Desaparecidos, “la tragedia discreta” entre quienes buscan llegar a Estados Unidos

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Aunque no hay cifras exactas se cree que varios nicaragüenses en ruta a Estados Unidos también han desaparecido, como otros centroamericanos. • Foto: Onda Local / Cortesía

Organismos mexicanos reportan unos 1, 500 migrantes desaparecidos de Honduras, El Salvador y Guatemala. De nicaragüenses no hay cifras, pero hay dos familias que buscan a un joven y a una mujer. Especialistas dicen que hay altos subregistros 

Hace un mes que los familiares de María Teresa Muñoz Cortez no saben de ella. Tiene 37 años y la última vez que se comunicó fue desde la ciudad Cobán, Guatemala, el martes 22 de febrero. El Servicio Jesuita para Las Migraciones (SJM-Nicaragua) ha hecho circular sus datos con la esperanza de que alguien reporte alguna pista sobre su paradero. 

El organismo que funciona en la Universidad Centroamericana, UCA, también pide en su red social ayuda para encontrar a Alexander Alberto Carranza Cuadra de 27 años, un chinandegano que desapareció desde el 21 de noviembre pasado. Dos desaparecidos en tres meses, es una mala señal para quienes ven de cerca el tema de las migraciones en el país. 

“Es posible que haya más de los casos denunciados, pero la gente no denuncia porque hay miedo a que quienes los tienen, les hagan un daño irreversible”, dice un consejero de trámites migratorios que pide hablar bajo anonimato. 

José Luis Rocha, especialista en temas de migración señala que sobre las desapariciones de nicaragüenses no hay estudios, por lo que tampoco es posible tener números exactos de casos. No obstante, cree que debido al estallido migratorio que el país vive desde comienzos de 2019, esta tragedia pudo haber crecido.   

El SJM-Nicaragua señala que tampoco maneja estadísticas, porque se concentran más en apoyar a los familiares que desesperados buscan a sus parientes perdidos en la peligrosa ruta hacia Estados Unidos. 

Crece drama

Este mes, las organizaciones no gubernamentales que apoyan a familiares de migrantes originarios de países que forman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica; Honduras, El Salvador y Guatemala, denunciaron que buscan a unos mil desaparecidos y que son solo los reportados. “Hay un subregistro de al menos la mitad de ese número que no se denuncia”, apuntó un voluntario de una de las entidades.

En Nicaragua, familiares de Edgar Josué Centeno Palacios, de 27 años que es originario de Condega, pasaron diez días sin saber de él. Fue gracias al apoyo de Texas Nicaragua Comunity y su red de voluntarios, que dieron con sus restos en una morgue de Texas. Lamentablemente, Centeno Palacios, pereció ahogado al cruzar el río Bravo con la intención de llegar a Estados Unidos.    

La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, informó el mes pasado que han recibido reportes de al menos unos 2,000 migrantes de diversas nacionalidades desaparecidos. Un reporte periodístico de comienzos de mes también señala que la Fundación para la Justicia y el Estado de Derecho en México, asistía a 51 familias de Honduras, 43 de El Salvador y 30 de Guatemala en la búsqueda de desaparecidos. A ese número, habría que agregarle las dos familias nicaragüenses que han ido al SJM en busca de apoyo. 

Dos jóvenes nicaragüenses desaparecidos.  El SJM-Nicaragua apoya a sus familiares en la búsqueda.  FOTO / CORTESÍA

“Desde el Servicio Jesuita a Migrantes Nicaragua, acompañamos a las personas migrantes y sus familias en diferentes ámbitos, uno de ellos es la atención legal en este tipo de casos, recepcionamos el caso, que el familiar comente la ruta migratoria y lo compartimos con organizaciones aliadas del país de destino para dar con el paradero del desaparecido. Es una realidad”, dice la organización consultada para este reporte. 

Muertos, esclavos o secuestrados

Las organizaciones no gubernamentales que apoyan a las familias no recomiendan denunciar a los desaparecidos en medios de prensa tradicionales. Creen que arriesgan la vida de las víctimas. Han visto más efectividad en las plataformas digitales como las redes sociales, por su masividad y la poca exposición de los familiares que hacen la búsqueda.  

Rocha, quien tiene más de 20 años trabajando el tema de las migraciones legales e irregulares considera que el tema debe preocupar a los Estados con las nacionalidades que se ven afectados en este fenómeno. Relata que fue en 2009 que el tema saltó a la opinión pública cuando empezaron a conocerse las fosas clandestinas donde los cárteles enterraban a los migrantes que atrapaban en sus territorios camino a Estados Unidos. 

 “Es una realidad lo que está pasando, debe preocuparnos”, dice el especialista. Si solo en 15 meses, de enero del año pasado hasta comienzos de marzo, al menos 112 mil 555 migrantes nicaragüenses han sido detenidos por autoridades de migración cuando intentaban cruzar ilegalmente a Estados Unidos, el tema debe atraer la atención de quienes gobiernan estos países, recomienda Rocha. 

El sufrimiento de ellas 

Maycé Mejía, socióloga de la Red de Mujeres contra la Violencia, dice que a la organización le preocupa, que sean mujeres en su mayoría, la cantidad de muertes reportadas en este mes entre los que se han ido del país rumbo a Estados Unidos y que haya a la fecha una mujer desaparecida.  “Si de siete migrantes que han fallecido, seis son mujeres, hay preocupación, ellas se están llevando lo peor en este drama”, comenta. 

Recuerda que, en muchos casos, ellas huyen de la violencia machista, de la pobreza y de las pocas oportunidades que el país les ofrece a ellas y a sus hijos. “Es trágico todo eso, debería ser un tema en la agenda de gobierno”, recomienda.

En las últimas dos semanas, cuatro mujeres perdieron la vida al intentar cruzar el río Bravo y llegar a Estados Unidos. Una de ellas era una niña de tan solo 4 años. Otra joven en estado de embarazo murió al pasar varias horas encerrada en un tráiler a bajas temperaturas que superaron los 40 grados centígrados. 

¿A dónde se los llevan?  

Pero, ¿Dónde estarían los desaparecidos? Rocha dice que las bandas de narcos que controlan los caminos hacia Estados Unidos por México, ven a los migrantes no como una fuente principal de ingreso, sino como “un extra”. “Entonces recurren al secuestro y llaman a sus familiares para extorsionarlos, piden hasta 5 mil dólares y cuando no pagan los matan”, explica. 

El especialista dice que hay investigaciones que han concluido que muchos desaparecidos fueron tomados de rehenes y llevados a campos de cultivo de drogas para que trabajen solo “por comida y aire”. “Claro les es menos rentable que las extorsiones, pero también ocurre, entonces la mujer o el hombre están ahí atrapados y nadie sabe de ellos por años”, explica Rocha. 

Explicó  que los territorios mexicanos menos controlados por las autoridades y que son en su mayoría fronterizos con Estados Unidos, tienen un solo dueño: los cárteles de las drogas. 

“Los migrantes no solo deben lidiar con las autoridades de migración que les hace la guerra para evitar que crucen, sino también con estos grupos que matan y viven de la muerte y de la tragedia de otros”, advierte el especialista. 

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