Reforma tributaria encarece la vida en Nicaragua
En 2020 se habla de una nueva reforma a la Ley de Concertación Tributaria. • Foto: Julio López / Onda Local
Casi un año después del inicio de la crisis social y política más grande de la historia reciente de Nicaragua, la Asamblea Nacional, subordinada al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aprobó una reforma a la Ley de Concertación Tributaria de 2012, la cual había sido aprobada con la venia de la elite empresarial del país. Como consecuencia inmediata, ha subido el costo de la vida en Nicaragua.
La reforma, que entró en vigencia el 28 de febrero de 2019, añadió impuestos a productos que antes estaban exentos como el arroz en calidad superior a 80/20, muchos de ellos, parte de la canasta básica, lo que inevitablemente ha impactado la economía de miles de familias nicaragüenses.
En peligro agudo economía de Nicaragua
En febrero de 2019, el precio de la canasta básica de 53 productos era de 13,414.7 córdobas, equivalente a 411.66 dólares al cambio oficial de ese día. Entre marzo y julio de 2019, la canasta básica aumentó en 741 córdobas, conforme el último dato publicado por el Banco Central de Nicaragua (BCN). En julio de 2019, el precio de la canasta básica era de 14,159.79 córdobas (425.73 dólares).
El Consejo Superior de la Empresa Privada, al conocer la medida del régimen de Ortega y Murillo, señaló que las reformas deteriorarían el nivel de vida de la población nicaragüense más vulnerable.
“El costo actual de la Canasta Básica, que en el mes de enero 2019 alcanzó C$ 13,500.80, se incrementaría considerablemente como consecuencia de las medidas tributarias que gravan bienes finales de la canasta básica y sus insumos, tales como: el arroz con calidad superior a 80/20, el aceite de semilla de algodón, la chuleta de pescado, pastas alimenticias, pan simple no tradicional, el jabón de lavar, detergente en polvo, pasta dental, fósforos, escobas, papel higiénico, toalla sanitaria, jabón de baño, desodorante y cepillo de diente entre otros”.
En 2019, otro golpe al bolsillo de las familias nicaragüenses es que el salario mínimo quedó congelado hasta el 29 de febrero de 2020. El presidente del Consejo Nicaragüense de Pequeña y Mediana Empresa, Leonardo Torres, aseguró que la medida fue para proteger el empleo y garantizar la estabilidad laboral.
“No se incrementará el salario mínimo. Nos volveremos a reunir el 29 de febrero del 2020”, publicó Torres en sus redes sociales.
En marzo de 2020 se actualizaron los salarios mínimos, pero siguen siendo bajos con relación al costo de la vida en Nicaragua.
Para el COSEP, la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, constituyó una medida recaudatoria que ignoró la realidad económica, pasando por alto que el país enfrenta una recesión económica, evidenciada en una contracción de la demanda, el aumento de costos operativos de los negocios, la disminución de la capacidad contributiva de los contribuyentes, la incertidumbre de los consumidores y los inversionistas, el deterioro de las finanzas públicas, el menor dinamismo de la actividad económica, la reducción del crédito y el deteriorado nivel de vida de la población más vulnerable.
El Cosep vaticinó que las reformas profundizarían la recesión económica de 2018. “Tampoco podemos obviar, que el alcance de la Reforma tiene un contrasentido social ya que agudizaría aún más la crisis sociopolítica que enfrentamos e invariablemente en caso de ejecutarse nos llevará a un mayor retroceso del crecimiento económico y desarrollo social del país, por cuanto generaría los efectos siguientes: Deterioro del nivel de vida de la población, descapitalización de las empresas, pérdida de competitividad de la agroindustria, disminución de la producción y productividad agropecuaria y estancamiento de la industria nacional.
Una evaluación de la reforma tributaria realizada por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) en conjunto con la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua, la Cámara de Industrias y la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Productos Farmacéuticos, encontró que la reforma a la ley de Concertación Tributaria cumplió su objetivo de aumentar la recaudación de impuestos respecto a lo que se habría captado si no se hubiese hecho la reforma.
