Gobiernos locales no mueven un dedo sin el visto bueno del gobierno central

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El Poder Electoral sandinista, asignó las 153 alcaldías del país al FSLN, tras la farsa electoral de noviembre del 2022. Sin embargo, las autoridades locales designadas no tienen poder de decisión en sus localidades. • Foto: Página web CSE

Los gobiernos locales impuestos en 2022 por la dictadura Ortega Murillo, no gobiernan porque no tienen capacidad de decidir, todo lo que se hace en los municipios se decide en el gobierno central. La ciudadanía ha sido expulsada del espacio público.

Lo afirmado anteriormente son parte de las conclusiones a las que llega el estudio “Los municipios nicaragüenses: Entre la subordinación política y el rechazo ciudadano”, elaborado por la Asociación Centroamericana para el Desarrollo y la Democracia, Red Local.

El estudio, de carácter cualitativo y exploratorio, analiza la información recabada en 19 municipios de Nicaragua a través de 62 entrevistas realizadas a “informantes confiables”, el informe revela que las fuentes son “personas informantes calificadas por su conocimiento de los temas tratados debido a su trabajo actual o pasado, o por su cercanía con los problemas o servicios estudiados”.

El estudio también se basa en las percepciones o testimonios de las personas que recabaron la información sobre los temas abordados.

Autonomía municipal sepultada

Los municipios no escapan del centralismo ejercido en el país por la pareja dictatorial. La autonomía municipal fue totalmente sepultada a raíz de la toma de los 153 municipios del país, en la última farsa electoral organizada por la dictadura en noviembre de 2022.

Daniel Ortega y Rosario Murillo, así como manejan los hilos de todos los poderes del Estado desde su residencia en el Reparto El Carmen en Managua, que a la vez es la sede del Ejecutivo, bajan las orientaciones hasta los gobiernos municipales.

En el poder local, no se mueve una hoja sin la venia de la pareja autoritaria y de sus más cercanos operadores políticos o funcionarios de confianza. El estudio de la Red Local, así lo asegura.

“El gobierno central es el encargado de “bajar” las orientaciones; luego hay niveles intermedios para el seguimiento y aseguramiento de las orientaciones ocupados por delegados del Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (Inifom), para supervisar la parte técnica, y los secretarios políticos para la parte puramente política” revela el informe.

La ruta para la toma de decisiones

El estudio revela que, en base a la información recabada, la dinámica para la ejecución de las ordenes lleva un proceso jerárquico, cuyo funcionamiento se describe a continuación.

Las autoridades locales viajan a Managua a recibir orientaciones en reuniones donde participan las autoridades de todos los municipios, en las que también participa el secretario político.  

Al regresar a los municipios, los concejos municipales solo refrendan la adecuación a las condiciones locales de las orientaciones recibidas.

Por otro lado, Inifom desempeña el rol de “entidad fiscalizadora” del cumplimiento de las orientaciones recibidas en las reuniones en Managua, pero también de las órdenes que llegan a las alcaldías entre reuniones.

Por su parte, los secretarios políticos se desempeñan como garantes del contenido político de las orientaciones, “en particular en garantizar el alineamiento con las obras o proyectos que se ejecutan de manera homogénea y simultánea con los demás municipios del país” revela el estudio.

Finalmente, las alcaldías actúan como ejecutoras de las órdenes superiores, independiente de las necesidades o demandas del municipio.

Por otor lado el estudio hace énfasis en la nula participación ciudadana en el nivel local. “No hay una participación ciudadana activa, solo se bajan directrices y orientaciones, tanto de las autoridades municipales, como partidarias para cualquier decisión en proyectos” afirma una fuente citada en el informe.

Cierre de Oenegés impactó negativamente la vida municipal

El estudio revela que el cierre masivo de organizaciones sin fines de lucro, “completó el ciclo de la destrucción del espacio cívico y democrático”, pero además impactó de manera negativa la vida de las personas en los municipios, que es el espacio donde desarrollaban su trabajo.

La conclusión a la que llega el estudio es que diversas áreas del desarrollo del mundo rural se vieron directamente afectadas, pero principalmente hay dos perdedores importantes, las mujeres y el campesinado. “Ambos son perdedores netos frente a un régimen patriarcal y misógino, y con un apetito depredador insaciable de los recursos naturales” concluye el estudio de la Red Local.

También fueron afectados sectores como la niñez, adolescencia y juventud que eran beneficiados por las oenegés, porque “las ONG actuaban como colchón ante las inequidades de las políticas no inclusivas del Estado y del mercado” asegura el informe.

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