Dictadura de Daniel Ortega persigue a católicos en Semana Santa

La iglesia católica en Nicaragua vice una Semana Santa bajo represión. El Obispo de la Diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, continúa confinado en las celdas del Sistema Penitenciario Jorge Navarro; conocido como La Modelo, decenas de sacerdotes han tenido que exiliarse o han sido expulsados del país y las actividades religiosas fueron prohibidas. Estos son parte de los múltiples ataques a la libertad de culto.

Durante la misa del domingo de Ramos en Matagalpa, la policía del FSLN mantuvo sitiada la catedral, para impedir que devotos salieran en procesión como es de costumbre durante estas fechas. Los oficiales se apostaron en las afueras del complejo eclesiástico para advertir sobre las consecuencias si la ciudadanía se atrevía a salir.

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Pese al ataque frontal de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica de Nicaragua y el ensañamiento contra algunos de sus miembros, como el obispo Rolando Álvarez, otros sacerdotes siguen siendo fieles admiradores y defensores del régimen. Incluso de la prohibición de las procesiones de Semana Santa.

También, feligreses documentaron en videos y fotografías a operadores del FSLN efectuando  labores de espionaje sobre lo que pasaba y se comentaba dentro de la eucaristía.

El abogado y exfuncionario del Poder Judicial, Yader Morazán, publicó en su cuenta de Twitter imágenes de Maritza Rodríguez, esposa de un supuesto testigo en el caso de Monseñor Rolando Álvarez. La mujer es señalada por los pobladores de ser una de las férreas partidarias y devotas de los Ortega Murillo.

“Ciudadano matagalpino denuncia y documenta cómo la guardia de la familia OrtMu impidió el ejercicio del derecho constitucional de Libertad de Culto (art. 69Cn), cometiendo así el crimen de Perturbación de actos religiosos (…) entre la multitud tiene adeptos infiltrados. Maritza Rodríguez siempre está en todas las actividades de la Iglesia y su marido fue testigo en contra de Mons. Álvarez”, señaló el jurista.

Persecución a jóvenes “Cirineos” en Masaya

Ayer lunes se registró otro incidente en contra de fieles católicos, esta vez en el municipio de Nindirí, departamento de Masaya. Según las denuncias, integrantes de la Policía llegaron a amenazar a un grupo de jóvenes que se disponían a realizar la procesión de los Cirineos, una tradición inspirada en Simón de Cirene, quien ayudó a Jesús a llevar la cruz camino al Calvario, según los relatos cristianos.

Los videos tomados por la población muestran a policías amenazando a menores de edad que se asomaban para efectuar la tradicional celebración. “Mire, no pueden salir con eso, está prohibido, yo solo les digo, nada más, ya les digo”, gritaba agresivamente un oficial del régimen a los jóvenes reunidos frente a la iglesia Santa Ana, ubicada en el parque central de Nindirí.

Asimismo, otras filmaciones muestran a menores vestidos con sus túnicas y cargado cruces huyendo de la persecución policial, mientras patrullas y oficiales acordonan el parque central y la iglesia.

Un ciudadano que se encontraba en la iglesia, bajo anonimato, relató a Onda Local que a las 12 del mediodía un joven se dispuso a hacer un video explicando que se llevaría a cabo la actividad de los Cirineos, esto debido a un comunicado oficialista que mostraba una programación de diversas actividades de la semana santa. Sin embargo, el joven fue detenido y golpeado por agentes de la Policía.

“El muchacho cuando se fue para su casa, la policía lo agarró como a una cuadra y media o a una cuadra del parque, sobre la Calle Real, lo iban golpeando en la patrulla. Otro muchacho se corrió, también lo siguieron en el parque, pero no lograron agarrarlo. Iban dos en una moto, quisieron botarlos (la policía), pero no pudieron porque la gente los acuerpó y lograron meterlos en una casa y no los lograron agarrar, pero si se llevaron preso al muchacho del video”, aseguró el testigo.

Sacerdote expulsado de Nicaragua y abandonado a su suerte en la frontera

Donaciano Alarcón, sacerdote de origen panameño que estaba encargado de la Iglesia María Auxiliadora de San José de Cusmapa, fue expulsado ayer. Según el medio de investigación Divergentes, una fuente cercana al vicario confirmó que este fue detenido en horas de la tarde, después de haber participado en una misa Crismal que celebró la diócesis de Estelí.