El 26 de noviembre de 2019, la Asamblea Nacional, de manera sorpresiva y urgente, reformó el Presupuesto General de la República (PGR-2019) para elevar el Presupuesto General de Ingresos de C$ 69,751 millones a C$ 77,606 millones, lo que representa C$7,855 millones adicionales generados por la reforma tributaria.
De acuerdo con Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, (FUNIDES), el deterioro en la actividad económica continúa y el país finalizó su segundo año consecutivo en recesión. Agrega que, la proyección para la actividad económica en 2020 resulta en una reducción del PIB real de -1.1 por ciento, lo cual indica que la economía, al decrecer por tercer año consecutivo, continuará estancada.
Según el Banco Mundial, BM, (2019) Nicaragua mantuvo un buen ritmo de crecimiento de 4.6 y 4.7 por ciento en 2016 y 2017, respectivamente. Pero, debido a los “disturbios sociales y políticos que el país ha experimentado desde abril de 2018, la economía se contrajo un 3.8 por ciento en 2018”. Según los pronósticos del BM, para 2019 se esperaba un decrecimiento de -5.0 por ciento y una recuperación paulatina de 0.6 por ciento para 2021.
El organismo sostiene que “la violencia del último año (2018), la pérdida de empleos y una caída en la confianza de los consumidores y de las empresas, sumado a un declive en sectores como turismo y construcción, han tenido un alto costo social y económico, amenazando los amplios esfuerzos realizados para reducir la pobreza”.
Los indicadores del Banco de Datos de Pobreza Macroeconómica del BM, basados en el crecimiento proyectado del Producto Interno Bruto per cápita, se estima que la pobreza en Nicaragua aumentara en más de 3 puntos porcentuales entre 2016 y 2019.
Para FUNIDES, las medidas de política económica implementadas por el Estado de Nicaragua durante la crisis no han facilitado la recuperación de la economía. Se han concentrado en mantener un balance estable de las finanzas públicas, apoyar la liquidez del sistema bancario nacional y proteger las reservas internacionales. No han sido dirigidas a mejorar la capacidad de consumo e inversión de los hogares y las empresas, y a la generación y mantenimiento del empleo. La organización estima que la tasa de desempleo abierto aumentará de 7.0 por ciento en 2019 a 7.3 en 2020, lo cual implica que podría haber 10 mil nuevos desempleados este 2020, con lo que el saldo de desempleados al final del año, sería de 237 mil personas.
Un año después de la reforma tributaria, el resultado es que el único ganador ha sido el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en perjuicio de las familias nicaragüenses, al aumentar el desempleo y la pobreza; y las empresas, que vieron cómo disminuían sus ventas y su liquidez, mientras desmejoraba su perfil crediticio, y se elevaban sus costos operativos.
FUNIDES encontró que, el 42.0 por ciento de los negocios encuestados cerró operaciones durante al menos cuatro meses, por falta de clientes y por el contexto nacional, que incluye inseguridad, manifestaciones y contexto sociopolítico. También manifestaron que una de las medidas adoptadas fue la disminución de trabajadores. El 32.8 por ciento de los negocios que redujo personal ha realizado contrataciones en los últimos 6 meses, siendo nuevas incorporaciones (63.6%) y recontrataciones (28.0%). Este dato preocupa a FUNIDES ya que refleja una pérdida de capital humano, que había adquirido competencias técnicas en los últimos años y que el sector no está recuperando.
