Viajan para disfrutar de la cultura y de la gente

Por Duyerling Ríos

Si el mundo está, como ahora está, patas arriba, ¿No habría que darle vuelta, para que pueda pararse sobre sus pies”. Eduardo Galeano.

La filosofía de Galeano parece aplicar el proyecto Nuestro Norte es el Sur que realizan la uruguaya Clara Torielli y la mexicana Beatriz Díaz. Ambas actrices, inspiradas en el dibujo “América invertida”, del uruguayo Joaquín Torres García, decidieron emprender un viaje en sentido contrario, en vez de viajar al norte, siguieron el sur a bordo de una combi (un microbús) de 1982 a la que llaman Casipea.

“Pensamos ir a Sudamérica, cuando generalmente las migraciones se dan hacia el norte. Tratar en el recorrido, en nuestros vínculos con la gente, de reforzar todo el lazo que tienen con su cultura, uno no va a una comunidad a enseñar, una primero va aprender”, asegura Clara.  

Beatriz comparte que emprendieron el viaje hace un año y ocho meses, desde Quintana Roo. El viaje incluye música, títeres, comida y talleres de reciclajes. Además del rescate de cuentos leyendas y las tradiciones orales de los lugares adonde llegan. “La intención es llegar a un lugar y también escuchar sus leyendas, las historias de los niños y hacer un intercambio, enriquecernos mutuamente y entregar algo nosotras en este camino”.

Poesía que se canta y zapatea

Parte de lo que comparten es el Son Jarocho, música tradicional del sur de Veracruz, donde se mezcla la cultural africana e indígena, que en los últimos años se ha propagado en México y en otros países de Latinoamérica.  Después de deleitarnos con La Morena, explican que los instrumentos que generalmente utilizan para tocar el Son Jarocho es la Jarana, desde la más chiquita que es el chaquiste, el mosquito, la jarana primera, segunda y tercera, guitarra de son, el arpa, violín, pandero y una quijada. 

Clara y Beatriz tocan en parques, calles, plazas, mercados de las ciudades y pueblos a los que llegan, sin cobrar. Las encontramos en la Cotran Sur de Matgalpa, cantando.

Titiriteras

Clara y Beatriz también forman la Compañía de Punchileros Títeres, que nació en 2011. “Al integrar un personaje que es un títere jaranero con la intención de transmitir esa música, los versos en toda Centroamérica y Sudamérica”, narra Beatriz. 

Disfrutar del paisaje, de las aves, la gente y presentar una obra, es parte de la rutina de las viajeras. Parte de lo bello del viaje, cuentan, es “cuando uno está en la ciudad e inmersos en el día a día a veces se olvida de todo lo que hay alrededor”.

Reciclaje

Sus títeres son reciclados, una cultura que quieren trasmitir a niñas y niños, por eso imparten talleres de elaboración de títeres y juguetes con material reciclado. Dos objetivos las mueven, “reciclaje para disminuir la contaminación y para que niños y niñas puedan inventar algo nuevo para jugar, al mismo tiempo están reciclando y recuperando algo. En vez de estarse comprando un juguete de plástico, gastar dinero y consumir, están creándolo y promoviendo la creatividad”. Ambas titiriteras están convencidas que la creatividad es una de las grandes herramientas para que las y los niños sean críticos.

La combi (el microbús) cruzará Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile…  en el camino surgió la idea de registrar el viaje a través de cuentos y fotografías.  Dejan pequeñas familias en cada lugar, para ellas, lo más hermoso.

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