, pero hasta la publicación de este reportaje, no recibimos respuesta.

Las causas del IRC

El nefrólogo o especialista en enfermedades renales, Orlando Granera, explicó que la insuficiencia renal crónica es una epidemia desde el sur de México hasta Panamá, ya que en estas regiones hay cañaverales. Es conocida como “nefropatia mesoamericana”.

Afirma que es casi seguro que donde hay cañaverales hay personas con enfermedades renales. Sin embargo, no existe un consenso de que esta sea la única causa. “Hay muchas hipótesis al respecto, pero todavía no hay una conclusión”.

Explica que los nefrólogos manejan una lista de posibles factores entre ellos, exposición a agroquímicos, ingestión de agua contaminada y la deshidratación por jornadas laborales largas e intensas. O bien una combinación de todos estos factores.

“Él único agroquímico que se ha demostrado científicamente que tiene relación con el daño renal crónico es el nemagón, pero fuera de ese, todos los estudios sobre otros agroquímicos fallaron en demostrar que fueran una causa directa”, asegura el nefrólogo Granera.

Sin embargo, señaló que hay algunas publicaciones que relacionan al glifosato con el daño renal agudo, pero no hay resultados concluyentes que lo asocien a esta enfermedad.

Este niño vive en El Porvenir, una barrio en la periferia de Nandaime, ubicado frente a un cañaveral. Las casas están expuestas a los agroquímicos que se esparcen al cultivo. Foto: Caio.

El glifosato es el agroquímico más usado en los cañaverales y otras actividades agrícolas

“Se pensó que los trabajadores agrícolas que se enferman de IRC lo hacen por la exposición a agroquímicos, pero se han sumado otros factores como la deshidratación”, destaca el especialista. 

El cortador de caña de Casur, bajo anonimato, revela que ellos tienen una jornada de ocho horas, reciben recesos o descansos, agua y suero que vienen en una bolsa en forma de boli. Los cañaverales se queman antes de cortarlos, supuestamente esto ayuda a que el corte sea más fácil. El cañero afirma que trabajan sobre la superficie quemada y expuesta al sol. “La temperatura es sofocante”, sostiene. 

¿Qué pasa con los riñones cuando nos exponemos al estrés térmico o la deshidratación?

Granera explica que en deshidratación el volumen de sangre que circula se reduce. “Todos los órganos funcionan con un volumen de sangre determinado. Cuando el volumen de sangre disminuye, también lo hace la presión arterial. Los riñones sufren una isquemia, es decir, poco aporte de oxígeno y esto puede desarrollar insuficiencia renal aguda o infección renal aguda por deshidratación”.

El nefrólogo agrega que, si “la corrección de la deshidratación ocurre pronto, el daño renal no se expresa tanto. Pero si la deshidratación ocurre con frecuencia, como sucede en las zafras, los cañeros posiblemente hacen lesión renal aguda repetitivamente, hay un momento en que el riñón queda lesionado permanentemente y desarrolla la insuficiencia renal crónica”.

Sin embargo, no excluye la influencia de los factores como agroquímicos y la contaminación del agua de consumo humano.

¿Contaminación del agua?

Pablo Narváez habita en Medina y es miembro del Comité de Agua de la comunidad. Explica que Medina se abastece de un pozo construido por la organización Save the Children. El agua es muy pesada porque tiene cal. En el fondo de los depósitos de agua quedan residuos blancos, eso es cal, asegura. 

Sin embargo, confirmó que nunca se ha hecho estudio sobre la calidad del agua en ese pozo. El cañaveral del ingenio Javier Guerra estaba cerca de las comunidades y ahora el monocultivo de la teca los rodea.

“No se ha hecho ese estudio para saber si hay alguna contaminación por los químicos que se usaron en el ingenio. No sé si será por falta de interés de las autoridades, porque si ya lo hicieron y encontraron alguna contaminación creo que ya nos hubieran dicho”, expresa Narváez.

No hay forma de comprobar que el agua sea el factor que provoque IRC, al menos, hasta ahora. Como asegura el nefrólogo Granera, solo es una posibilidad. Jairo afirma que, si la causa de la aparición del IRC fuera el agua, las mujeres y la niñez también serían afectadas, pero solo son los hombres que han trabajado en la caña los que se enferman de insuficiencia renal y mueren lentamente. 

Jairo no mandará a trabajar a sus hijos a los cortes de caña como su papá lo hizo con él. Desea que sus dos hijos vayan a la escuela. “Esta generación no necesita ir a cortar caña, esperemos que con eso se detenga esta pandemia”, manifiesta.

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