Empresas chinas: el actor que no aparecía en el mapa minero

Las relaciones comerciales de Nicaragua con China, según el régimen dictatorial de Daniel Ortega, son prósperas y van viento en popa. La propaganda gubernamental vende el acercamiento político y comercial con el gigante asiático como la panacea que remediará muchos males y hará que el país transite hacia una economía competitiva con un crecimiento que acelerará su desarrollo.

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Así lo repite en sus intervenciones Laureano Ortega Murillo, el vástago de la pareja que maneja los hilos del poder, quien ha sido ungido por sus progenitores para dar seguimiento a los pactos comerciales que incluyen memorándum de entendimiento, acuerdos, convenios y finalmente un Tratado de Libre Comercio, suscrito el 30 de agosto de 2023 y que entró en vigencia el 1 de enero de 2024.

“La firma del Tratado de Libre Comercio entre Nicaragua y China marcará un antes y un después para el pueblo nicaragüense, nos abre las puertas a un enorme mercado y nos permitirá enlazarnos con las empresas y empresarios de este país hermano” dijo Laureano Ortega el día de la firma del pacto comercial.

Laureano Ortega, nombrado por su padre como Asesor Presidencial para la Promoción de Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, abrió de par en par las puertas a los empresarios chinos para que inviertan sin mayores dificultades en Nicaragua: “Damos la bienvenida a las empresas y empresarios de la República Popular China a quienes se les brindarán todas las facilidades e incentivos que contemplan las Leyes nicaragüenses para que inviertan en nuestro país” dijo a los asiáticos a través de una conferencia virtual.

El hijo de la pareja dictadora también refirió que este tratado “va a generar beneficios económicos y sociales para las familias nicaragüenses, nuevas inversiones, la creación de más puestos de trabajo y la transferencia de tecnologías de China hacia Nicaragua”.

Sin embargo, la fantástica y áurea retórica del régimen alrededor de la relación comercial con China, de acuerdo a analistas, puede ser solo un espejismo; pues no todo lo que brilla es oro, y del dicho al hecho la distancia puede resultar abismal.  

Una prueba fehaciente de lo anterior es que Estados Unidos continúa siendo por mucho, el mayor socio comercial de Nicaragua con exportaciones anuales que han superado en los últimos 3 años, los 400 millones de dólares.

Solo en 2023, las exportaciones hacia EE. UU, según el Banco Central de Nicaragua (BCN), alcanzaron los 522.9 millones; mientras que las exportaciones hacia China apenas fueron de 42 millones de dólares. Aunque de acuerdo a las proyecciones del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific), Nicaragua prevé exportar 200 millones hacia China a lo largo de 2024, es decir casi 5 veces más de lo exportado en 2023, de lograrse la meta, las exportaciones a China al finalizar el año, equivaldrían al 38.2% de lo exportado desde Nicaragua a EE. UU en 2023.

Relación “ganar-ganar” con China es totalmente dispare

El discurso gubernamental está plagado de utopías y expresiones idealistas recurrentes como “reforzar lazos de amistad y cooperación entre los dos pueblos hermanos”, pero en la práctica los beneficios para Nicaragua hasta ahora son ínfimos en relación a los que está obteniendo el gigante asiático por parte del pequeño país centroamericano.

Lo más preocupante es que, de acuerdo a organizaciones ambientalistas, gran parte de los beneficios a los que están teniendo acceso los empresarios chinos, incluyen la entrega de grandes extensiones territoriales en concepto de concesiones para la explotación de recursos naturales, principalmente minerales y forestales, con consecuencias catastróficas al medio ambiente.

La Fundación del Río, por ejemplo, advirtió a finales de 2023, durante el 188 Período de Audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), realizado en Washington, que más del 23% de la superficie territorial de Nicaragua está concesionado para minería metálica y muchas de estas concesiones se ubican dentro de las reservas de biosfera más importantes del país.

No obstante, la entrega de concesiones mineras continúa y a paso acelerado. Esta vez con la incursión en el escenario minero nicaragüenses de un actor que hace poco menos de dos años no aparecía en el mapa minero del país.

Personal de la empresa Xinxin Linze Minería Group S.A junto al alcalde de Mulukukú, municipio donde la empresa inició la construcción de un campamento con miras a la explotación minera. Foto: Alcaldía de Mulukukú.

