Matriz energética en Nicaragua, el lento avance hacia la transformación
- 26 Dic 2024
- 8:25 a.m.
Nicaragua es por mucho, uno de los países centroamericanos con mayor potencial para la generación de todas las formas de energías renovables. Su singular geografía le da el privilegio de contar con los recursos naturales necesarios para convertirse en un país con energía limpia en su totalidad y dejar de depender de los combustibles fósiles o la importación de hidrocarburos.
***
Nicaragua cuenta con una extensa cadena volcánica propicia para la generación de energía geotérmica; 10,384 km2 de los 130,373 km2 que comprenden la extensión territorial del país, corresponden a cuerpos de agua con las que se puede generar energía hidroeléctrica.
Por otro lado, las características topográficas y climáticas de la franja del pacífico, principalmente en la región de occidente y el istmo de Rivas son favorables para la generación de energía eólica, sus extensas llanuras y planicies son favorecidas por la velocidad adecuada de los vientos para el funcionamiento de los aerogeneradores.
Asimismo, existen condiciones propicias a lo largo y ancho del país para la generación de energía solar. Otra alternativa energética con condiciones propicias es la generación de energía y biocombustible por biomasa.
Si bien en términos de la transición de energía fósil a energía verde, Nicaragua ha avanzado significativamente durante los últimos años, el ritmo con que lo hace se ha ido ralentizando al extremo que en algunas áreas parece haber quedado estático.
Estado de la energía renovable en Nicaragua
Energía eólica “viento en aspas” pero a la vez estancada
Actualmente Nicaragua cuenta con cuatro parques eólicos, con una capacidad instalada de 186.20 Magavatios (MW), todos ubicados en el istmo de Rivas, los cuales, de acuerdo a la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), fueron instalados entre 2009 y 2013.
Los parques eólicos son: Amayo, el más grande hasta ahora, con una capacidad instalada de 63 MW, el cual comprende dos fases. Luego están Eolo (con 44 MW), Blue Power y Alba Vientos con 39.6 MW cada uno.
Aunque se ha hablado de proyectos de ampliación de este tipo de energía amigable con el ambiente, hasta la fecha no se ha concretado ninguno. La empresa Alba Generación, vinculada a Albanisa, propietaria del parque eólico Alba Vientos, proyectaba construir otro parque eólico a partir de 2017, pero hasta la fecha dicho proyecto sigue sin ejecutarse.
En cambio, por ejemplo, Costa Rica, posee 18 parques eólicos, los que, de acuerdo a datos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), alcanzaron en 2023, una capacidad instalada de 408 MW, lo que representa más del 10 % de la matriz eléctrica nacional.
Actualmente Costa Rica se encuentra explorando la posibilidad de producir energía eólica marina, en el Pacífico norte de ese país, en la zona fronteriza con Nicaragua.
Potencial geotérmico sin aprovechar
En lo que respecta a la energía geotérmica, en el país operan dos campos geotérmicos, la Planta Momotombo y la Planta San Jacinto Tizate en Telica. El primero desarrollado a partir de 1983 y el segundo a partir del 2005.
Según Enatrel, los dos campos suman una capacidad instalada de 164.5 MW, lo que equivale al 16% de la matriz energética nicaragüense, sin embargo, de no ser por la falta de inversión en proyectos similares, dado el potencial que tiene el país, el aporte a la energía limpia y autónoma a la matriz energética a través de la geotermia podría ser mucho mayor.
En mayo de 2022, el Ministerio de Energía y Minas presentó los avances de un estudio para determinar la factibilidad técnica del Proyecto Geotérmico Volcán Cosigüina, el que, de acuerdo al documento, sería financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y tendrá un costo de 46.081 millones de dólares.
En la misma vía, en enero de 2023, Kevin Gutiérrez, funcionario de la Dirección de Estudios Geotérmicos de la Empresa Nicaragüense de Electricidad (Enel), dijo a medios oficialista que otros tres proyectos geotérmicos estaban en “proceso de exploración”, uno ubicado en El Hoyo-Monte Galán, otro que abarca los volcanes Casita y San Cristóbal y el tercero en el Mombacho. No obstante, no se encontró información actualizada sobre los avances de los estudios exploratorios de estos proyectos.
