RESPLANDORES DE ABRIL No. 11

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Un virus que afecta a todo el planeta tiene de rodillas a la humanidad • Foto: Glen Carrie / Unsplash

EL PLANETA ESTÁ DE RODILLAS

Un virus que afecta a todo el planeta tiene de rodillas a la humanidad, pese a su desarrollo económico y científico. En el S. XIV, y principalmente entre los años 1347-1353, la pandemia de la peste negra mató, solo en Europa, a 25 millones de personas. Es altamente probable que hayan sido muchos más. Ahora solo hay un poco más de cinco mil muertos por el Covid-19 gracias a los avances en medicina, pero dada la globalización e interdependencia, está causando un impacto sin precedentes en la economía mundial.

Por ser la segunda potencia económica global, desde China el Coronavirus quebró las principales cadenas de producción, pues se suprimieron exportaciones e importaciones a decenas de países. Gran parte de la actividad económica está suspendida para evitar el contagio. Las bolsas de valores de EE. UU, Europa y Sudamérica se han desplomado en los últimos días. Hay miedo e incluso pánico no solo en grandes empresarios e inversionistas sino en gran parte de la población.

Ante este monstruo imprevisto, la humanidad vive una situación sin precedentes en la que la evidencia de nuestra vulnerabilidad nos debe reencontrar con la humildad y las mejores prácticas sanitarias, comenzando con lavarnos regularmente las manos y no tocarnos el rostro.

El triunfo de China sobre el Coronavirus está nublado por el avance de la plaga por 125 países, afectando a más de 140 mil personas. Finalmente, como se está demostrando en Wuhan, la humanidad triunfará, pero a un alto precio que debe ser cobrado en lecciones aprendidas para un mundo menos mercantilista, autoritario y corrupto, que debe ser más humanista, más ético y más justo.

LA DICTADURA NO TIENE PRESENTE, MUCHO MENOS FUTURO

La dictadura orteguista sobrevive sin sentido, porque no tiene presente y muchos menos futuro. Es rechazada por la mayoría de los nicaragüenses que no reconocemos como gobierno legítimo a la familia Ortega-Murillo y sus cómplices, a quienes más bien vemos como un grupo de corruptos, nepóticos y sanguinarios, candidatos a ser juzgados por delitos de lesa humanidad. Su descrédito es mundial. Casi a diario son cuestionados por protestas rápidas en diferentes lugares del país y también en el exterior.

Ante los organismos internacionales de Derechos Humanos, son de lo peor. Sus desmanes los tienen bien registrados, con pruebas y evidencias que podrían ser utilizadas en juicios por delitos extremos.

¿Qué sentido tiene permanecer en el poder en estas circunstancias tan negativas para la tiranía? Han tenido que recurrir a la matanza y la represión generalizada, provocando más de tres centenares de muertos, miles de heridos, secuestrados y torturados y centenares de ciudadanos judicializados.

Miles de policías, sobre todo antimotines, están permanentemente en las calles para impedir la protesta ciudadana, haciéndonos sentir como que vivimos en un país ocupado por un ejército invasor y bajo un Estado de Sitio y Ley Marcial de hecho.

La dictadura no ha podido silenciar a la vasta comunidad azul y blanco porque no puede, no tiene fuerza para ello, aunque tenga el control de las Fuerzas Armadas. Entonces, ¿qué sentido tiene seguir en el poder? La respuesta es el poder mismo, el enfermizo apego por el poder; y, por otro lado, los intereses materiales, porque el poder es como varias gigantescas corporaciones mercantiles que dejan millones de dólares de utilidades a costa de la expoliación de los bolsillos de la población.

Pese a su naturaleza sanguinaria, no le deseo ningún mal a los dictadores y sus sicarios y secuaces. Deben bajarse de esa nube cuanto antes porque cada día que pasa se hunden un poco más en la miasma, y empeoran su grave situación, hasta que llegue el día aciago para ellos y feliz para casi todos los nicaragüenses, de que estarán con el agua hasta el cuello y el mundo se les vendrá encima. Ese día empezarán a ser juzgados en tribunales universales.

LAS EXPECTATIVAS EN LA REVOLUCIÓN

Entre algunas personas opositoras al sandinismo desde los años ochenta y noventa, se ha desarrollado un afán casi destructivo por atacar a quienes no se comportaron como ellos y se vincularon a la Revolución Popular Sandinista (RPS) que desató tantas esperanzas en el país y también internacionalmente.