Una de las fuentes del municipio de San José de Cusmapa, también detalló al medio de comunicación que el sacerdote fue sacado de Nicaragua y dejado a su suerte en la frontera del Espino Negro. “Un sacerdote me dijo que él ya estaba en buenas manos en una congregación en Honduras”, dijo la fuente.

Panorama Católico de la Arquidiócesis de Panamá dio a conocer la noticia por medio de su cuenta de Twitter, señalando que el padre “fue dejado descalzo en la frontera con Honduras”.

“La Comunidad Claretiana en Panamá confirma la expulsión del sacerdote panameño Donaciano Alarcón, quien realizaba su misión en Cusmapa, Nicaragua. ¿La razón? Sacó la procesión de Semana Santa frente a su Parroquia. Lo dejaron descalzo en la frontera con Honduras. (…) Seguimos orando por la Iglesia Hermana de Nicaragua que, a pesar de todo, sigue con una fe inquebrantable”, dice la publicación.

La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, en entrevista a Onda Local, refirió que la pretensión de la dictadura orteguista es evitar que la población se manifieste y organicen  protesta por la libertad de Monseñor Rolando Álvarez y en rechazo a la dictadura.

“En todas las actividades religiosas lo que llega a hacer la gente precisamente es a orar, a cumplir sus promesas, a ver cómo quedó vestido el santo, etc. Y otra de las razones por las cuales considero que la dictadura está haciendo esto, es porque quieren erradicar la fe y la religiosidad en el pueblo católico, pero eso es algo que va a ser sumamente imposible y así lo hemos visto en la respuesta que está dando el pueblo, asistiendo a los actos propios de la cuaresma”, aseguró la abogada.

Los sacerdotes, debido a las prohibiciones impuestas por capricho de la pareja dictatorial, han indicado que las festividades de la cuaresma se vivan de una manera distinta, es decir, dentro de los templos, en silencio, oración y sin exponerse, ya que cualquier indicio de expresión religiosa en las calles puede conllevar graves consecuencias para la libertad e integridad física de cada ciudadano.

Molina considera que el régimen está siguiendo un ataque feroz en contra de la iglesia, el cual inició desde el 2018 pero que se recrudeció en 2022. “En menos de una semana un sacerdote fue impedido entrar al país y un segundo sacerdote fue expulsado, tenemos información de otros que han sido expulsados, pero hay diócesis que han decidido estar en silencio”.

“Lógicamente esto va a continuar, lo que significa que todos los días hay más de una agresión, lo que también significa que la dictadura no da tregua a la iglesia católica”, añadió la experta.

Más de cinco derechos ciudadanos se encuentran en permanente violación

Por su parte, Danny Ramírez Ayérdiz, secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal lnteramericano en Derechos Humanos (CALIDH), se mostró preocupado por la violación conjunta a diversos derechos, dentro de estos, la saña especial que el régimen mantiene contra la libertad religiosa, que incluye la libertad de credo y el ejercicio de expresar públicamente la profesión de ritos.

“Cuando el Estado prohíbe la libertad religiosa está violando un principio. El Estado no debe interferir abusivamente en las expresiones religiosas, pero en Nicaragua sucede eso (…) La policía no está para vigilar las procesiones, está para asegurar la seguridad para que estas actividades se lleven de manera normal, entonces, están violando un derecho, que también es el de reunión y la libertad de expresión”, dijo.

Ramírez considera que es muy difícil que las personas puedan protegerse, si es el mismo Estado con todos los poderes monopolizados por el Ejecutivo, que ejerce la violencia y la discriminante persecución contra la feligresía. Explicó que la libertad de conciencia es esencial para la auto protección, tomando medidas que puedan salvaguardar la libertad individual.

“Si consideran que es correcto ir a profesar su fe públicamente es correcto en estas circunstancias, que lo hagan, quien está cometiendo el acto delictivo en temas de derecho penal internacional, son los funcionarios del Estado de Nicaragua, al seguir cometiendo ataques sistemáticos contra una colectividad religiosa en arreglo con el artículo 7 del estatuto de la Corte Penal Internacional”, fundamentó el defensor de derechos humanos.

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