Memorias de abril: alcaldes represores de su pueblo

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El informe resalta que en estos tres municipios se registraron 93 asesinatos durante las protestas: 29 en Matagalpa, 48 en Masaya y 16 personas fueron asesinadas en Jinotepe. • Foto: Onda Local / Cortesía

Este mes de abril se cumplen cinco años de la rebelión cívica iniciada por el pueblo autoconvocado en las ciudades de León y Managua, y que luego se extendió a lo largo y ancho del país, como una expresión del hartazgo de la ciudadanía ante las constantes violaciones a los derechos humanos de las y los nicaragüenses por parte de la dictadura Ortega-Murillo.

El pueblo se tomó las calles de las principales ciudades del país en manifestaciones simultáneas sin precedentes. La protesta ciudadana fue cobrando fuerza, a través de los tranques que obstruyeron la circulación de las principales arterias municipales y departamentales.

Después de un infructuoso diálogo, cuyo fracaso se dio por la falta de voluntad del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, los aparatos represivos fueron activados y junto a estos se organizaron grupos de paramilitares y parapolicías, que fueron dotados de armas de guerra para atacar a la población civil desarmada; tal como consta en el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como resultado de la represión estatal, al menos 335 personas fueron asesinadas por las fuerzas represivas.

La represión se revistió de mayor gravedad cuando en la llamada “operación limpieza” ejecutada por el gobierno, varios alcaldes asumieron el mando en sus municipios para atacar a la población autoconvocada.

Así lo reafirma un reciente estudio de la organización Urnas Abiertas y el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes documentaron y sistematizaron los acontecimientos, a partir de informes de organismos de derechos humanos, y registros de fotos y videos, además de testimonios, principalmente de familiares de las víctimas.

Los alcaldes más represivos

El estudio de Urnas Abiertas y el CIEP, en su capítulo seis, recoge las incidencias fatales acaecidas en tres municipios donde los ataques a la población civil fueron liderados por los propios alcaldes y tuvieron mayor cantidad de muertos y heridos, después de Managua donde fueron asesinadas 142 personas.

Los alcaldes Sadrach Zeledón de Matagalpa, aún en el ejercicio del poder municipal, Orlando Noguera de Masaya, quien falleció en 2020 en el contexto de la pandemia de la Covid-19, y Mariano Madrigal, del municipio de Jinotepe, quien también sigue atornillado al poder, fueron los tres alcaldes más represivos. Los tres funcionarios mencionados colaboraron o lideraron en la “Operación Limpieza”, reitera el informe.

El informe resalta que en estos tres municipios se registraron 93 asesinatos durante las protestas: 29 en Matagalpa, 48 en Masaya y 16 personas fueron asesinadas en Jinotepe.

Financiamiento para matar

La investigación asevera que, según el registro de los presupuestos municipales, entre abril y julio de 2018, los meses más duros de la crisis política, 23 municipios, recibieron 100 mil dólares para “servicio de transportes”, que de acuerdo a fuentes municipales consultadas para el estudio, ese dinero fue utilizado movilizar a los paramilitares que atacaban a la población civil en los tranques.

El informe de Urnas Abiertas y el CIEP, también describe material audiovisual recabado, entre estos, un video en el que se ve al alcalde de Matagalpa, Sadrach Zeledón, dando instrucciones a civiles armados. El reporte agrega que “información recibida por el GIEI indica que entre los atacantes se encontraban campesinos y ‘encapuchados’ que habrían sido convocados y recogidos en vehículos de la alcaldía de Matagalpa, a cambio de un pago, alguno de los cuales portaban armas de fuego”.

El informe también resalta que personal de las alcaldías estaba entre los reclutados para sofocar las protestas. El documento refiere que un perfil realizado anteriormente por Urnas Abiertas, basado en información de sus redes territoriales, afirma que en 2018 el alcalde de Jinotepe estuvo a cargo de “organizar encapuchados fuertemente armados, que resguardados por la Policía Nacional realizaron ataques sin piedad contra la población civil desarmada”.

En el caso de Masaya, dice el informe, “fuentes en la Alcaldía apuntan a que el alcalde Noguera no dirigió la represión, porque esta fue liderada por el comisionado Ramón Avellán. Sin embargo, Noguera “colaboró” desde el inicio con los cuerpos armados”.

Alcaldes perpetuos

Por otro lado, el estudio destaca que el exalcalde de Masaya, Orlando Noguera, fue un destacado militante desde los años 80, durante el primer gobierno sandinista. Este al igual que el alcalde de Matagalpa, Sadrach Zeledón, era el operador político del municipio y del departamento de Masaya, lo que le permitía dirigir todas las estructuras municipales.

Noguera fue alcalde en tres períodos: entre 2004 y 2008; luego dos períodos consecutivos: desde 2012 hasta 2020, cuando murió en el contexto de la pandemia.  En el caso de Mariano Madrigal, alcalde de Jinotepe, este fue designado por Ortega y Murillo en la silla edilicia en 2015, luego de que la entonces alcaldesa, Carla Zúñiga, fue destituida por la Asamblea Nacional, “por el supuesto desvió de varios millones de córdobas de la comuna.”

Tanto Zeledón como Madrigal fueron nuevamente designados como candidatos a alcaldes, en las últimas votaciones municipales de 2022, por lo que actualmente continúan frente a las municipalidades de Matagalpa y Masaya.

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