Ortega no olvida pesadilla que vivió en 2018
- 03 Sep 2024
- 11:10 a.m.
La pareja dictadora de Nicaragua, junto a su cómplice e incondicional, Julio César Avilés, jefe del Ejército, durante el acto de celebración del 45 aniversario de la institución armada. Foto: CCC.
Una vez más, como en la mayoría de apariciones públicas, el dictador Daniel Ortega, recordó cómo las protestas cívicas de 2018 lo pusieron en jaque, y que tuvo que desatar la violencia extrema contra la población manifestante para librarse de una potencial salida del gobierno, dado el hartazgo expresado por la ciudadanía a través de marchas y tranques a lo largo y ancho del país.
El tirano de Nicaragua retomó su recurrente discurso del “intento de golpe de Estado”, este 2 de septiembre, en ocasión de la celebración de 45 aniversario del Ejército. En su arenga el dictador también culpó una vez más a Estados Unidos de querer “acabar con el gobierno revolucionario”.
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“No podemos olvidar, no podemos olvidar el año 2018” repitió en su perorata un Ortega evidentemente castigado por el peso de los años. El dictador calificó las expresiones de protesta de miles de nicaragüenses como algo “doloroso, fatídico, donde se juntaron todos los demonios.”
“Todos sabemos cómo en el año 2018 los Estados Unidos montaron un intento de acabar con el gobierno revolucionario preparando, entrenando, organizando, utilizando organismos no gubernamentales, utilizando la tecnología para lanzarse en contra del pueblo” vociferó el dictador durante el acto de conmemoración del aniversario de la institución armada leal a la dictadura.
Ortega también la arremetió contra la Iglesia Católica
El tirano tampoco dejó pasar la oportunidad para atacar nuevamente a la Iglesia Católica y sus líderes a quienes tildó de terroristas, y los culpó de organizar un diálogo nacional en el que la jerarquía de la iglesia estaba a favor de que se mantuvieran los tranques. “Cuando preguntaban quienes estaban a favor de mantener los tranques, levantaban la mano todos los bandidos que estaban con esos curas. Y los curas levantando la mano” recordó el dictador.
Ortega hizo alusión directa al obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez y de manear indirecta al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez. “Había unos cuantos curitas, el cura Báez y el otro, el de Matagalpa” dijo a los que seguidamente llamó terroristas.
Admitió uso indiscriminado de la fuerza para sofocar las protestas
Ortega también confesó una vez más que ordenó neutralizar las manifestaciones pacíficas y desalojar los tranques por la fuerza. La acción llamada “operación limpieza” dejó al menos 355 personas asesinadas según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizado luego de investigar, documentar y sistematizar los hechos.
“La gente estaba pidiendo y preguntando por qué la policía no desalojaba los tranques (…), y llegó el momento en el que se dijo que no había más que desalojarlos. Se desarrolló un operativo relámpago” manifestó el tirano. Durante dicho operativo la policía orteguista con el apoyo del Ejército y grupos paramilitares cometieron crímenes de lesa humanidad contra el pueblo nicaragüense. El informe de la CIDH constató que el régimen de Ortega hizo uso excesivo de la fuerza, “incluyendo la fuerza letal por parte de agentes estatales y fuerzas parapoliciales."
De igual forma la violencia estatal está registrada en los informes emitidos por El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua GHREN. Ambas instancias fueron expulsadas por Ortega por no estar de acuerdo con sus conclusiones.
Más de 300 ascensos en diferentes grados militares
Durante el acto del aniversario del Ejército, fueron ascendidos de grado más de 300 militares en todos los rangos. Entre estos 6 generales de brigada, 24 coroneles, incluyendo a la hermana del jefe del Ejército, Alma Celeste Avilés. También fueron ascendidos 32 tenientes coroneles, 33 mayores y 80 capitanes, sin dejar fuera ascensos de menor rango.
El Ejército tiene previsto para este 3 de septiembre un desfile militar en la Avenida Bolívar para exhibir sus tropas y armamentos.