Las contradicciones que generó la RPS con los campesinos, etnias del Caribe y otros sectores, llevaron a un alejamiento escalonado de la ciudadanía de un proyecto social que prometía la redención de los oprimidos. La sociedad se movió al mismo ritmo, como un bloque, unas personas se alejaron más rápido que otras.

Caída la utopía revolucionaria, se alzó triunfante la concepción liberal de la democracia, con la toma del poder mediante elecciones libres, división de poderes e institucionalidad. Hoy prevalece la idea de un gobierno de justicia, en el que resplandezca la verdad, se castigue a los asesinos y se compense a las víctimas. Hay consenso de la necesidad de un régimen democrático, de sometimiento a las leyes y de respeto pleno a los derechos humanos. Esto es lo más importante.

Hay que desterrar cierto afán purista de querer pasarle cuentas a quienes no se distanciaron de la RPS desde un primer momento. Debemos tomar en cuenta que existen diferentes formas de percibir la realidad. Los vínculos, además, eran fundamentalmente por la idea de que habría un cambio extraordinario y sobrevendría el bienestar de los nicaragüenses. La mayoría de los nicaragüenses –excepto los somocistas—estaban con la Revolución. Esa expectativa era justa y nadie debe ser censurado por ello.

LOS QUE ATACAN A LOS AZUL Y BLANCO Y NO A LA DICTADURA ORTEGUISTA

Con la masacre del 22 de enero de 1967 se cierra la opción cívica en Nicaragua, pero el FSLN no prende entre las masas si no es a partir de la toma de la casa del somocista Chema Castillo, que significó un duro golpe a la dictadura somocista que tuvo enorme impacto internacional. Esos muchachos, entre los que estaba Hugo Torres, se volvieron héroes.

La incorporación popular a la guerrilla se incrementó de manera exponencial tras el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal el 10 de enero de 1978 y la toma del Palacio Nacional el 22 de agosto del mismo año. El Frente alcanza una dimensión épica. Todo el mundo se estaba volviendo sandinista, tal era la admiración que despertaba la valentía y heroísmo de los guerrilleros. Decenas de ellos murieron con las armas en la mano en esos duros años de implantación de esta violenta forma de lucha. Después de 1978 cayeron miles en las insurrecciones.

Con la victoria, Nicaragua se tiñó de rojo y negro. Por primera vez vimos a Sandino en televisión. Nicaragua estaba unida en la Revolución Popular Sandinista que despertó tantos sueños --excepto los derrotados somocistas--, pero año con año surgían las contradicciones e inconformidades, sobre todo entre el campesinado.

Los jóvenes dirigentes del Frente y del Estado cometieron graves equivocaciones, primero, al subordinarse a Moscú y La Habana y enfrentarse a Washington, durante la “Guerra Fría”, lo que provocó una situación bélica que hizo colapsar la economía. Ambos fenómenos trajeron un gran sufrimiento a gran parte de la población.

En el ejercicio del poder, los endiosados comandantes sandinistas comenzaron a aumentar su autoritarismo y a corromperse. Tras la derrota electoral de 1990, cometieron una apropiación multimillonaria de bienes del Estado que se conoció como “La Piñata”. No todos se involucraron, pero el hecho salpicó a toda la militancia, sobre todo a los cuadros. Algunos de los que recibieron casas, por ejemplo, las devolvieron o las pagaron a sus dueños, como Sergio Ramírez.

Ahora hay un grupito en Facebook que trata de descalificar a todos los sandinistas y no toman en cuenta la historia, ni que muchos actuaron heroicamente contra la dictadura somocista y perdieron familiares en la lucha. Hay quienes se hacen los que no saben y prefieren aparecer como que ignoran, por ejemplo, que desde antes que surgiera el Movimiento Campesino, el MRS lucha contra la dictadura orteguista.

Hay que unir a todos los que están contra la tiranía de los Ormu. El sectarismo, el divisionismo, las campañas de descrédito, solo favorecen a la familia Ortega-Murillo. Y hay quienes se ocupan más de atacar a fuerzas políticas que luchan frontalmente contra el régimen, y no a este, lo cual no es razonable. Pareciera que tienen otros intereses o que son agentes de quienes ostentan el poder. Solo la unidad permitirá acabar con el orteguismo.

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