Casa por cárcel para Carlos Silva: Condenado por quemar “árbol de la vida”

El basquetbolista Carlos Silva juega con su perro en el porche de su casa. No se sabe quién esta más feliz, si el perro o él, después de ocho meses de no verse, porque Silva fue encarcelado y condenado a dos años de prisión por el régimen Ortega-Murillo, se le acusó de participar en la quema de un "árbol de la vida", conocidos popularmente como chayopalos, ubicado en la rotonda universitaria Rigoberto López Pérez, en mayo de 2018.

“A las dos de la mañana llegaron los funcionarios y nos dijeron, levántense que hay una lista que vamos a ir llamando y van agarrando sus cosas porque van libres”, así le dieron la noticia que su vida carcelaria pasaba a libertad condicional.

Silva cuenta que en la galera 16-1, donde estuvo encerrado, se despidieron entre besos y llantos. Confiesa que no se resignaba a estar preso. “Era demasiada injusticia. Yo tenía la esperanza que la justicia era transparente pero no”. A partir de unas fotos que subió a Facebook hicieron toda la historia para inculparlo. “Los testigos falsos agarraron mi foto y empezaron a decir que yo estaba pidiendo 20 córdobas en los tranques, que yo con una motosierra boté el “árbol de la vida”.  Un aspecto que le llamó la atención de los testigos falsos ocupados en su caso, es que llegaban a dar declaraciones vestidos con pantalones camuflados.  

“Me sentí triste porque sabia que lo mío era político y que no iba a salir ni con el mejor abogado del mundo”, dice Silva. Los dos meses que estuvo en El Chipote fueron los más difíciles, perdió la visibilidad para leer y tiene lesión en su mano derecha producto de la forma brusca en que le ponían las esposas.

Silva asegura que leyó los documentos de su liberación y no decía casa por cárcel, sino que era libre. Advirtió que pronto Nicaragua volverá a ser República, como lo predijo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.  

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