La Unión Europea, a través de su portavoz de Asuntos Exteriores, condenó el cierre masivo de oenegés en Nicaragua. La dictadura reaccionó acusándola de injerencista.
Organizaciones en el exilio dieron a conocer las demandas a presentar 4º ciclo del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos humanos de la ONU.