Se intensifica persecución contra lideres de la iglesia católica de Nicaragua

La policía del régimen Ortega-Murillo ha incrementado el asedio y persecución en contra líderes religiosos. En los últimos días, tres líderes religiosos han sido víctimas de hostigamiento policial.

El más reciente caso es el de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, quien desde la noche del 19 de mayo, se resguardó en el templo Santo Cristo de Esquipulas, situado en residencial Las Colinas en Managua, luego de haber sido perseguido todo el día. Al momento de la redacción de esta nota, el templo en mención se encontraba rodeado de agentes policiales.

El acoso policial en contra de los religiosos se incrementó a raíz de que la Comisión de Justicia y Asuntos Jurídicos de la Asamblea Nacional, aprobara, el pasado 27 de abril, un informe sobre “consultas y análisis” sobre las normas jurídicas, aplicables a las personas que cometen “delitos de menoscabo a la soberanía nacional, crímenes de odio, ciberdelitos, entre otros”.

En el informe se acusa a líderes de la iglesia católica de participar en lo que el régimen insiste en llamar “intento de golpe de Estado” en alusión a las protestas cívicas que en abril del 2018 hicieron tambalear a la pareja presidencial. Durante las manifestaciones, obispos y sacerdotes abrieron las puertas de los templos católicos en diferentes partes del país para dar protección a los manifestantes que fueron reprimidos brutalmente por la policía.

Obispo Álvarez “perseguido todo el día”

“Hoy he sido perseguido durante todo el día por la policía sandinista, desde la mañana, hasta estas horas de la noche. En todo momento, durante todos mis movimientos del día”, denunció públicamente, la noche del jueves 19 de mayo, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí a través de un video difundido en la página de Facebook de la Arquidiócesis de Managua.

También sacerdotes de Masaya y Sébaco

Durante los últimos días dos sacerdotes más han denunciado la persecución y el asedio policial del que han sido víctimas.  

El padre Harving Padilla, de la parroquia San Juan Bautista de Masaya, denunció que desde el pasado 15 de mayo, grupos de policías y civiles se mantienen rodeando el templo en el que se encuentra. Padilla, quien desde el 2018 ha sido un fuerte crítico de la pareja presidencial, ha sufrido asedio y amenazas constante. Entre 2018 y 2019, en varias ocasiones, policías antimotines y simpatizantes del gobierno quisieron tomarse la parroquia, ocasionando daños en la infraestructura.

Por su parte el sacerdote Uriel Vallejos, párroco de la Parroquia Divina Misericordia del municipio de Sébaco, Matagalpa, también denunció hostigamiento policial mientras se dirigía a la Nunciatura Apostólica el 18 de mayo pasado.

El padre Vallejos ha sido otra voz crítica del régimen Ortega Murillo desde las protestas de abril del 2018. Durante las protestas el sacerdote visitó las instalaciones de la policía en Sébaco para mediar la liberación de varios jóvenes que habían sido detenidos por participar en la rebelión antigubernamental.

Álvarez reitera ayuno indefinido

El prelado reiteró, al mediodía del viernes 20, durante una homilía celebrada en la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, que continuará el ayuno de manera indefinida: “esta jornada de oración y ayuno que estoy realizando a partir de ayer en la noche, la continuaré indefinidamente hasta que se respete mi libertad de movilización, mis libertades y mis derechos constitucionales, el derecho a la privacidad en mi familia, con mi familia.”

Amor para sus verdugos

El religioso dijo también que “amo a todos estos hermanos policías que están cercando y rodeando el templo de Las Colinas, no tengo nada contra ellos, amo a los que ayer me anduvieron persiguiendo todo el día, y reconozco que ustedes hermanos policías, reciben órdenes y las cumplen”.

Pero las expresiones de amor se extendieron a Daniel Ortega y Rosario Murillo, a quienes Álvarez también envió un mensaje: “amo a los gobernantes, sí, al vicepresidente y a la vicepresidenta, yo no tengo nada contra ustedes, no tengo nada contra nadie, mi corazón está libre.”

Reformas anunciadas proponen judicializar a religiosos

El informe de la Asamblea Nacional sobre consultas a las normas jurídicas punitivas sugiere, en relación a los obispos y líderes religiosos de la iglesia católica, que estos “deberían ser juzgados y sus comunidades o asociaciones investigadas a fondo, ya que se escudaron tras los religiosos.”

El mismo informe propone también hacer reformas al Código Penal para ampliar las penas a quienes en el futuro sean juzgados por “traición a la patria” y también sugiere confiscar los bienes de quienes enfrenten estos juicios.  Sin embargo, el artículo 44 de la Constitución de la República, prohíbe las confiscaciones: “Se prohíbe la confiscación de bienes. Los funcionarios que infrinjan esta disposición, responderán con sus bienes en todo tiempo por los daños inferidos”, reza en parte el mencionado artículo constitucional.

Insaciable sed de venganza

La creación de leyes punitivas, así como las reformas a diferentes normativas jurídicas también de carácter penal, ha sido una constante de la dictadura Ortega-Murillo para castigar a quienes se atrevieron a adversarlos durante la rebelión de abril del 2018.

Rosario Murillo, en sus acostumbradas alocuciones del mediodía a través de medios oficialistas, ha dicho en reiteradas ocasiones que todos los “golpistas” deben pagar con cárcel y otras consecuencias “duras”.

En abril pasado, en el contexto del cuarto aniversario de la rebelión cívica autoconvocada en 2018, la vicedictadora vociferó “ni perdón ni olvido para los criminales, ni perdón ni olvido para los terroristas, para los sanguinarios, para los promotores del horror, de la zozobra, para quienes rompieron la paz tan preciada.”

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