Derechos digitales: Riesgos y medidas a tomar en la cotidianidad virtual
- 25 Ago 2024
- 6:00 p.m.
"Los riesgos de espionaje por parte del régimen orteguista es una preocupación real para la población nicaragüense". • Foto: CANVA / Onda Local
Con cada click, la era digital nos lleva por caminos insospechados. Las posibilidades de hacer, conocer y aportar en la red mundial crecen de manera acelerada. Una persona que ingresa al internet desde su teléfono móvil, entra a un universo de información que parece no tener límite. Pero cuidado, porque la conexión al mundo virtual tiene algunos riesgos que, si no son tomados en cuenta, el navegar por la red podría convertirse en una desagradable experiencia.
PODCAST: El reto familiar de la internet segura para hijas e hijos
En 2004, Facebook llegó para cambiar la vida que conocíamos. La plataforma permitió que las personas, aún distanciadas por cientos de kilómetros se conectaran e interactuaran como nunca imaginamos. En la actualidad esta plataforma cuenta con al menos unos 3 mil 065 millones de personas usuarias activas – un tercio de la población del planeta, estimada en 9 mil millones. El crecimiento de Facebook ha significado el adiós definitivo para las llamadas telefónicas convencionales, la escritura de cartas y el uso del correo postal. Pero sus posibilidades siguieron sorprendiendo en los siguientes años con las innovaciones de la plataforma y el desarrollo de los dispositivos inteligentes.
Desde entonces las personas tenemos doble vida, una “vida real” y otra “vida virtual”. Personas adultas, niñez y de la tercera edad comparten en línea sus actividades y emociones de alegría o tristeza en con relativa libertad. Pero qué tan libres se puede ser cuando en el mundo virtual también convergen usuarias o usuarios bajo anonimato, perfiles falsos, aplicaciones programadas para vigilar nuestras acciones, gustos y preferencias.
En respuesta a los diferentes desafíos de seguridad que implica la conexión a internet, las Naciones Unidas (ONU) se refiere a los Derechos Digitales, los que interpreta como reglas equitativas para proteger a las personas usuarias en el ciberespacio. Estos derechos consisten particularmente en que las personas tengan libertad de expresión, protección de la privacidad y garantías de protección de sus datos personales.
En el caso nicaragüense, estos derechos están amenazados. Desde la crisis sociopolítica de 2028 en el país, activistas por los derechos humanos y personas que realizan la labor de informar, han resentido la persecución estatal incluso en este ámbito. Expertos en derechos digitales han expresado profundas preocupaciones sobre las “violaciones a la libertad de expresión” que enfrenta la población nicaragüense, incluso en plataformas digitales, donde opera personal al servicio del régimen de Daniel Ortega.
Yader Valdivia del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más (NN+), ha destacado varios puntos críticos en relación con las prácticas del gobierno Orteguista, tales como restringir y controlar las “comunicaciones digitales y físicas de la ciudadanía”. Esas prácticas incluyen “el hackeo de cuentas digitales de medios de comunicación y activistas, hasta la vigilancia mediante herramientas tecnológicas rusas y chinas como las antenas captcha”. Al respecto se conoce que esta tecnología la permite al régimen de Nicaragua interceptar información de la emisión de señales y características de los dispositivos celulares, tablets o computadoras utilizadas por la ciudadanía para comunicarse.
Valdivia mencionó que el Colectivo NN+, ha documentado casos de “allanamientos sin orden judicial”, donde la policía al servicio del régimen “confisca” dispositivos electrónicos para revisar su contenido. De esta forma, se violentan diferentes aspectos de los derechos digitales como las intimidad, seguridad o libertad. Los mismos derechos están recogidos en la Constitución Política de Nicaragua, que una tras otra ocasión continúa siendo trastocada por la dictadura.
“Es preocupante la erosión de los derechos digitales y humanos en Nicaragua, donde la vigilancia y el control estatal han creado un clima de temor y autocensura entre la ciudadanía”, manifestó Valdivia.
Por su parte “Norma”, con amplia experiencia en seguridad digital, declaró que además de la violación a la privacidad y la libertad de expresión en Nicaragua a través de plataformas digitales, hay un perfilamiento hacia las víctimas. “Me he dado cuenta, por diferentes fuentes de que la policía hace perfilamiento de redes sociales, investigan a la gente que detienen, investigan quienes son sus contactos en las redes sociales con quienes hablan”.
La experta, crítica la falta de protocolos legales de parte del régimen, para solicitar información a operadores de telefonía de internet. “Obviamente ningún operador telefónico va a arriesgar su operación de millones de dólares pidiéndole al Gobierno que sigan el protocolo legal que deberían de seguir,” dijo.
Tanto Yader como Norma, coincidieron en que, los riesgos de espionaje por parte del régimen orteguista es una preocupación real para la población nicaragüense. Norma advierte que las capacidades técnicas del gobierno para espiar servicios de mensajería de texto y redes sociales están bien documentadas. Lo cual representa “un peligro claro para la privacidad personal y la seguridad de la información sensible”, refirió.
Las malas prácticas al navegar por la red
Pero los riesgos no solo provienen de acciones gubernamentales directas como forma de represión a la libertad de expresión, sino también de las malas prácticas de seguridad de las personas, que son en su mayoría el principal factor de riesgo. Al respecto Valdivia enfatizó que es crucial que los ciudadanos a manera personal tomen medidas para proteger su información y privacidad en línea.
Para disminuir riegos, Norma y Yader coincidieron en que la ciudadanía debe atender con seriedad los siguientes aspectos:
- Actualizar de forma regular sus dispositivos
- Usar contraseñas fuertes y únicas
- Realizar configuraciones adecuadas de la privacidad en redes sociales
- Usar VPN para cifrar las conexiones a internet.
- Estar pendiente de actividades sospechosas para denunciarlas oportunamente.
En estos tiempos, cuando gran parte de nuestras vidas está frente a una pantalla, se debe recordar que no todas las interacciones que se realizan son ante “amistades” o “seguidores”. Cuidado porque alguien o algo nos puede estar vigilando por razones no convenientes, por lo que tu seguridad podría verse comprometida; y estar consciente de ello es el primer paso para prevenir experiencias desagradables.