El “rifirrafe” entre el dictador y los presidentes de izquierda de Brasil y Colombia

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La relación entre Daniel Ortega y Lula da Silva es de vieja data, aquí una imagen en la década de los ochenta. • Foto: Cortesía

Los insultos vertidos por el dictador Daniel Ortega en contra de los presidentes de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva y de Colombia, Gustavo Petro, por no reconocer la proclamación de Nicolas Maduro como ganador de las elecciones del 28 de julio pasado y proponer buscar una salida a la crisis que vive Venezuela, han tenido una llamativa trascendencia mediática, por el nivel de animadversión expresado por Ortega.

Lo que algunos analistas califican como banales vociferaciones del vetusto dictador nicaragüenses, otros indican que este tipo de declaraciones puede tener importantes repercusiones. El asunto es que Ortega en el afán de defender lo indefendible, arengó contra Lula y Petro en defensa de su homólogo venezolano Nicolás Maduro.

El tirano nicaragüense llamó “arrastrados” a los presidentes de Brasil y Colombia a quienes también tildó de “representantes de los yanquis” por “repetir las consignas” de países como Estados Unidos y Europa, y de otros gobiernos latinoamericanos alrededor del desconocimiento de Maduro como presidente reelecto de Venezuela, a quien Ortega defiende a capa y espada.

“¡Pobre Petro! ¡Pobre Petro! Yo a Petro lo veo como compitiendo con Lula a ver quién va a ser el líder que va a representar a los yanquis en América Latina” vociferó Ortega en contra del mandatario colombiano a la vez que refirió que “el pobre Petro no tiene la fuerza que tiene lógicamente Brasil”.

Las declaraciones ofensivas del dictador nicaragüense fueron vertidas durante una cumbre virtual extraordinaria de los países del Alba realizada el pasado lunes 26 de agosto, la que fue transmitida en vivo en las plataformas digitales.

En la misma transmisión Ortega arremetió contra Lula: “Te estás arrastrando también Lula, te estás arrastrando”, repitió el tirano nicaragüense, a la vez que interpeló duramente al mandatario brasileño a quien le exigió respeto: “Si querés que te respete, respetame Lula, si querés que te respete el pueblo bolivariano, respetá la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andés allí de arrastrado” espetó furibundo Ortega.

El dictador nicaragüense insistió en acusar a los mandatarios sudamericanos por estar al frente de “Gobiernos serviles, traidores, arrastrados, gobiernos que se han presentado como muy progresistas, como muy revolucionarios”.

La animadversión contra Lula fue más lejos, Ortega dio por concluidas las relaciones diplomáticas con Brasil, según él porque Lula se está convirtiendo en el representante de EE. UU, en Latinoamérica. “¿Qué te podría decir Lula? ¿Vos cuántos periodos llevas de Gobierno? Dos. Parece que te gusta ser presidente y desde esa presidencia de ese gran país que es Brasil, querés convertirte en el representante de los yanquis en América. Por eso rompimos relaciones con Brasil”, vociferó Ortega.

El 8 de agosto pasado trascendió que Ortega expulsó de Nicaragua al embajador Brasil, Breno de Souza Días da Costa, por no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio. Brasil respondió de manera reciproca expulsando también a la embajadora de Nicaragua en ese país, Fulvia Patricia Castro Matus.

La reacción de Petro

Petro no tardó en reaccionar a los insultos de Ortega: “Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras” se defendió el mandatario colombiano un día después en la red social X.

“Nos ha llamado ‘arrastrados’ Daniel Ortega, solo porque queremos una solución negociada pacífica y democrática en Venezuela” escribió Petro en la misma publicación.

Lula también responde: “No lo acepto, no lo acepto”

El presidente brasileño reaccionó a las diatribas de Ortega advirtiendo que “Este país es muy grande, Brasil no tiene disputa con nadie, Brasil no quiere una disputa con nadie.”

Lula aprovecho para sacar a luz nuevamente su intento de mediación entre Ortega y  el Vaticano para la liberación de Monseñor Rolando Álvarez, pero Ortega no quiso responder sus llamadas para abordar el tema. “Yo llamé a Daniel y él inventó 500 mil disculpas para no atenderme así que dejé de intentarlo” confesó el mandatario carioca.

El presidente de Brasil también se refirió a la expulsión del embajador de su país en Nicaragua, porque este rechazó la invitación a participar en el acto de conmemoración del 45 aniversario del derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza, “el embajador no fue y luego (Ortega) resolvió pedirle a nuestro embajador que se fuera. Entonces, ¿qué hice?, también envié a su embajador lejos. Este comportamiento no lo acepto, no lo acepto”, repitió Lula.

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