Urgen acciones para prevenir la violencia hacia mujeres caribeñas

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La inseguridad para las mujeres en el Caribe de Nicaragua aumenta, debido a la impunidad que existe en este territorio. • Foto: Odette

37 mujeres nicaragüenses han sido víctimas de femicidio en lo que va del 2023. Ocho de estos asesinatos ocurrieron en el Caribe Norte y tres en el Caribe Sur. La Costa Caribe Norte se ha convertido en la segunda región con mayor número de femicidios, 11 mujeres fueron asesinadas en 2022. 

Marisol Alarcón Williams de 29 años vivía en la comunidad San Alberto del municipio de Waspam, el primero de mayo fue asesinada a balazos por su entonces pareja Vicente Ávila, quien se dio a la fuga después de cometer el crimen.  

El 25 de abril en la comunidad Kwuiwi Tingni, Reyna Isabel López y su hija de 13 años fueron asesinadas por Noel Antonio Rostrán. El femicida huyó del lugar, la policía orteguista circuló una fotografía donde pidió ayuda de la ciudadanía para dar con el paradero de Rostrán.

La impunidad prevalece en la mayoría de los casos de femicidios. La organización Católicas por el Derecho a Decidir registró que, de los ocho asesinatos registrados en el Caribe Norte, apenas se ha capturado a uno de los femicidas. 

Para Shira Miguel Downs, feminista y defensora de derechos humanos en el Caribe Norte, la ubicación geográfica coloca a las mujeres en una situación de vulnerabilidad. “Aquí se escapa un agresor y quién lo sigue, quién lo encuentra. Entonces estos dos hombres no serían ni los primeros ni los únicos a quienes se están buscando, hay una lista bien larga de agresores que están fugitivos. Entonces creo que en el tema de persecución a los agresores se debe fortalecer acciones y no sólo decir se cruzó al otro lado del río”, puntualizó la defensora. 

Shira explicó que otro factor que se suma a la situación que viven las mujeres caribeñas, es la falta de acceso inmediato a la justicia, debido a que no cuentan con las condiciones y recursos necesarios para llevar a cabo el proceso judicial. 

“En estos territorios las mujeres tienen muchas limitaciones dentro del proceso de poner denuncia, por ejemplo, interponen la denuncia, pero después no pueden continuar con el proceso por el miedo, la inseguridad, el estar en sitios donde el acceso es complejo, y el no tener recursos para estar yendo y viniendo para llevar un proceso”, explicó la defensora. 

Por otro lado, la feminista indicó que en el Caribe Norte prevalecen las relaciones desiguales de poder. “En el caso de estos territorios el femicidio es como el detonante de una antesala de muchos episodios de violencia. Es toda esa relación de control sobre la vida de las mujeres y cuando toman la decisión de denunciar o irse, los hombres sienten que ese poder que ejercían ya no lo tienen, entonces las matan, porque es la única forma de aún reafirmar que tiene el poder” explicó Shira. 

Shira Miguel enfatizó en que, para poder intervenir, atender y acompañar a las mujeres que sufren violencia de género en el Caribe Norte, es necesario adecuar este proceso a la cultura y cosmovisión del territorio. 

“El hecho de ser costeña y vivir en una comunidad, de pertenecer a una ubicación geográfica, la pobreza, el racismo y la exclusión, son factores que se contrapone también a la violencia que viven las mujeres en la Costa. Es importante entender que también tenés que poder definir estrategias que lleguen a las mujeres costeñas, y que ellas no sientan que uno no llega a invadir su espacio, sino que entiendan que dentro de su cosmovisión la violencia tampoco es correcta” señaló Shira. 

Para la defensora la situación es alarmante, pese a que las autoridades no lo ven como un tema de emergencia. “Cuántas más tienen que matar para que entendamos que es una pandemia, que es necesario desarrollar acciones reales que respondan a una atención y servicio que más allá de decir, tenemos una norma o de decir que existen leyes que nos protegen, sino cómo hacer uso efectivo, eficaz e inmediato de esas normas que nos protegen” concluyó la defensora.

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