Ortega dice “chi cheñol” a voracidad china por el oro

Desde octubre de 2023 a agosto de 2024, la dictadura Ortega-Murillo ha entregado a empresarios chinos unas 14 concesiones mineras las cuales superan las 220 mil hectáreas.

La más reciente fue otorgada el 13 de agosto pasado a la empresa Xinxin Linze Minería Group S.A, la que consiste en un lote de 3628.71 hectáreas ubicado en el municipio de San Juan de Limay, en el departamento de Estelí.

La Fundación del Río ha advertido que el régimen está otorgando concesiones mineras a empresas chinas de manera acelerada porque le resulta un negocio lucrativo, sin importarle los efectos devastadores sobre el medio ambiente.

La organización ambientalista resalta que el modelo extractivista chino es un modelo de saqueo y despojo de los recursos minerales y con muy pocos beneficios para la economía de las localidades donde se asientan las mineras, pero además advierte que este modelo asiático carece del respeto a los estándares ambientales y sociales.

Entregando concesiones en “bandeja de oro”

En menos de un año, tres empresas chinas han acaparado las más de 220 mil hectáreas para la explotación minera que complacientemente, en tiempo récord, ha otorgado el régimen Ortega Murillo.

Las concesiones han sido otorgadas en al menos 10 municipios distribuidos en tres departamentos del país y las dos Regiones Autónomas de la Costa Caribe. Los municipios son: Santo Tomas del Norte, Cinco Pinos y Villanueva en Chinandega; San Juan de Limay en Estelí; San José de Bocay en Jinotega; Waslala, Mulukukú, Siuna y Puerto Cabezas en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN) y El Rama en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS).

Las tres empresas chinas beneficiadas con las concesiones mineras son: Zhong Fu Development S.A., Thomas Metal S.A. y Nicaragua XinXin Linze Minera Group S.A, siendo la mayormente beneficiada la primera de estas compañías asiáticas.

Cabe resaltar que estas mismas empresas están a la espera de la aprobación de otras concesiones adicionales que han solicitado y que están en trámite para su aprobación.

Con las concesiones ya existentes, la minería ilegal y ahora los chinos, se agigantan los riesgos ambientales

Hasta antes de la llegada de las empresas chinas, la explotación minera aurífera a niveles industriales estaba en su mayoría manos de unas cuantas compañías, las principales son, la canadiense Calibre Mining, la colombiana Hemco y la Británica Condor, aunque también existen otras empresas de menor envergadura, tanto nacionales como extranjeras. A esta voracidad por el oro, hay que sumarle la extracción ilegal del preciado metal, la que, de acuerdo a la Fundación del Río, también está vinculada a la minería industrial.

La organización ambientalista así lo dejó entrever durante su participación en las audiencias de la CIDH sobre derechos humanos, celebradas entre el 30 de octubre y el 10 noviembre del año pasado en Washington. En esa ocasión, Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río, refirió que “el avance de la minería ilegal ha sido posible debido al fomento de la minería industrial en los marcos de ley nicaragüenses”.

La Fundación del Río estima que más de 40 mil personas se dedican a la minería ilegal en al menos 38 municipios del país. Con la llegada de las empresas chinas ávidas por el oro, y tomando en cuenta que por la víspera se saca el día, la minería ilegal podría extenderse aún más, dado el vínculo entre las dos formas de explotación aurífera. La organización ambientalista también calcula que años atrás, el 30% del oro extraído de la minería ilegal terminaba en las empresas asentadas en el país, principalmente la canadiense Calibre Mining y la colombiana Hemco.

Uno de los mayores riesgos ambientales se da por el uso del mercurio, el que tiene altas concentraciones de toxicidad y que es utilizado para la extracción del oro. El mercurio es el principal causante de la contaminación de las fuentes acuíferas que están en los alrededores de las minas artesanales, causando impactos negativos en los ecosistemas y por consiguiente en la salud humana. De acuerdo a la Fundación del Rio, la comercialización ilegal de este metal tóxico, alcanza las 36 toneladas anuales.

De acuerdo a analistas, la entrega con celeridad y sin estudios de impacto ambiental, de concesiones mineras a empresas chinas a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, deja en evidencia la avidez del régimen por capitalizar sus arcas, además de la estrategia de complacer al gigante asiático para tenerlo como un aliado geopolítico que le servirá para su sobrevivencia en el poder.

