¿Luz verde en París a favor del planeta?
- 20 Feb 2015
- 3:12 p.m.
El denominado “Llamado de Lima para la Acción Climática” no estuvo a la altura de las expectativas. No fue ambicioso, equitativo, ni vinculante. Su mayor logro fue mantener las negociaciones, concluyó Tania Guillen, del Centro Humboldt, quien presentó un balance de los resultados de la Vigésima Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP20), realizada entre el 01 y el 12 de diciembre de 2014, en Perú.
Al final, prevaleció la idea de no irse de Lima con las manos vacías, para no repetir el fracaso de la COP15 en Copenhague, Dinamarca, donde se esperaba firmar un acuerdo que sustituyera al Protocolo de Kioto, pero no se logró, más bien debilitó el proceso de negociaciones, aseguró Guillen.
Luego de intensas negociaciones, se aprobó por aclamación el “Llamado de Lima para la Acción Climática”. Un borrador de acuerdo, a ser aprobado a finales de este año en París, Francia, para sustituir el protocolo de Kioto.
El presidente de la COP20, Manuel Pulgar Vidal, Ministro del Ambiente en Perú, resaltó que el borrador de Lima “recogía las preocupaciones de todos los países de una manera equilibrada y los insumos necesarios hacia el acuerdo de París, sin excluir la posibilidad de presentar nuevas propuestas en el desarrollo de las negociaciones en 2015”.
“La decisión de Lima es sólida no sólo porque cumplió los mandatos que le estableció la COP19, sino porque a su vez se aprobó el borrador que contiene los elementos para la negociación, cosa que nunca antes había ocurrido. A su vez, fortaleció la adaptación en las contribuciones nacionales -Planes Naciones de Adaptación al cambio Climático, que los países deben presentar este año- y los mecanismos de financiamiento, tanto en el documento aprobado como en otras decisiones”, añadió Manuel Pulgar Vidal.
Según Guillén, la reunión de Ginebra del pasado 13 de febrero 2015, cambió las perspectivas ya que logró concretar un documento con aportes de todos los grupos y será la base de las negociaciones que se precisará con la firma de un nuevo acuerdo en París, el cual debe ser justo, equitativo, inclusivo y que respete el principio de las responsabilidades comunes y diferenciadas, dijo Guillén.
Denis Mairena, en representación de los pueblos indígenas de Nicaragua, aseguró que el acuerdo de París, debe garantizar los derechos de los pueblos indígenas, particularmente el consentimiento previo, libre e informado. Destacó que los pueblos indígenas son los que más han conservado los bosques por sus formas de vida, de relacionarse con el ambiente y su forma de producción. No obstante, se ven amenazados por la implementación de megaproyectos como la minería e hidroeléctricas; y el proyecto del Canal Interoceánico.
Por su parte, Víctor Campos del Centro Humboldt, lamentó que las y los ciudadanos nicaragüenses no conozcan lo que el Estado de Nicaragua está negociando en esos foros internacionales. Han demandado un espacio de interlocución sobre cambio climático integrado por instituciones de gobierno y organizaciones civiles, pero no han encontrado eco de parte del gobierno.
Este espacio es importante porque el cambio climático debe trabajarse con un sentido de urgencia, requiere esfuerzos coordinados del gobierno y las organizaciones que trabajan el tema. Nicaragua aparece en el cuarto lugar entre los países más vulnerables ante los efectos del cambio climático como sequías, huracanes, deslizamientos, terremotos, etc.
¿Qué se logró en Lima?
La COP20 cumplió una meta importante: superar los US$10 mil millones en el que es el primer gran paso para hacer frente al cambio climático con el aporte de países desarrollados a aquellos en vías de desarrollo. En el 2015 se empezará a desembolsar el dinero para las naciones que ya están presentando proyectos a través de una plataforma web, y se espera que al 2020 la cifra de financiamiento llegue a los US$100 mil millones.
Los países presentarán este año, ante la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), sus contribuciones nacionales destinadas a la acción climática, conocidas como INDCs, mediante un portal web. La INDC de cada país proporcionará información sobre sus esfuerzos estratégicos para combatir el cambio climático a través de acciones adaptadas a sus propias circunstancias. Los países menos desarrollados y en vías de desarrollo, podrán acceder a financiamiento para el desarrollo de sus Planes Nacionales de Adaptación y para la ejecución de las actividades que en ellos se identifiquen.
Al respecto, Tania Guillen, consideró que Nicaragua debe priorizar el tema de la adaptación al cambio climático. Aseguró que 80 de cada 100 productores, dependen de las lluvias, mientras la sequía se continúa prolongando sin que haya medidas de adaptación para hacerle frente a esa situación.
Para Guillén, uno de los temas más polémicos fue el de “Pérdidas y Daños” -un mecanismo creado en 2013 para situaciones en las que los impactos del cambio climático son tan grandes que exceden las capacidades de las poblaciones para enfrentarlos-. No obstante, se logró aprobar tanto el plan de trabajo inicial de dos años, como la composición del Comité Ejecutivo.
Otro de los resultados fue el desarrollo del Plan de Trabajo de Lima sobre género, que busca promover la efectiva participación de las mujeres en los ámbitos de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), fortalecer su empoderamiento y convertirlas en agentes importantes de cambio en relación a la adaptación y mitigación.
Se lograron avances importantes en los Programas de Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD+).
Adicionalmente, como parte del segmento ministerial se elaboró una Declaración en temas de educación y difusión, para que todas las Partes presten la atención apropiada a la participación y el acceso a la información.