Docencia al límite en Nicaragua: Renuncias masivas y salarios por el suelo

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En el Día Mundial de las y los docentes, en Nicaragua este sector vive momentos difíciles. • Foto: MINED

Las cifras oficiales sobre la cantidad de maestros en Nicaragua muestran una marcada discrepancia entre lo reportado por medios de comunicación independientes y los datos que escasamente han mencionado en sus discursos el dúo de dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Rosario Murillo dijo el pasado 29 de junio que “el gobierno”, entregaría un bono de “reconocimiento a 54,744 docentes registrados en la nómina fiscal”. Pero este dato es diferente a los números recogidos por los medios digitales Confidencial y República 18, que citando informes del Banco Central de Nicaragua y el Ministerio de Hacienda, informaron de un total de 50,421, con una reducción significativa de 320 docentes entre diciembre de 2023 y 2024. Pero la crisis se ve más marcada al conocerse que entre 2019 y 2024 acerca de 3000 (2931) personal docente pusieron su carta de renuncia, dejando entre dicho las deplorables condiciones laborales y reducidos salarios.

Testimonio: La verdadera cara de la crisis educativa

Más allá de las cifras oficiales, la verdadera cara de la crisis educativa se refleja en las historias de quienes han decidido abandonar las aulas; como la maestra Daysi, originaria de un municipio de Boaco quien pidió omitir su nombre real por seguridad a su familia que continúa en Nicaragua.

 Daysi con más de 20 años de servicio como docente, renunció a su trabajo y migró a Estados Unidos por el bajo salario y las dificultades económicas que la agobiaban. “No podía seguir así” cuenta, quien ahora busca un futuro mejor lejos de las aulas de clases, de su familia y su país.

“Me encantaba ser docente. Siempre quise ayudar a los niños, especialmente a aquellos que tenían más dificultades para aprender”, dice con nostalgia, recordando momentos de satisfacción que vivió cuando las y los estudiantes comenzaban a confiar en ella y la veían como una segunda madre, relata.

“Mi salario de dos plazas era de 13,500 córdobas (unos 370 dólares estadounidenses), pero no alcanzaba para cubrir todos mis gastos. Trabajaba sin descanso, pero nunca lograban subirnos el sueldo. Los maestros damos todo, y necesitamos que se valore nuestro esfuerzo”, apuntó Daysi.

Daysi decidió migrar a los Estados Unidos en abril de 2024, y cuenta que no ha sido nada fácil, obteniendo esporádicas oportunidades de empleo que le han ayudado a resolver algunas metas. “Yo estaba trabajando tres días a la semana y me pagaban un sueldo de 50 dólares al día y con esos 150 he hecho varias cosas que allá (Nicaragua) no las podía hacer. Mandé a mi familia una caja se cosas, un bolso lleno de ropa, he estado con mi casa arreglándola poco a poco, porque todavía no tengo un trabajo fijo, pero imagínate con el poquito que estoy ganando y he hecho varias cosas”, contó a Onda Local, dejando percibir una marcada satisfacción por su sacrificio.

“Los maestros vivimos enjaranados”

Daysi dijo que se vio forzada a migrar a Estados Unidos porque estaba consciente de que su “pequeño” salario no era suficiente para “sobrevivir” y resolver algunas necesidades básicas. “Las cosas allá en Nicaragua están elevadas, pero el pago siempre es el mismo, nunca nos suben el salario, y si suben es mínimo”. Imaginate que la canasta básica ya alcanzó un mayor costo (20,559.16 córdobas), y con ese salario no iba a hacer nada, agregó.

La docente migrante, explicó que en Nicaragua maestras y maestros se ven obligados a iniciar un ciclo de deudas que nunca termina, y por necesidad tomar decisiones extremas como hizo ella migrando. “Vivimos en jarana, siempre metidos en préstamos”, repite con evidente tristeza.

En el marco de la conmemoración del Dia Mundial de las los docentes, La UNESCO resaltó en un informe, la necesidad de mejorar las condiciones laborales de docentes para frenar la ola de renuncias y hacer la profesión más atractiva. En Nicaragua, sin embargo, la crisis sigue sin mostrar decrecimiento.

“Rosario Murillo dió la orden que el estudiante que cumpla o no cumpla tiene que pasar al siguiente año. La orden es no aplazar a ningún estudiante se nos exigió… Nicaragua necesita urgentemente cambiar el sistema educativo y devolverle el respeto a la labor docente", concluyó Daysi.

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