Violencia obstétrica, avanza en el silencio de las salas de labor y parto

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La Corte IDH reconoció la violencia obstétrica como un tipo de violencia de género. • Foto: CANVA

Los primeros rayos de sol iluminan el cuarto de María, suena la alarma y se despierta. El reloj marca la seis de la mañana, pero este no es un día común para ella, sólo ha dormido tres horas después de sentir dolores que asemejan cólicos intensos, en su estado sabe que son contracciones de parto, mientras se alista y arregla detalles de su maleta decide llamar a Elena, su cuñada, para que la encuentre en el hospital.

“Estaba con los dolores más fuertes y no tenía hambre, por eso se puso pálida y no tenía fuerzas, yo no sabía qué hacer y acudí a la enfermera para comentarle la situación, llegó a verla y de forma grosera le dijo ¿Ya comiste? mi cuñada respondió que no, entonces la enfermera gritando le dijo ¡Qué barbaridad chavala! No seas dejada tenés que comer algo y me mandó a conseguirle frutas o algo de comer”, relata Elena.

Elena recuerda que esos días se sintieron largos en el hospital, el trato de las enfermeras antes y después del parto de Martha fue hostil. Ese día Martha sólo comió papaya con piña, pero esto le causó más náuseas de las que tenía y vomitó, cuando la enfermera se enteró de la situación se enojó más, “si cuando uno va a parir necesita comer, necesita fuerzas ¡todo lo quieren fácil!”, comentó la enfermera.

Después de esta escena, Elena explica que decidieron aplicarle suero vitaminado a Martha y mientras procedían, Elena observó cómo a su cuñada la canalizaban de forma brusca. “Las chavalas se ponen a parir jóvenes, pero no saben a lo que se van a enfrentar, si vos estas así de débil con estos dolores no vas a aguantar lo que viene después”, decía la enfermera.

Mientras Elena cuenta lo que vivió con su cuñada en un hospital público del país, le pregunto si ella sabía que el maltrato de las enfermeras hacia Martha es violencia obstétrica y ella me responde, “no sabíamos que era violencia obstétrica, pensaba que sólo era cuando el médico te atendía en el momento del parto y como el médico la trató bien, les pedía a las enfermeras que la ayudaran a bajar al bebé porque como no comió, no tenía fuerzas y casi se desmaya”, asegura.

En su paso por la sala de labor y parto Elena fue testigo de los múltiples maltratos, la negligencia y la falta de respeto a la que están expuestas las embarazadas, muchas de ellas ingresaban sin sus familiares. “Vos ya llevas dos hijos paridos, ya sabes a lo que venís tenés que levantarte a caminar”, comentó una enfermera.

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El 15 de octubre de 2022 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) reconoció la violencia obstétrica como un tipo de violencia de género. La noticia fue dada a conocer a través de una Opinión Consultiva, un dictamen de la Corte IDH que desarrolla estándares sobre un tema de derecho internacional. En este caso el documento se centra en la atención de las necesidades especiales de distintos grupos poblacionales privados de libertad para asegurar el respeto a su dignidad humana, entre estos están:

  1. Mujeres embarazadas, en período de parto, post parto y lactancia, así como cuidadoras principales.
  2. Niños y niñas que viven en centros de detención con sus madres o cuidadores principales.
  3. Personas LGBTIQ+.
  4. Personas pertenecientes a los pueblos indígenas.
  5. Personas mayores.

En el texto la Corte, “considera que la violencia ejercida contra las mujeres durante el embarazo, el trabajo de parto y después del parto constituye una forma de violencia basada en el género”. Para la Corte es necesario que se garantice el acceso a la justicia para mujeres víctimas de este tipo de violencia.

Es importante destacar que el documento deja claro la obligación de los Estados “de prevenir y abstenerse de incurrir en actos constitutivos de violencia de género durante el acceso a servicios de salud reproductiva, incluyendo el trabajo de parto”.

En la Opinión la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una visión con enfoque de derechos humanos en la que prevalezca una atención respetuosa de la maternidad “la atención en salud debe involucrar la comunicación efectiva entre los prestadores de atención y las mujeres en trabajo de parto, mediante el uso de métodos simples y culturalmente aceptables”.

Según especialistas, la violencia obstétrica puede manifestarse de distintas maneras; va desde el maltrato físico, verbal y psicológico hasta partos inducidos, cesáreas injustificadas e impedir que las mujeres sean acompañadas por un familiar durante el proceso del parto.

En Nicaragua, la Ley 779, Ley Integral Contra la Violencia hacia la Mujer no menciona la violencia obstétrica, hasta el momento sólo reconoce la violencia institucional, el derecho a no ser sometidas a torturas ni a tratos crueles ni degradantes y el derecho a la salud. Lo que sí se sabe es que en el mundo  el 18.3 % y 75.1 % de mujeres son víctimas de este tipo de violencia, según cifras citadas por el Diario Libre.

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