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Impacto económico de la Covid19 en Nicaragua: resistiendo para sobrevivir

Patricia Orozco y Luis Sánchez Corea | 19 Dic 2020

Impacto económico de la Covid19 en Nicaragua: resistiendo para sobrevivir

A Pedro Hernández lo han estremecido fuerte las crisis que durante los últimos años tienen en la incertidumbre a Nicaragua. En la que inició en abril 2018 y generó una de las peores insolvencias económicas de los últimos años, Pedro tuvo que echar mano de sus escuálidos ahorros para sobrevivir. Con la pandemia fue afectado no sólo en lo económico, enfermó de Covid y por poco no sobrevive para contar su historia.

Pedro tiene 70 años, ha dedicado la mitad de su vida a la venta ambulante de hot dog; vive en el barrio 19 de julio, Managua, uno de los últimos que se ha tragado el Mercado Oriental.

Tres carritos de hotdog le dan ingresos. Antes trabajaba uno y en los otros empleaba a dos muchachos a quienes pagaba el 30% de las ventas. Todo cambió y empeoró con la pandemia en 2020. La recuperación económica y de su condición de salud no ha sido fácil. Las ventas siguen deprimidas y él carga con las secuelas del Covid19, pero no deja de vender hot dog:

Por su parte, Alba Isamar Mendoza de 31 años, del municipio de San Lucas, Madriz, antes del coronavirus viajaba al Mercado Oriental a comprar mercadería, para luego distribuirla en su localidad. 

Con la pandemia dejó de viajar por temor al contagio, pero además por la caída de las remesas: “En este pueblo nos mantenemos prácticamente de las mujeres que están luchando en España, ellas mantienen a sus hijos, entonces todo el comercio se mueve alrededor de esas familias que reciben remesas” explica.

Alba afirma que estas mujeres representaban el 70 por ciento de su clientela, “ellas pedían los útiles y uniformes para la escuela cuando entraban a clases, en diciembres sus estrenos para navidad, también para sus cumpleaños”. 

Cifras oficiales aseguran crecimiento económico

No obstante, el Banco Central de Nicaragua, en su Índice Mensual de Actividad Económica, IMAE, de noviembre 2020, asegura que en septiembre pasado se continuó registrando una tendencia de recuperación de la actividad económica, luego de los efectos de la Covid 19.

En los servicios, de acuerdo a datos del IMAE, hubo crecimiento en el comercio, la enseñanza, las actividades inmobiliarias, salud y administración pública.

A la vez, el Centro de Trámite de Exportaciones (CETREX), ha informado que las exportaciones de Nicaragua establecieron un nuevo récord en noviembre al totalizar 2,723.86 millones de dólares. Destacándose hasta noviembre recién pasado oro en bruto, carne de bovino, café oro, azúcar de caña, y frijoles.

El economista independiente y periodista Gustavo Ortega hace las siguientes valoraciones sobre el impacto de la Covid 19 en la economía nacional. 

Ya la Encuesta de Hogares 2019 de la Fundación para el Desafío Global, FIDEG, había indicado que en ese período un poco menos de la mitad de la población (44.4%) vivía en condiciones de pobreza general, con un consumo inferior a los 28,336 córdobas (814.40 dólares) al año por persona (67.85 dólares al mes); y el 8.9% en pobreza extrema.

Una mirada a la crisis desde el sector pesquero

Justo Abel Espinoza es pescador artesanal de San Juan del Sur, de sus 48  años ha estado en la pesca durante 32.

Abel coincide que la crisis económica no fue generada por la pandemia de la Covid 19, advierte que el sector pesquero resiente la caída de los precios por ausencia de las exportaciones en los meses más críticos de la pandemia, por esa razón, los pescadores sanjuaneños se vieron obligados a vender en 8 córdobas (0.23 centavos dólar)  una libra de pescado de exportación que antes la vendían a un equivalente de hasta 2.85 dólares.

Tras cuernos, palos

La mala racha no termina ahí. Las lanchas salían a faenar y regresaban con poca captura. No se lograba ni la inversión, lo cual ocasionaba pérdidas adicionales y más endeudamiento.  Alistar embarcaciones con aperos, provisión, combustible y hielo, se hace al crédito. Los dueños de embarcaciones quedan insolventes.

Justo Abel explica que cada dueño de embarcación paga anualmente 425 córdobas (12.15 dólares) a la Dirección General de Transporte Acuático como permiso de navegación y mensualmente 200 córdobas (unos seis dólares) a la Dirección General de Ingresos, DGI. Además, a la alcaldía municipal 8.35 dólares por permiso anual de pesca, uso de la bahía, y renovación del permiso. También, 10.28 dólares anuales a la Fuerza Naval, en concepto de zarpe.

El pescador sanjuaneño considera que hay falta de sensibilidad hacia el sector por las autoridades de Gobierno.

Otras alternativas

En San Juan del Sur, a quienes les fue peor en el momento crítico de la pandemia, tuvieron que buscar otras alternativas en área rural o como taxistas. Muchos se han endeudado cuenta Justo Abel. 

La Covid 19 y las pymes nicas

Para Roberto Brenes, Presidente Ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo Pyme (IDES-PYMES), este sector ha sido fuertemente sacudido. No obstante, Carmen Hillebrantd, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua considera que el impacto fue mayor en el turismo.

