¿Hay alguna responsabilidad de la cooperativa y el dueño del bus en el accidente de la Cucamonga?

Un empresario del transporte afirma que, en promedio, los buses tienen 10 años y son unidades que han salido de circulación en otros países. Un experto en derechos de los usuarios asegura que en esta tragedia hay una responsabilidad compartida, entre la cooperativa de transporte, el dueño del bus y las instituciones que deben vigilar el servicio de transporte.

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El accidente ocurrido el 27 de julio en la cuesta la Cucamonga, en Estelí, al norte de Nicaragua, es uno de los más mortales en los últimos años. De las 16 personas fallecidas 13 eran de nacionalidad venezolana y se dirigen a Honduras para continuar hacia Estados Unidos, solo 1 nicaragüense falleció y dos cuerpos no han sido identificados, hasta ahora, según la policía orteguista.

Por este accidente fue detenido Alfredo Antonio Palma, conductor del bus. La policía lo acusa de provocar el accidente por manejar a “exceso de velocidad” en la famosa cuesta de la Cucamonga.

Sin embargo, varias personas han cuestionado que toda la culpa sea del conductor y piden que se revise las responsabilidades de la cooperativa y del dueño de la unidad, quien pertenecía a la cooperativa de transporte Conitrain, que opera en la terminal de buses Rigoberto Cabezas, en el mercado El Mayoreo.

Son tres cooperativas de transporte que cubren el norte de Nicaragua: la Cotran, la Conitrain y la Cotlántico. El dueño de la unidad de transporte es Eduardo Jarquín.

Jarquín tiene varias concesiones de buses que cubren la zona norte entre Managua, Estelí y Jalapa, afirma una fuente relacionada a la terminal de buses Rigoberto Cabezas. Jarquín es reconocido por ser un transportista que les da mantenimiento a sus buses, sostiene la fuente. 

Intentamos comunicarnos con la cooperativa Conitrain a través de un teléfono registrado como de la cooperativa, sin embargo, no atendieron la llamada.

Onda Local entrevistó a Francisco Moreno, presidente de la Cotran. Afirma que ellos tienen normado que cuando hay mucha demanda de pasajeros, en cada bus deben llevar 1 usuario por cada fila de asiento.

Moreno afirma que esa cantidad de pasajeros para la capacidad de los buses es poco.

Afirma que a pesar de situación que se vivió en Estelí, el índice de accidentes de los buses que cubren el norte de Nicaragua es bajo. “Estos tipos de hechos ocurren cada 6 años, y muchas veces es por el estado de las carreteras”, asegura Moreno.

El presidente de la Cotran asegura que hay regulación para que los buses no salgan con sobrecarga de pasajeros y objetos. “Siempre hay inspectores del MTI”, afirma.

Sin embargo, para nadie es un secreto que, en trayecto, algunos conductores llenan de pasajeros y cargas las unidades de transporte. Afirma que tienen alcoholímetros en todas las terminales y una línea telefónica para que los usuarios denuncien las anomalías.

Moreno sostiene que hay de todo tipo de buses transportando a la población, desde buses modernos que tienen dos o tres años de uso, hasta vehículos de 10 o 15 años, que han sido sacados de circulación en países como Costa Rica y Estados Unidos.

Entonces, ¿por qué los buses que salen de circulación en otros países se usan en Nicaragua para transportar a la población?

Moreno argumenta que “los gastos de mantenimiento de una unidad mayor de 10 años son mayores. Hay Estados en Estados Unidos que permiten que las unidades tengan más de 10 años, hasta 15 años. Solo tienen que pasar una inspección para seguir operando o de acuerdo a un kilometraje definido. A veces es fácil decir que pasa (accidentes) porque son unidades viejas”.

Señala que el MTI y la policía revisan el estado mecánico de los buses cada 6 meses. “Se cayó el Challenger (transbordador espacial que explotó en enero de 1986) y hace poco se cayó un Boeing (el avión de pasajeros más grande del mundo) y todos esos pasan sus debidas inspecciones. Las máquinas fallan”, comenta.

¿Responsabilidad compartida en el accidente?

Rubén Arriola, de la Consultoría de Gestor al Consumidor, asegura que la falta de vigilancia por parte de las autoridades que regulan el transporte a nivel nacional, en este caso el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) con la Dirección General de Transporte Terrestre, propicia estos accidentes.

Hace falta chequeos a los autobuses que cubren estas rutas por parte del MTI y la policía.

“Los dueños de los buses no dan mantenimiento a las unidades. Hay una responsabilidad compartida, entre el MTI, los dueños de los buses y la policía”, refiere Arriola.

Es evidente que los conductores y ayudantes de estos buses permiten la sobrecarga de pasajeros y objetos, señala Arriola.

“No hay supervisión ni en la carretera ni en la terminal de buses. Todo se trabaja de una forma desordenada lo que propicia esto grandes accidentes”, asegura.

La policía detuvo al conductor del bus y será procesado. A criterio de Arriola, el dueño del bus también debería ser imputado. “El dueño de la unidad es el propietario de la concesión y la ley 524, Ley General de Transporte Terrestre, es clara, y dice quién debe de darle mantenimiento a las unidades de transporte es el dueño de la concesión”.

Al menos se le debe quitar la concesión para dársela a otro empresario que la explote de forma adecuada, no solo para sacarle el billete, afirma.

Explica que la familia del único nicaragüense que murió en ese accidente puede cobrar el seguro de daños a tercero y también interponer una demanda en el aspecto penal.

 

 

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