Nuevo caso de femicidio: Persiste grave situación de la violencia de género en Nicaragua

Raquel Benigna Orozco Blandón, de 36 años de edad, era madre de dos niñas de siete y nueve años respectivamente. Se convirtió el pasado fin de semana en la primera mujer asesinada del mes de septiembre en Nicaragua.

Orozco fue asesinada la tarde del pasado sábado 03 de septiembre por su pareja José Noel Jarquín López. Jarquín utilizó un machete para quitarle la vida a Raquel.

Los hechos ocurrieron en la comunidad de Sumubila, ubicada en el municipio de Rosita, en el Caribe Norte de Nicaragua, la víctima era originaria del municipio de Waspam.

El caso es el femicidio número 43 en lo que va del año, según cifras del Observatorio Voces, que cerró en 42 víctimas de femicidio el mes de agosto. Mientras tanto, se desconoce el paradero del femicida Jarquín.

La semana anterior, Heyling Karina García Vásquez de 32 años de edad, fue asesinada por su pareja José Andrés Sandoval. La noche del miércoles 31 de agosto en Bosques de Xiloá, García murió como producto de asfixia generada por Sandoval. El cuerpo sin vida de García fue descubierto hasta el día siguiente, mientras el femicida estaba junto al cadáver tomando licor.

En Nicaragua, los femicidios continúan en aumento y no hay perspectiva de que el panorama cambie en un futuro cercano. El Estado no juega ningún papel protagónico en la búsqueda de soluciones ante la problemática.

En el año 2018 la Organización Católicas por el Derecho a Decidir registró 61 víctimas de femicidio, en el 2019 la cifra aumentó a 63 casos; en el año 2020 incrementó a 71 casos, y en 2021 se repitió la misma cantidad de víctimas.

Católicas por el Derecho a Decidir, responsabilizó al régimen de Daniel Ortega por no ejercer acciones, ni políticas para hacer justicia. “No hay voluntad política, estamos ante un país que no castiga a los agresores. La violencia de género cada día crece y siempre salen con que están inaugurando comisarías, y esto no ha frenado los femicidios por lo que solo es estructura” señaló Martha Flores, coordinadora de esta organización.

El cierre de muchas organizaciones que trabajaban estos temas, pone en peligro a las mujeres, ya que el Estado no cuenta con personal especializado y no realiza esfuerzos profundos desde la educación, para erradicar la violencia de género, agregó Flores.  

 

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