La voz de una nación

Ayer por la noche retumbó, hubo temblor de 5.5 informó el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER), pero poco transcendió la noticia. Las y los nicaragüenses y el mundo prestaban atención a otra información; "retumbos y vibraciones"  ocasionadas por centenares de miles de nicaragüenses que salieron a las calles protestar por la injusticia y violencia perpetrada por el poder autoritario y represor del gobierno de Nicaragua. Las y los manifestantes no portaban armas, sino puros ideales de libertad, la bandera azul y blanca alzada, carteles con distintos mensajes, pitos, megáfonos. Vestian camisas blancas y negras en honor a los caídos, asesinados por la fuerza policial. Otros con su propia garganta gritaban sin parar, exigiendo el alto a la represión y condenando la violencia ejercida por la institución policial, que ya no resguarda el orden o protegen vidas, sino más bien, promueven el terror en complicidad con las estructuras de choque que caracterizan el gobierno orteguista.

Venían de todas partes, de uno en uno, otros en grupos pequeños y grandes. Marcaron sus rostros con el azul y blanco de la bandera, misma que agitaban.  En las distintas paradas de buses se iban juntado para dirigirse a la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), convertida en estos días en el símbolo de la resistencia contra la represión. Otro grupo partió de la Rotonda la Virgen se encontró con otra gran cantidad de personas en los semáforos de Villa Progreso. Ahí se sentía la alegría y la emoción de miles, que al verse, se les hacía imposible evitar sonreír, "era como una desesperación estomacal, algo que te eriza la piel o te hace llorar", describió "Enma", una de las presentes.

Se escucharon coros, repetidos a todo pulmón: “No eran delincuentes, eran estudiantes”, “Pueblo Únete”, “Señor señora, no sea indiferente, matan a estudiantes en la cara de la gente”. Otras formas expresión tan genuinas, características de la picardía nicaragüense: “Sobaco, peludo, te vas con él trompudo”, “Ortega- Murillo se sienten bien culillo, “Ortega-Somoza, son la misma cosa”. Todas estas consignas, mantuvieron en todo momento el ánimo, la algarabilla de las y los manifestantes durante el recorrido.

La gente también repetía el nombre de los 25 jóvenes asesinados por la policía. Hubo  momentos en donde se les rindió homenajes. Tras la pronunciación de sus nombres, la concurrencia gritaba ¡PRESENTES!.

Quienes por una u otra rqazón no marcharon, al avanzar las marchas que venian de todos lados, sacaron de sus casas bolsas de agua que habían preparado para hidratar a la gente. Otras personas encendieron sus grifos, sacaron mangueras y dieron de beber, en un acto total de solidaridad genuina. Fue otra manera de expresión.

A nuestra izquierda una señora sale de su casa, se para en la puerta, y en señal de saludo alzó su bandera.

Camino a la UPOLI, llegamos hasta las barricadas que se crearon durante la resistencia de la juventud ante los constante ataques de la policía. En trasmisión en vivo de Onda Local, Patricia Orozco, rememoró  los tiempos de la represión somocista, cuando las chavalas y los chavalos resistían detrás esas barricadas. Pues en esta ocasión estos muros de adoquín probablemente detuvieron muchas de las balas que pudieron haber asesinado a muchos más jóvenes universitarios.

En la entrada principal de la UPOLI se leía un gran rótulo con la frase “NO NOS DISPAREN”. Con el respaldo de la ciudadanía varios de los jóvenes heridos fueron sacados en ambulancias, a quienes por su valentía, la gente agradeció con aplausos, puño en alto y gritos eufóricos llenos de alegría. Las y los jóvenes agradecieron al pueblo su solidaridad.

Una muchacha de pelo corto, pelona como decimos en Nicaragua, hacía recolectas de dineros en bolsas plásticas, las que en pocos minutos se llenaron. La jóven, cansada casi sin voz, grito que el dinero recolectado sería utilizado para la alimentación de quienes resisten aun al interior de la universidad.

Las fotos no son necesarias en esta ocasión, hubo la decisión de evitar imágenes cercanas a la universidad, para evitar que se identificara a los liderazgos y no poner en riesgo su  seguridad. Onda Local respetó la decisión de las y los estudiantes.

La cantidad de gente presente durante la manifestación no la podemos determinar, sólo vimos pasar gente que venía del norte, del sur, del este y el oeste, por horas y horas seguían pasando. Un guarda de seguridad desde su lugar de trabajo nos  dijo  “tres y media o cuatro hora tiene la gente de estar pasando y no son los mismos. Pienso que habían como unas 500 mil personas”. Esta afirmación deja mal parada a la vocera presidencial y vice presidenta asignada por Consejo Supremo Electoral (CSE), Rosario Murillo, quien calificó de "minúsculos" a la fuerza popular que en estos dias retomó las calles.

Como equipo periodístico asistimos a un día histórico, un hecho tan masivo sólo comparable con la manifestación ciudadana por el asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro en 1978 o el triunfo de la Revolución Popular en 1979, como parte de la historia de Nicaragua. Pero desde esos acontecimientos han pasado cuarenta años. Y lo que pasó este lunes 23 de abril de 2018, también tiene asegurado una página ámplia y especial en nuestra historia.

Así de grande es la voz de un pueblo que quiere una Nicaragua diferente.   

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