Diversidad biológica de Nicaragua se pierde por destrucción de los bosques y el tráfico de especies

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Gran parte de los bosques en el Pacífico de Nicaragua han sido destruidos. En la imagen, un gran árbol de guanacaste fue talado para dar espacio a una casa. • Foto: Caio

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica. El Marena en su último informe en 2020, afirma que Nicaragua posee 20,485 especies de seres vivos, sin embargo, no brinda datos de la cantidad de especies que se han perdido.

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Según datos del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) en su VI Informe Nacional de Cumplimiento sobre la Diversidad Biológica de 2020, “la riqueza biológica de Nicaragua reportada a la fecha es de 20,485 especies distribuidas en todo el país”.

El informe enumera que estas especies se distribuyen de la siguiente manera: el 29.35% corresponde a especies de Flora, 9.75% especies vertebradas; 59.98% especies invertebradas y 0.89% especies de hongos.

En flora, se reportan 6,014 especies, que también agrupa a helechos, gimnospermas y angiospermas. Los helechos son plantas sin flores ni semillas y se reproducen por medio de esporas. En tanto, las angiospermas son las plantas que poseen flores y las gimnospermas no tienen flores, pero sí semillas.

Juan, seudónimo de un especialista en recursos naturales, viaja frecuentemente a diferentes reservas naturales de Nicaragua, asegura que en el país prácticamente solo hay bosques secundarios o bosques en regeneración.

“Bosques primarios o de categoría A, que no han sido intervenidos por las personas, casi no hay, se habla de algunos en la reserva Indio Maíz”, afirma Juan considera que la destrucción de los bosques actualmente provoca que la fauna viva “una situación de hacinamiento”.

“Así como vemos las casitas de plástico negro y zinc, a orilla de la carretera, así mismo está la biodiversidad sobreviviendo en los pequeños parches de bosques que han venido quedando”, explica.

Un ejemplo negativo es la situación actual del Corredor Biológico Mesoamericano que debería ser un eslabón de bosques tropicales en el Caribe, que une a Indio Maíz con la reserva de Biosfera de Bosawás, destaca el especialista.

“Creo que está bien interrumpido. Los bosques del territorio Awaltara en la desembocadura del Río Grande, es el único pedazo de bosque bien conservado. Bosawás está muy despalado. Casi todos los parches de bosques importantes se han reducido a las cumbres de las montañas del Caribe Norte”, describe.

El origen de esta destrucción es la competencia de espacio para actividades como la ganadería y la agricultura, considera Juan. Gran parte de los bosques intervenidos ahora son fincas con grandes extensiones de pastos para vacas, afirma el especialista.

Juan ha podido estar en la mayoría de las reservas del Caribe realizando investigaciones con aves migratorias y haciendo monitoreo de otras especies de animales.

De acuerdo con el último informe de Alerta de Incendios que realiza la organización Jóvenes Ambientalistas, del 15 al 22 de mayo, se registraron 2,324 alertas de incendios en todo el país. El mapa satelital que comparte está organización muestra que gran parte de las alertas de incendios ocurren alrededor, incluso dentro de la reserva de Biosfera Bosawás.

En una entrevista para Onda Local, Jóvenes Ambientalistas explicaron que la mayor parte de las alertas de incendios corresponden a incendios forestales y agrícolas. En el caso de los que ocurren cerca de reservas naturales, estos son pruebas de destrucción del bosque.

Tráfico ilegal de especies y venta de animales afecta diversidad biológica

Daniela, es bióloga, docente e investigadora, asegura que uno de los problemas que sufre la diversidad biológica no solo en Nicaragua sino a nivel mundial, es el tráfico y venta ilegal de especies.

Los tucanes son una de las especies de aves que personas venden en las calles de Managua sin ninguna restricción. Foto: Yoleydi Mejía. 

“El tráfico de especies contribuye a la extinción de especies y a la degradación de ecosistemas y por ende, provoca inestabilidad en las comunidades de los seres humanos”, afirma Daniela.

A su criterio, la sociedad debe tomar conciencia de lo que pasa en el planeta. Por ello, uno de los ejes de trabajo de la organización en la que labora, es la creación de valores en la ciudadanía y actitudes que promueven el uso racional de los recursos naturales.

“Durante los viajes de campos vemos diferentes problemas, uno de estos es la deforestación, también la quema de maleza y posteriormente de bosques, acumulación de basura en manglares, principalmente de plástico, un material que no es biodegradable”, sostiene Daniela.

Por su parte, Juan considera que el comercio ilegal de especies, principalmente fauna, es uno de los negocios más lucrativos. “Si un extranjero pide un saco lleno de tortugas de llano, alguien va y las recolecta sin pensar en que esas tortugas no aparecerán de la nada en la naturaleza”.

En las calles de Managua se puede observar a personas vendiendo animales silvestres como loras, tucanes, chocoyos, incluso monos carablanca, una de las tres especies de primate que se conocen en Nicaragua.

En los mercados municipales de Managua también hay comerciantes que ofrecen animales silvestres sin ningún tipo de regulación por parte de las autoridades.

A pesar de existir mucha presión sobre los bosques y fauna, el Marena presenta en sus informes que Nicaragua posee el 7% de la biodiversidad del Planeta y sostiene que es una de las naciones con más diversidad biológica del continente americano.

No se aplican las leyes

Actualmente Nicaragua posee dos leyes que protegen a la diversidad biológica. La Ley General del Ambiente y los Recursos Naturales, Ley No. 217 y la Ley para la Protección y Bienestar de los animales Domésticos y Animales Silvestres, Ley No. 747.

En el caso de la Ley No 217, aunque está reglamentada, la falta de aplicación de la misma es el problema.

El artículo 105, incisos G y H, de esta ley prohíbe la cazar, pescar o capturar con fines comerciales o deportivos, especies protegidas de la fauna silvestre o cazar especies en época de veda. El inciso H establece la prohibición de cazar especies de flora y fauna sin el permiso correspondiente.

En el caso de la Ley No.747, el problema es que no está reglamentada lo que impide aplicar y conocer los procesos a seguir.

Sin diversidad biológica no hay humanidad

Naciones Unidas para 2023 escogió como tema del Día Mundial de la Diversidad Biológica, la frase “Del acuerdo a la acción: reconstruir la biodiversidad”.

Los recursos biológicos son los pilares que sustentan las civilizaciones. Los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3, 000 millones de personas. Más del 80% de la dieta humana está basada en plantas y, aproximadamente, el 80% de las personas que viven en las zonas rurales de países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales obtenidos de la vegetación de su entorno”, destaca Naciones Unidas.

La organización asegura que la destrucción de la biodiversidad es la culpable de la aparición de varias enfermedades como recientemente ocurrió con la COVID- 19, el Ébola, el VIH, la malaria, el dengue, la lepra, entre otras.

“La salud de nuestro planeta también juega un papel importante en la aparición de enfermedades transmisibles entre animales y humanos. A medida que continuamos invadiendo ecosistemas frágiles, nos ponemos en contacto cada vez mayor con la fauna silvestre, lo que permite que los patógenos de la vida silvestre se extiendan al ganado y a los humanos”, especifica la organización.

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