Esa celeridad ha quedado de manifiesto en los diferentes acuerdos y convenios firmados con China, a raíz de la ruptura con Taiwán anunciada por la cancillería a inicios de diciembre de 2021. Solo siete meses después, En julio de 2022, Nicaragua suscribe con China un convenio denominado “Acuerdo de Cosecha Temprana”, el que es anunciado como el primer paso para establecer un Tratado de Libre Comercio (TLC)l Junto a este acuerdo ambos países también firmaron un memorándum de entendimiento sobre el establecimiento de una comisión mixta para las cooperaciones económicas, comerciales y de inversión. Posteriormente, en agosto de 2023 se hace efectivo el TLC, el que entró en vigencia el 1 de enero de 2024.

Nicaragua busca beneficios en el orden geopolítico, por ello está complaciendo al gobierno y los empresarios chinos con la entrega de concesiones en el sector minería, pero además en otras áreas, por otro lado, pretende reducir la dependencia económica de Estados Unidos, por lo que Ortega ha encontrado en el negocio del oro un rubro muy lucrativo para sostener su régimen.

Las relaciones comerciales con china han ido en ascenso a una velocidad vertiginosa a raíz del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, luego que Ortega rompiera con Taiwán y desconociera a la China insular afirmando que “existe una sola China” en referencia a la China continental.

Producción aurífera superó la de otros rubros en 2023

Sin duda, por un lado, los ojos rasgados característicos de la raza asiática se agrandan e iluminan frente al dorado metal precioso, y por otro lado, la avaricia de Ortega crece ante lo lucrativo que resulta para su régimen el negocio de las exportaciones de oro.

De acuerdo a datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), en 2023, el oro superó a todos los rubros de exportación del país, ubicándose en primer lugar sobre productos como la carne y el café.  Además, el oro se convirtió en el primer producto cuyas ventas alcanzaron los 1030.6 millones de dólares en un año, convirtiendo a Nicaragua, según el portal Diálogos América, en “el gran exportador de oro en Centroamérica.”

2023: ¿Nicaragua exportó más oro del que produjo?

El récord en las exportaciones de oro desde Nicaragua alcanzado en 2023 también ha levantado suspicacias. De acuerdo al portal citado, las exportaciones de oro “no coinciden con la cantidad extraída de sus minas”, lo que podría, a criterio de analistas, ser un indicio de que el régimen Ortega-Murillo estaría triangulando la venta de oro desde terceros países.

Cabe resaltar que el crecimiento en las exportaciones de la industria minera, de acuerdo a datos del BCN, ascendió en casi el 230 % en el periodo comprendido entre 2019 y 2023.

Al respecto, la publicación de Dialogo Américas, cita al director del Programa de Derechos Humanos y Recursos Naturales de la Fundación para el Debido Proceso, el abogado brasileño Daniel Cerqueira: “Hay indicios fuertes de que Nicaragua también exporta oro extraído en Venezuela. Nicaragua exporta bastante más oro del que produce y no cuadran las cuentas”.

Las palabras de Cerqueira, son de acuerdo a la publicación, extraídas de su intervención, en noviembre pasado, en una de las sesiones sobre derechos humanos ante la CIDH. Cerqueira expresó también que lo anterior significa que, o hay un subregistro de la producción o existe un tráfico entre los gobiernos de Venezuela y Nicaragua “para mantener sus finanzas al día; no en beneficio de la población, sino para financiar la maquinaria represiva de esos gobiernos”.

Sin embargo, de ser atinada la hipótesis del subregistro, con las explotaciones mineras en ciernes de más de 240 mil hectáreas en manos de las empresas chinas, las que sumarían junto a las que ya operan desde años atrás, cerca de 2 millones de hectáreas concesionadas, Nicaragua se consolidaría con más fuerza como el distrito minero que ya advertía Onda Local en un reportaje publicado en diciembre de 2021.

Lo más preocupante del caso, es que la minería se extiende sin tomar en cuenta los estándares ambientales internacionales, máxime cuando irrumpen en el escenario minero en Nicaragua, empresas de origen chino, país cuya reputación en términos ambientales, como ya lo advertía la Fundación del Río, es por demás desfavorable.  La voracidad china por las riquezas minerales, se materializa en la práctica, con la ejecución de un modelo extractivista insaciable, basado en el saqueo y el despojo de los recursos minerales de los países donde incursionan.

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