Disidencia nica en Cumbre UE-CELAC: “No puede haber Desarrollo Sostenible, mientras se violente la democracia”

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Nicaragua fue el único país que no condenó la guerra en Ucrania durante la Cumbre de la UE-CELAC • Foto: Presidencia de la República de Paraguay

La cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebró este 17 y 18 de julio en Bruselas, Bélgica, ha dado mucho de que hablar y ha activado las alarmas de la sociedad civil nicaragüense.

El evento birregional promovido por la Unión Europea y que convocó a jefes de Estado y representantes de los 33 países que integran la CELAC, es considerado por la misma UE como una oportunidad para “revitalizar las relaciones” entre Europa y América Latina,

Sin embargo, la UE ha enfocado esa revitalización en potenciar las relaciones comerciales del bloque de países europeos con Latinoamérica con inversiones millonarias en la región, relegando a un segundo plano los temas de democracia y derechos humanos.

La cumbre intercontinental, cuyo principal objetivo, según las palabras del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, fue “abrir una nueva era de cooperación en el cambiante contexto global actual”. No obstante, el mismo Borrell reconoce que, para lograr ese objetivo, “necesitamos un compromiso político renovado a todos los niveles”.

La UE apuesta a una inversión de enormes proporciones en Latinoamérica, La Comisión Europea anunció que invertirá 450 millones de euros (equivalentes a 50,542 millones de dólares) en los próximos cuatro años en la región, lo que hará bajo la iniciativa Global Gateway, priorizando los sectores energético, tecnológico, educativo, de salud y medioambiental.

“Tenemos que poner a América Latina en nuestro escenario geopolítico. Tener una relación más estrecha con América Latina sería bueno para todos.” Joseph Borrell

Representantes de la sociedad civil nicaragüense hicieron presencia en Bruselas para alzar sus voces y poner nuevamente sobre la palestra la realidad actual nicaragüense, con el afán de incidir en la búsqueda de acciones concretas que se traduzcan en agilizar una salida a la crisis sociopolítica que vive la nación centroamericana.

Previo a la cumbre, los días 13 y 14 de julio, la UE organizó un foro con la participación de jóvenes, la sociedad civil y autoridades locales de Latinoamérica y el Caribe. El foro comprendido una serie de reuniones, paneles y sesiones plenarias en las que se discutió, entre otros temas, sobre las desigualdades sociales, la juventud, cambio climático, tecnología, derechos humanos y la democracia. Fotografía / Cortesía

La activista nicaragüense en el exilio Haydée Castillo, en reacción a las declaraciones de Borrell advirtió que poner a Latinoamérica en el escenario geopolítico europeo, debe ir más allá de una serie de acuerdos comerciales entre ambas regiones.

“La Unión Europea debe de trascender de esa mirada meramente de acuerdos comerciales, de inversiones en infraestructuras, en intercambio de recursos naturales, de materias primas (…), en el sentido de que por ahora no existe un equilibrio entre esa lista de inversiones y la presencia, el trabajo constante de la Unión Europea, para contribuir a la estabilidad y a la cohesión social en nuestros pueblos”, señaló Castillo.

La activista nicaragüense recordó que desde 2013, existe un Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica. Al respecto diversos actores han demandado que se aplique en el caso de Nicaragua la cláusula democrática, que prioriza el respeto a los derechos humanos.

En el marco de las acciones previas a la cumbre, el Alto Representante y la Comisión Europea suscribieron un comunicado en el que establecen “una Nueva Agenda para las Relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe”, en dicha agenda se contempla “la ratificación de los acuerdos con América Central” y “se estudiará conjuntamente su actualización específica”. 

En ese sentido Castillo manifestó que lo se espera es que, en el marco de ese acuerdo, las autoridades de alto nivel de las dos partes, “puedan hacer realmente una evaluación a profundidad, en donde se refleje claramente que Nicaragua no está cumpliendo con ninguno de los estándares básicos del acuerdo de Comercio y Desarrollo Sostenible”.

En consonancia con las declaraciones de Castillo, el activista político Félix Maradiaga indicó también desde Bruselas que “hemos insistido en que los temas de derechos humanos no puedan ser desplazados por los intereses comerciales de la Unión Europea en la región. Además del comercio, la libertad y la democracia también son temas geopolíticos vitales”.

La incidencia de las voces disidentes de Nicaragua en Bruselas

El liderazgo opositor nicaragüense que participó en diferentes eventos y acciones de incidencia enmarcados en la cumbre, propusieron la creación de un “Grupo de Amigos del Pueblo Nicaragüense” el cual pueda contribuir a “garantizar una respuesta multilateral, coordinada y de alto nivel ante la grave crisis de derechos humanos y humanitaria que vive el país”.

En una misiva distribuida entre los representantes de los diferentes países participante en la cumbre, las voces disidentes nicaragüense instan a los gobiernos de América Latina, a la UE y a sus Estados miembros, a establecer un “Grupo de Amigos del Pueblo Nicaragüense” integrado por gobiernos de todo el espectro político, para contribuir a una transición democrática.