La investigación de Funides añade que “los negocios turísticos no sólo están enfrentando reducción en los niveles de venta, sino también un aumento en sus costos de operación”, debido a las medidas económicas implementadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Durante 2019, el Gobierno aprobó diferentes medidas económicas que incidieron en el nivel de costos, entre ellas el incremento en la tarifa de energía eléctrica, el aumento del aporte al INSS y la reforma tributaria. De acuerdo con los negocios encuestados, el 78 por ciento se ha visto afectado por el aumento en el costo de la energía eléctrica, el 44 por ciento por el pago de impuestos por bienes o productos que adquiere para la empresa y antes estaban exentos, y el 41.7 por ciento por el aumento del aporte al INSS. Otras medidas que han afectado a los negocios son el pago de aranceles al INTUR (15.7%) y la retención del Impuesto al Valor Agregado (IVA) (14.3%).
Sector cafetalero: “Reforma tributaria no debió aprobarse”
El café ha sido uno de los principales productos de exportación de Nicaragua entre 2017 y 2019. No obstante, a partir de la crisis sociopolítica iniciada en abril 2018, empezó a decrecer, según lo reflejan datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Aura Lila Sevilla, caficultora de Matagalpa, aseguró a Onda Local que la producción de café ha sido afectada por las reformas tributarias, ya que los insumos agrícolas como fertilizantes, fungicidas y plaguicidas aumentaron de precio.
“El 80% de los productores tenemos semiparalizada las fincas. Tenemos los trabajadores al mínimo. Si un productor de una finca grande tenía 200 trabajadores, en estos momentos puede tener 20 o 30”.
El temor de Aura Lila es que la mayor afectación se verá refleja en la cosecha de 2020. “Para 2020, si las condiciones continúan igual, posiblemente la cosecha o la producción de café se pueda reducir hasta en un 50%. Si continuamos y visualizamos hacia el futuro, si las condiciones siguen iguales, dentro de dos o tres años, gran parte de la caficultura de Nicaragua habrá desaparecido y eso tiene impacto nocivo. No solamente para la parte económica, sino que para la parte social y para la parte ambiental”.
Por su parte, Víctor Hugo Castillo, presidente de la Asociación de Cafetaleros de Matagalpa, considera que la reforma fiscal ha sido una estocada para la caficultura nicaragüense, ya que ha incrementado los costos de producción entre un 22 y 28%. “Esta reforma no debió haberse dado, no contribuye absolutamente nada a la caficultura, ni a ningún rubro agrícola de Nicaragua. Las reformas tributarias nos vienen a afectar muchísimo, porque no cubrimos nuestros costos. Más bien, deberíamos estar dando mayores fuentes de trabajo, pero al vernos afectados con esta reforma lo que hacemos es reducir nuestras labores, reducir personal para tratar de medio cumplir con lo que se le puede aplicar al café”.
Reformas agravan economía nicaragüense
Rosa Rizo, productora de café del municipio de San Rafael del Norte, Jinotega, coincide en señalar que los costos de producción del café se han elevado a raíz de las reformas tributarias. “Los fertilizantes, foliares y demás insumos agrícolas incrementaron sus precios, entonces nos está costando producir el café (…) Con la reforma fiscal que hubo, se le incrementó el impuesto, entonces tuvieron que aumentar el precio de los productos”.
Víctor Hugo Castillo considera que la única alternativa es revertir las reformas tributarias e incentivar la caficultura, bajando los impuestos. “Estamos ante una situación en donde estamos manos arriba y no podemos hacer absolutamente nada”.
Los distribuidores de insumos agrícolas estiman que en el país, con la Ley de Concentración Tributaria aprobada a finales de febrero de 2019, los precios de los fertilizantes aumentaron hasta en un 17% y los agroquímicos entre un 20% y 30%.
Sector cafetalero afectado por reforma tributaria
Debido a que los fertilizantes se encarecieron por la reforma tributaria aplicada el año pasado, para el ciclo agrícola 2019-2020 el volumen demandado en el país cayó en aproximadamente 220 mil quintales.
Negocios informales también afectados por reformas tributarias
Los pequeños negocios informales como tortillerías, artesanías, talabarterías, mueblerías y zapaterías también han sido afectados por las reformas tributarias, al haberse aumentado los productos e insumos necesarios para su producción.