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Mayor desempleo

El economista Néstor Avendaño, citando un reciente estudio de Copades, refiere que el desempleo en Nicaragua se elevó en 317 mil personas en 2018 y 2019, y que se agregarían 198 mil personas más en 2020.

Por su parte el economista Oscar René Vargas, señala que los datos oficiales de los diferentes organismos nacionales e internacionales calculan que se han perdido unos 500mil empleos, entre 2018 y 2020.

Gustavo Ortega señala proyecciones negativas respecto al incremento de la pobreza.

El coronavirus ¿una oportunidad?

Mayra Pérez es propietaria de una panadería en San Juan del Sur, con el virus las ventas bajaron drásticamente, pero no se amilanó, estaba convencida que la solución no era cerrar, sino trasladar el negocio a un lugar más seguro, libre del riesgo de contagio. Se instaló en Facebook y empezó a ofrecer sus productos con entrega delivery.

Fue su mejor decisión cuenta, las ventas han incrementado y está mejor que antes.

Pero Mayra no siempre tuvo panadería, esto fue un salto luego del estallido sociopolítico del 2018. La crisis la hizo pasar del pan de la enseñanza al pan y bizcochos de harina. Tenía una escuela de español para extranjeros en San Juan del Sur. Ofrecía clases y alojamiento. A los turistas les gustaba, pero tras el estallido abandonaron el barco.

Al inicio Mayra Trabajaba con préstamos y las ganancias eran pocas. Renta, electricidad, materia prima, salarios, y las cuotas de los préstamos, eran parte de los pagos. La panadería se deprimió, y fue entoces cuando Mayra decidió llevarla a su casa.

Parte del logro actual es no pagar nuevo local y no préstamos. Va creciendo poco a poco. Diversifican los productos, además de pan, ofrecen pasteles, postres, tacos y burritos, todo por delivery.

Mayra aspira crear su marca, incluyendo registro sanitario.. Ha sabido reinventarse, de la crisis sacó oportunidades, aunque no todas las personas lo han logrado. 

Un sueño frustrado por el virus

Carmen Carrero, es una sicóloga chinandegana que antes de la pandemia trabajaba en una institución del Estado.

Sin embargo, dada la situación cada vez más compleja del país, tomó la decisión de renunciar y con el dinero de su liquidación emigrar.  Pero llegó la pandemia y su plan se frustró, no pudo salir del país.

Carmen y todos los miembros de su familia adquirieron la covid19. Ella relata cómo su familia enfrentó la enfermedad, además del impacto de la crisis económica.

 

Diversificar para sobrevivir

En la ruralidad el impacto también ha sido fuerte. Así lo describe Karla Lisbeht Vásquez, una agricultora de la comunidad Guanacastillo, en el municipio de El Jícaro, Nueva Segovia, quien además de cultivar maíz y frijoles, ha puesto en marcha una combinación de pequeños negocios para generar mayores ingresos, algunos vinculados a los roles tradicionales de género, tiene una pulpería, hornea pan y procesa café artesanalmente para comercializarlo.

Sin embargo, pese a que ha diversificado sus fuentes de ingresos la pandemia le ha afectado sus negocios, “las ventas han bajado porque en la comunidad hay familias que viven de las remeses pero ya no las están recibiendo como antes”.

Por otro lado, la siembra de postrera fue pérdida total por las incidencias de las lluvias provocadas por los huracanes Eta e Iota.  Karla sembró tres manzanas de frijoles.

“Nos fue muy mal con la cosecha de postrera, porque de 18 a 20 quintales que sacábamos por manzana, ahorita solo pudimos sacar tres” “Sacando la cuenta, de lo que invertimos en la siembra, salimos perdiendo demasiado”

Llueve sobre mojado

El testimonio de Karla Vásquez muestra la situación que atraviesan muchos productores, lo que además coincide con las estimaciones de la  Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua, (UPANIC), respecto las afectaciones causadas por los huracanes Eta e Iota, en los cultivos de granos básicos, y particularmente en los frijoles.  

De acuerdo a una nota en el sitio web de UPANIC, las perdidas en este grano, estarían en un promedio entre el 35 y 40%, advierte además que hay casos de productores que perdieron hasta el 70%  o la totalidad de sus cultivos, lo que se suma al impacto económico causado por la pandemia.

Trabajo informal y ¿covid19?

David Zeledón tiene un pequeño tramo en el Mercado Mayoreo y un camioncito de carga, sus dos medios de vida. Antes de la pandemia abría el tramo todos los días  y aunque la crisis ya se sentía, las ventas eran regulares; sin embargo durante los primeros meses de la crisis sanitaria las ventas bajaron de manera drástica.

Con la caída de las ventas decidió rentar el tramo y dedicarse a trabajar con su camión. “Por ahora es más rentable trabajar con el camión, he estado viajando a Nueva Guinea, San Carlos y el triangulo minero,” reveló a través de una llamada telefónica, en la que concertamos una entrevista presencial para la semana siguiente, la que no fue posible, porque el día acordado nos confesó por teléfono que llevaba tres días con fiebre, fatiga y otros síntomas.

Zeledón sospecha que lo alcanzó la segunda ola de la pandemia.  Él espera recuperarse pronto, porque el camión puede esperar en el garaje, pero la economía familiar no.

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