La purga orteguista
- 28 Oct 2022
- 2:55 p.m.
La Gran Purga de Stalin en la Unión Soviética fue una época de represión que se dio entre 1935 y 1939, principalmente. En 1955 ocurrió uno de los últimos complots de Stalin para purgar a un grupo judío de médicos.
Un número indeterminado de víctimas dejó esta acción del dictador que tuvo como objetivo tener el poder absoluto.
Stalin secuestró, torturó y ejecutó a integrantes del Partido Comunista y del Ejército Rojo; así como a personal médico de Rusia y personas opositoras.
Las recientes acciones de la dictadura de Daniel Ortega en contra del exvocero de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Roberto Larios y de la exmagristrada de esta institución, Ileana Perez, altos cargos dentro del partido Frente Sandinista recuerda la Gran Purga de Stalin.
Larios está preso en la prisión de El Chipote supuestamente por traicionar al partido proporcionando información confidencial del quehacer de la CSJ. Mientras que en el caso de Pérez, se menciona que obedece a una pelea por el control de la Corte Suprema.
Marlon Saenz, un fanático y adulador del dictador, pero que se atrevió a criticar las acciones del partido y de Rosario Murillo, fue capturado y procesado, supuestamente por tráfico de drogas y portación de armas. Este es otro ejemplo más de purga. El trato a las personas opositoras ha sido cruel, algunas están detenidas, torturadas psicológicamente, desterradas y asesinadas.
Hay varios aspectos para establecer una comparación entre La Gran Purga de Stalin y la purga que ejecuta el régimen de Ortega.
Ya había mencionado el objetivo de Stalin que era tener el poder absoluto. Este también es el de Ortega y Murillo. Otro, es que quienes integran el partido sigan las órdenes del centro.
Marlon Saenz no fue capaz de tener la “disciplina” que exige el régimen a sus bases y vemos los resultados.
De igual forma, Humberto Pérez Largaespada, militante sandinista en Jalapa, fue detenido en agosto de 2022 por oponerse al candidato para alcalde que fue impuesto por sus líderes. Hasta ahora no se sabe si ya fue liberado.
Quien no sigue las orientaciones del partido le espera la cárcel. No podés cuestionar.
Stalin permitía que la familia de cualquier persona sospechosa de conspiración fuese detenida, ya sea papá, mamá, hermana, etc.
En las últimas acciones represivas de la dictadura vimos eso, específicamente en el caso de Andrea Margarita del Carmen, exdirectora de PEN Nicaragua, a quien la dictadura acusó de traición a la patria, pero cuando la policía llegó a su casa y no la encontró, secuestró a su hijo Gabriel Alfonso López.
Stalin acusaba a las personas de organizar ataques terroristas para destruir el poder del Kremlin. El obispo de Matagalpa Rolando Alvarez, fue acusado de provocar actos que atentan contra la paz de Nicaragua y posteriormente fue apresado.
Stalin y su aparato represivo fabricaron los casos o manipularon las circunstancias en contra de la persona a la que querían purgar. La dictadura fabricó todos los delitos por los que se acusan a las personas presas políticas.
Un ejemplo claro de manipulación de circunstancia fue el caso del Padre Manuel García, párroco de la iglesia Jesús del Nazareno de Nandaime, que por provocación de personas fanáticas sandinistas salió con un machete en la mano a reclamarles por el acoso. La justicia sandinista lo condenó a dos años de cárcel por amenazas contra sus militantes.
La Gran Purga de Stalin quizás no se parezca a la de Ortega en los costos humanos, ya que la represión de Stalin dejó un número indeterminado de muertos. Sin embargo, los métodos que usa el régimen son los mismos.
La purga stalinista tenía base en una supuesta defensa contra el fascimos, el zarismo y el capitalismo, que querían destruir la revolución.
Ortega justifica sus atrocidades en nombre de la defensa de la soberanía que es amenazada por “los vende patria financiados por el imperialismo yankee”. Es importante mencionar que la purga del orteguismo no comenzó este año, sino que la viene ejecutando desde que tomó el cargo de presidente en 2007.
Lo hizo en el mismo partido con los casos de Herty Lewites y Nicho Marenco, en el ejército al descontinuar el relevo de mando del Estado Mayor de Ejército de Nicaragua, misma estratégia que aplicó con la policía.
Ya se conoce lo que ha hecho con personas líderes de la oposición. La purga continúa y, parece que, continuará.