Miles de mujeres nicaragüenses se ganan el pan de cada día a través de la venta de tortillas, pero la crisis y el aumento de impuesto les ha afectado. No les ha quedado otra alternativa que aumentar el precio por unidad. Antes se compraba una tortilla a dos córdobas, actualmente el costo es de 2.50. “Antes echaba medio quintal de maíz, ahora sólo estoy echando tres cuartillos de maíz. En vez de subir he bajado las ventas, han estado malas. A pesar que, hecho tres cuartillos, me quedan las tortillas y eso lo pierdo”, contó una señora del barrio Monimbó de Masaya.
Reformas tributarias y a la seguridad social impactan a la gente
El sector panadero reclama por el aumento en el costo de la materia prima por lo que han optado por fabricar unidades de pan más pequeños. “Para no subirle el costo se le baja el volumen y así no afectamos al cliente”, aseguró un panadero consultado por Onda Local.
Quienes se dedican a la talabartería aseguran que para mantener la competitividad y afrontar la crisis han tenido que innovar y buscar otros mercados. “Aquí casi no fabrican porta celulares, yo lo hago, pero lo vendo al lado del norte. En Masaya casi no se mueve la mercadería, más bien le vendo a panameños, costarricenses, hondureños; como está la situación, la gente de fuera es la que te puede comprar más”.
También conversamos con el propietario de una pequeña empresa de carpintería, quien considera que los costos de producción de han elevado. “La materia prima que utilizo ha aumentado, la energía eléctrica se me elevó a un 80% de lo que yo pagaba, hace dos años yo pagaba 1500 córdobas al mes, ahora sale de casi 2500. También ha aumentado el costo del material como pintura, selladores, pegamento, tornillos; se ha elevado en cantidades mínimas que, aunque no parezca, me afectan y la madera se está viniendo más cara”.
Al amentarse los costos de producción el dueño de la carpintería ha aumentado el precio de los muebles. “El cliente busca la manera de acomodar su bolsillo para que no le afecte. Busco cómo no aumentar al máximo sino a lo mínimo para que me quede algo de ganancia”.
En un negocio de zapatería de Masaya también perciben los efectos de la crisis y el aumento de los impuestos. Las medidas adoptadas han incluido trabajar con cuero sintético. “La pega amarilla y la pega blanca han aumentado bastante, pero la gente quiere los productos al mismo precio; tengo que asumir eso y me genera pérdidas; antes se ganaba más ahora se gana menos, pero para no dejar de trabajar, ahí estamos, tengo que conseguir el pago de las personas que trabajan conmigo también y eso lo logro”.
Para el economista Luis Murillo, estos efectos de la reforma fiscal, demuestran que fue una mala decisión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la cual fue tomada en el peor momento. “La reforma tributaria ha sido intemporal, se aplicó en el peor momento. Cuando un país está en crisis, en vez de hacer una política fiscal contractiva, más bien deberían de bajar impuestos para dinamizar la economía”.
Murillo es del criterio que la reforma tributaria ha servido para tapar baches, igual que la reforma a la seguridad social, pero esa media no resuelve el problema estructural. “Yo hago una separación de los problemas del país, en problema coyunturales y problemas estructurales. Uno de los principales problemas es que la matriz productiva de Nicaragua no se ha modificado en más de 150 años. Estamos en un siglo de globalización con una economía de carreta. De los 17 productos que tenemos, el 77% que son de exportación, tienen bajo valor agregado. El productor ha acostumbrado a fertilizar sus tierras con agroquimos y la reforma tributaria los afectó, les aumentó los costos y el intermediario les paga poco”.
En 2020 se habla de una nueva reforma a la Ley de Concertación Tributaria. El sector privado ve una posibilidad de que la Asamblea Nacional corrija las medidas que han descapitalizado a las empresas del país, y de esta manera, proteger el empleo.