Energía hidroeléctrica: abundante agua, poca generación eléctrica
El otro potencial energético desaprovechado en el país es el que se genera a partir de los recursos hídricos, los cuales abundan en Nicaragua.
Actualmente funcionan solo dos plantas hidroeléctricas, cuyos orígenes se remontan a los años 60 y 70. La Planta Centroamérica, la que de acuerdo a Enatrel, inició operaciones en 1965, y la Planta Carlos Fonseca, cuyo funcionamiento inició en 1971, las dos plantas producen 104.4 MW.
Adicionalmente se han puesto en marcha a partir de 2007, otras nueve pequeñas centrales hidroeléctricas, las que generan entre 0.8 y 17 megavatios, sumando todas 53.38 MW.
Biomasa: energía a partir de materia orgánica
En Nicaragua la generación de energía por biomasa, otra alternativa renovable, se concentra en los cuatro ingenios azucareros que operan en el país, la energía por biomasa se genera durante los meses de zafra principalmente a través de la quema del bagazo.
Según Enatrel, la capacidad instalada de energía producida por biomasa es de 224.3 MW, una cifra superior a la de las otras formas de generación explotadas en el país.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), afirma que la caña de azúcar ocupa un lugar destacado en cuanto a la generación de energía renovable en los países en desarrollo con limitaciones energéticas. La organización asegura que la caña ofrece, además de alimentos, combustible y energías renovables anualmente y sin afectaciones al medio ambiente.
“La tecnología industrial empleada permite la disponibilidad de materias primas para diversas producciones que, junto con la producción de energía, elevan el valor agregado del azúcar, principal producto obtenido de esta agroindustria” asegura la FAO.
No obstante, existen otras fuentes de generación de energía por biomasa como la producción de etanol como biocombustible además de biogás, alternativas de las que se habló ampliamente en Nicaragua en la década de 2000, a raíz del auge de Brasil en la producción de etanol, pero que nunca se puso en marcha.
Brasil es actualmente el segundo mayor productor de etanol del mundo y el mayor exportador mundial. De acuerdo con sitios especializados, este país sudamericano es catalogado como el líder internacional en materia de biocombustibles y la primera economía en alcanzar un uso sostenible de los biocombustibles.
¿Energía solar en auge?
A partir del Tratado de Libre Comercio suscrito entre Nicaragua y China en agosto de 2023, mismo que entró en vigencia el primero de enero de este año, se habla con más frecuencia de proyectos para la generación de energía a partir de plantas fotovoltaicas.
No obstante, la generación de energía a partir del sol en el país, hasta ahora sigue siendo incipiente. De acuerdo a información de Enatrel existen tres plantas solares con una capacidad instalada de 29.4 megavatios: La Trinidad, en el municipio de Diriamba, Carazo, instalada en 2013, esta apenas produce 1.4 MW; luego está Solaris, ubicada en Puerto Sandino, Nagarote, la que inició a operar en 2017 y produce 12 MW, y la tercera llamada El Jaguar cuyo funcionamiento inició en 2024, se ubica en el municipio de Malpaisillo en el departamento de León, con una generación de 16 MW.
Adicionalmente, de acuerdo a datos de Enatrel, se han instalado otras siete pequeñas plantas “en zonas de difícil acceso, que no están conectadas a la red”.
No obstante, a inicios de este año, el gobierno anunció la instalación de cuatro plantas fotovoltaica más durante el periodo 2024-2025, para la generación de 67 megavatios más que serán parte del Sistema de Interconectividad Nacional. Asimismo, la construcción de otros complejos solares a mediano plazo en los municipios matagalpinos de San Isidro, Sébaco, Ciudad Darío, Terrabona, además de Puerto Sandino y Nagarote, en León, lo que a la postre, de ejecutarse todos los proyectos anunciados, se traducirían en un auge de la energía fotovoltaica en el país, la que hasta ahora ha sido mínimamente aprovechada en comparación con otros países de la región.
De acuerdo a la revista Forbes, Costa Rica, Guatemala y El Salvador son los tres países que han capitalizado mejor este recurso natural, “adoptando tecnologías solares para satisfacer sus necesidades energéticas”.
