Policía parcializada
- 17 Jul 2018
- 11:33 a.m.
- Managua
El pasado lunes 16 de julio, el Comisionado Ramón Avellán, II Jefe de la Policía Nacional, dijo que entrarían a Monimbó al precio que fuere. Como obedeciendo lo dicho por Avellán, un paramilitar vestido de verde, dijo en Catarina ante un grupo de simpatizantes del partido de gobierno que portaban banderas rojinegra, “si se atreven a poner un solo adoquín, les volamos la jícara (cabeza) […] nosotros somos disciplinados”.
Este martes, oficiales de la Policía coordinados con grupos paramilitares uniformados de celeste -ya no de verde- acribillan a la población desarmada de Monimbó, gracias a la superioridad militar que les caracteriza.
Ayer, en comparecencia pública, nota publicada en la web de la Policía Nacional, “en cumplimiento a lo orientado por el Presidente de la República y Jefe Supremo de la Policía Nacional, Comandante Daniel Ortega Saavedra” el Comisionado Mayor Luis Pérez Olivas, Jefe de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), popularmente conocida como El Chipote, informó que dicha institución desarrolla “planes para asegurar el orden, tranquilidad y seguridad de las familias nicaragüenses”.
La aparición del jefe de la DAJ se dio un día después que asediaron durante 15 horas a más de 200 estudiantes, periodistas y sacerdotes de la iglesia La Divina Misericordia, sitio donde se habían refugiado los estudiantes al ser atacados por fuerzas policiales y paramilitares en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua, con la autorización del ingreso a dicho recinto por la Rectora Ramona Rodríguez.”
La PN asegura en su comunicado que quienes abandonaron la UNAN-Managua ocultaron pertrechos militares en la iglesia La Divina Misericordia. Relatan que la caravana que se organizó para sacar a los estudiantes “fue organizada y protegida por autoridades de la iglesia católica”.
Según Pérez Olivas recibieron denuncias de la ciudadanía que vive en los alrededores, de delitos “realizados por grupos de encapuchados con armas de fuego y artesanales”. El jefe policial llamó “delincuentes” a las y los universitarios que se mantenían atrincherados en esta Alma Mater y les acusó de ocupar “de manera ilegal las instalaciones”.
Para la Policía Nacional dichos grupos realizaban delitos como asesinatos, robos con intimidación, robos de armas de fuego, robos de motocicletas, secuestros, entre otros, pero sólo mencionan el asesinato del guarda de seguridad José David Oviedo y el robo con intimidación a personal de seguridad de la Embajada de Estados Unidos, robando camioneta Toyota, placa CD-0207, sin que dicha entidad de haya pronunciado al respecto.
No dicen nada de los dos estudiantes asesinados ese mismo día. Ni de los ciudadanos a quienes les fueron robadas sus pertenencias por los estudiantes, aseguran.
Mencionan el robo de dos pistolas Glock, calibre 9 milímetros, pero sin identificar el lugar del hecho ni la procedencia de las mismas.
Ese día se logró la detención de Irvin Donaldo Escobar Ortiz, 29 años, Blanca Lisseth Cajina Urbina, 25 años conyugue de Irvin, Crisffer Steven Busto Morales, 21 años, David Salvador López Artola, 19 años y Cristofer Josué Bravo, 18 años.
Admiten que detuvieron a cinco ciudadanos, a quienes dicen se les ocupó una pistola, un cargador y 11 cartuchos, dos fusiles mira telescópica, una escopeta calibre 12 con tres cartuchos y dos armas artesanales. El mismo día capturaron a un grupo de seis jóvenes, dice Oliva que son parte de los “grupos delincuenciales” que se encontraban en la UNAN-Managua, a quienes asevera se les ocupó un rifle y dos escopetas. Entre las personas detenidas figura una joven de 18 años.
Peligrosamente, la Policía ha dicho que el grupo de estudiantes atrincherado en la UNAN pertenece a la pandilla “La Argentina”. No obstante, los estudiantes han dicho públicamente que las personas que habitan alrededor del Recinto Universitario son testigos que los paramilitares fueron quienes hicieron destrozos en la UNAN-Managua. También responsabilizan a las autoridades universitarias de todas las muertes.