Daniel Buchbinder, fundador de Alterna, una iniciativa que promueve el desarrollo sostenible fundamentado en cambios sociales y ambientales, refiere en relación a la energía solar en Centroamérica, que esta es una región idónea para la implementación de sistemas de energía solar, dado que recibe una de las radiaciones solares más altas del mundo, lo que le da el potencial de consolidarse como líder en la producción de energía renovable. Asimismo, afirma que la transición hacia fuentes renovables no solo ayuda a reducir la dependencia de combustibles fósiles, sino que también contribuye a la mitigación del cambio climático.
Cabe resaltar que, según proyecciones hechas por el Banco Mundial en 2013, en el año 2020, Nicaragua estaría en capacidad de producir el 90% de la energía que se consume en el país a través de fuentes renovables.
No obstante, según datos del Ministerio de energía y Minas y Enatrel, en la actualidad Nicaragua produce el 70% de energía renovable para la matriz energética nacional.
Un artículo publicado por la revista Sustainability, especializada en el tema energético, refiere, en correspondencia aproximada con el dato anterior, que la mayor contribución a la matriz energética, por parte de las fuentes energías renovables en el país, proviene de la energía geotérmica, la que aporta el 21%, seguida por la energía eólica y la hidroeléctrica con el 16 % y el 15% respectivamente, en cuarto lugar, se ubica la energía por biomasa con el 14% y la solar con apenas el 0.6%.
Desaceleración en los últimos años
De acuerdo con el análisis de datos del Ministerio de Energía y Minas (MEM) a partir de 2018, la generación de energía renovable se ha desacelerado. En 2018, la producción de energía renovable fue de 2,739 Gigawatts Hora (GWH).
En 2019, bajó a 2,598 GWH y en los siguientes tres años, solo aumentó en 1%, aproximadamente. En 2022 se generaron 2,937 GWH, no obstante, en 2023, la producción de energía renovable disminuyó a 2,827 GWH, 110 GWH menos en comparación a 2022.
Los datos del MEM reflejan que en los años anteriores al 2018, la generación de energía a través de fuentes renovables tenía un crecimiento de 5% anual.
A criterio de un experto en energía renovable consultado por Onda Local bajo condición de anonimato, los datos muestran que la producción de energía renovable sigue sin levantar cabeza.
Cabe resalta también que la cantidad de GWH que se producen en Nicaragua varía cada año de acuerdo a la demanda. En 2023, según el anuario estadístico del MEM, se generaron 4,829 GWH. El 58.54% de lo que se generó fue a través de fuentes renovables o alternativas al combustible fósil.
El experto explicó que ese estancamiento podría prolongarse debido al ambiente hostil para las inversiones en Nicaragua y el deterioro de la infraestructura de producción de energía renovable.
A criterio del especialista, eso explica por qué la matriz energética no llegó al 90% de producción de energía renovable en 2020, como estimaba el Banco Mundial. El especialista hizo énfasis en los planes gubernamentales de ampliar la producción de energía eólica y solar.
Asimismo, recordó que el último gran proyecto que plantea el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en la inversión de infraestructura de energía renovable es el proyecto de energía geotérmica Cosigüina mencionado anteriormente.
La fuente aseveró que dicho proyecto está en desarrollo desde el 2022 y considera que va en un ritmo muy lento. “Solo los estudios científicos para saber si es sostenible la generación de energía geotérmica en Cosigüina durarán cinco años, a eso se le suma el tiempo que llevaría construir la planta de generación”, advirtió.
El experto añadió que las dificultades técnicas también son una limitante para el crecimiento de las energías renovables en Nicaragua.
La fuente también enfatizó en la “intención” de construir más turbinas de generación eólica en Rivas, pero hasta ahora, es solo una posibilidad.
Asimismo, señaló que los proyectos tanto geotérmicos como de energía solar anunciados por el régimen, son proyectos sobre los que pesa el fantasma de los fracasos como el de la hidroeléctrica Tumarín y la planta de gas natural en Puerto Sandino.
“El ritmo de los proyectos no va en consonancia con las metas o ambiciones del gobierno”, afirmó la fuente. El MEM, se ha trazado el objetivo de que para el año 2035, el total de la energía que se genere en el país provenga de fuentes renovables.
Acuerdos con China para la generación de energía solar
El régimen Ortega Murillo firmó un acuerdo entre el Gobierno de Nicaragua con la empresa Estatal China CCCC (Corporación de Comunicación y Construcción de China) para la construcción de la Planta Solar El Hato, de 67 megavatios (MW) en el municipio de Ciudad Darío, Matagalpa con una inversión de US$ 80 Millones.
También pretende construir una planta solar en San Isidro, Matagalpa, para el funcionamiento de las estaciones de bombeo de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal). El acuerdo establece construir una tercera planta fotovoltaica en el municipio de Masaya con la capacidad de generar 70 MW al año.
En octubre de 2023, el embajador de Nicaragua en China, Michael Campbell, firmó un acuerdo para que la empresa china Huadian Overseas Investment, se dé a la tarea de terminar el ambicioso y fallido proyecto de la hidroeléctrica Tumarín. Dicho proyecto está valorado en 1 mil 100 millones de dólares.
Por otro lado, de acuerdo con el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) el Consorcio Eólico Amayo, posiblemente realice una tercera etapa en la que aumentarán la cantidad de turbinas y generarán 70 MW más.
Régimen admite limitaciones
En las últimas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) por sus siglas en inglés, presentada ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en 2018, el régimen Ortega Murillo, reconoció que “el crecimiento de la generación eléctrica a través de fuentes de renovables se ha visto limitado por el alto precio de las tecnologías de energía limpia”.
Las NDC son informes donde se detalle cómo avanzan o no, los países en materia energía renovable, conservación de los bosques y la biodiversidad.
El especialista consultado por Onda Local afirmó que por ahora ve muy difícil que la matriz energética se transforme 100% en energía renovable. “Los datos oficiales son claros, el estancamiento existe y aun seguimos necesitando de los combustibles, aunque en menor cantidad que hace 17 años” aseveró.
Energía debería ser más accesible
A criterio de Fernanda, seudónimo de una especialista en energía y medioambiente, que trabajó por muchos años en una organización ambiental de referencia, el costo de la producción de energía renovable no depende del costo fluctuante de un combustible, por lo que el precio de la energía que se produce de forma alternativa, debería ser más estable.
“La generación de energía eólica es la más estable pues el viento no se detiene. En el caso de las hidroeléctricas el mayor riesgo son las sequías. La energía geotérmica que generan los volcanes es la más costosa por lo complejo de su producción y en cambio, la energía solar, en la región del Pacífico de Nicaragua casi todo el año hay suficiente radiación solar”, detalló la fuente.
Según datos de Enatrel, al 2024, el 99.2% de la población tiene acceso a la energía eléctrica. El Instituto Nicaragüense de Información para el Desarrollo (Inide) señala que, a octubre de 2024, las familias nicaragüenses pagan en promedio por el consumo de 100 kilovatios, unos 324,55 córdobas al mes. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que 100 kilovatios, es el consumo mínimo y que el Estado subsidia a las personas que consumen esa cantidad de energía o menos de 150 kilovatios al mes.
“En este país difícilmente una familia de cuatro personas y que tenga medidor, logra consumir menos 150 KWH al mes. Así que, en términos prácticos, una gran parte de la población paga más de 324 córdobas al mes”, explicó Fernanda.
Salvador Mansell, presidente ejecutivo de Enatrel, afirmó en declaraciones a medios oficialistas, que a partir de 2024 el gobierno se enfocaría en producir más energía renovable con miras a tener “costos competitivos, para seguir desarrollando de manera social y económica el país".
En Nicaragua, además de la electricidad, un 39% de las personas utilizan leña como fuente de energía, principalmente para cocinar, según el informe Valoración del aprovechamiento y protección de los recursos naturales en Centroamérica de la Asociación Centroamericana Centro Humboldt.
En ese sentido la especialista consultada por Onda Local, advirtió que la energía limpia debería ser más barata para las y los consumidores. “De qué sirve que la matriz energética sea renovable si el consumidor paga caro”, indicó. De igual forma aseguró que se necesitarán más fuentes de energía renovable, ya que las actuales infraestructuras no darán abasto por el crecimiento de la población y los efectos del cambio climático.
En sus declaraciones, el presidente ejecutivo de Enatrel, también afirmó que para los próximos 10 años, se proyecta la ejecución de otros seis proyectos de fuentes renovables hidroeléctricas, que podrían generar más de 700 megavatios.
No obstante, Fernanda opinó que, “se necesitan más plantas fotovoltaicas y eólicas" además de explorar en la generación de energía por medio de las olas. La experta considera que los proyectos de las plantas solares con China, no son suficientes para abaratar el costo de la energía.