El documento refiere que este grupo, “debería celebrar reuniones de alto nivel para diseñar, en consulta con organizaciones de la sociedad civil nicaragüense y otros actores locales, una estrategia de acciones pacíficas, públicas y privadas, que sean concertadas para buscar la liberación de los presos políticos, la justicia y la reparación para las víctimas de la represión y la realización de elecciones libres y justas, tan pronto como sea posible”.

Haydée Castillo confió que la conformación de este grupo de amigos de Nicaragua, fortalecerá el diálogo político en el marco de las relaciones birregionales, lo que podría contribuir a buscar una salida a la crisis nicaragüense.

El documento fue suscrito por 160 personas, la mayoría víctimas de la dictadura de Ortega y Murillo, entre estos, excarcelados políticos, desterrados y exiliados, además de 20 organizaciones nicaragüenses en el exilio y nueve organizaciones regionales e internacionales de derechos humanos.

Por su parte el joven activista Enrique Martínez, quien también se encuentra en Bruselas opinó que los logros que se alcancen producto de la participación de la disidencia nicaragüense en los diferentes espacios, tanto del foro con la sociedad civil, como de los eventos paralelos a la cumbre, serán simbólicos.

“Tal vez no vamos a ver los resultados de forma espontánea, pero si a largo plazo, porque va a permitir que los tomadores de decisiones tengan elementos para decirle a las delegaciones, que hay ciertas cosas que mejorar, cambiar y limitar, al establecer relaciones amplias para Nicaragua”.

Martínez consideró que cualquier resultado que se consiga, va a ser bastante positivo, pues de alguna forma dará la pauta para ir sacando a la dictadura de estos espacios e incluso ir cerrándole diferentes canales de financiamiento, “que es una de las cosas que hemos procurado a lo largo de la incidencia política” acotó.

Por otro lado, Martínez señaló que el proceso de incidencia que el liderazgo opositor nicaragüense está desarrollando en el marco de la cumbre UE-CELAC, tiene su fortaleza en la capacidad que ha tenido la sociedad civil nicaragüense de documentar todo lo que ocurre en el país. Añadió que eso es algo que la comunidad internacional ha reconocido y que ha tomado como insumos para realizar ciertas acciones.

“La medida más contundente es que nosotros sigamos esa iniciativa de trasladar información y ver ciertos resultados como sanciones individuales, dirigidas, y ver el mantenimiento de sanciones de parte de la Unión Europea” subrayó el joven activista.

Fuertes críticas a la diplomacia europea

El 17 de julio, durante la apertura de la Cumbre UE-CELAC, el dictador Miguel Díaz Canel de Cuba, la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez (sancionada por la UE en 2018 por violaciones a los derechos humanos) y Denis Moncada Colindres, ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura en Nicaragua, pisaron la alfombra roja de la Unión Europea en medio de fuertes cuestionamientos.

Al respecto, Félix Maradiaga calificó de indignante la participación de Díaz Canel y Rodríguez, “precisamente por eso debemos continuar exigiéndoles a los estados europeos mayor coherencia y firmeza frente a las dictaduras”.

Por su parte, Haydeé Castillo también cuestionó el doble discurso de la UE y lamentó que Delcy Rodríguez haya asistido dado que las sanciones le prohíben viajar a territorio europeo.

Nicaragua desconoce consenso

La Cancillería de Nicaragua emitió una declaración este 18 de julio en la que deja claro su posición respecto a la cumbre y destaca que “no firmó, aprobó ni acompañó lo que hoy fue anunciado, pomposa y mentirosamente, como Declaración de Consenso de la III Cumbre CELAC-Unión Europea.

La declaración firmada por el canciller Denis Moncada señala que “la Unión Europea, como acostumbra hacer, ha roto todos los Procedimientos y Mecanismos establecidos por los Organismos Democráticos, pasando por encima de las reglas que fundamentan el funcionamiento de nuestras Entidades propias”.

Algunas claves de la relación UE-Nicaragua

Las relaciones diplomáticas entre la Unión Europea y Nicaragua, se tornaron ásperas a raíz de las sanciones que el Parlamento Europeo aplicó a funcionarios del régimen Ortega Murillo por su participación en acciones que “socavan la democracia y el Estado de Derecho” y “por ser responsables de graves violaciones a los derechos humanos”

El 14 de octubre de 2019, el Consejo de la Unión Europea adoptó un marco para la imposición de sanciones específicas en relación a la situación de Nicaragua.

En el documento aprobado se estableció “la posibilidad de imponer sanciones específicas e individuales a personas y entidades responsables de violaciones o abusos de los derechos humanos o de la represión de la sociedad civil y la oposición democrática en Nicaragua.”

El 4 de mayo de 2020, el Consejo de la Unión Europea hizo efectivas las primeras sanciones contra funcionarios de la dictadura de Daniel Ortega, las misma fueron aplicadas al director de la policía orteguista y consuegro de Ortega, Francisco Díaz, y los comisionados generales Luis Pérez Olivas y Justo Pastor Urbina. Otros sancionados fueron el asesor presidencial Néstor Moncada Lau y la exministra de salud Sonia Castro.

Posteriormente, el 2 de agosto de 2021, la Unión Europea impone nuevas sanciones, las que incluyen a la vicedictadora Rosario Murillo y su hijo, Juan Carlos Ortega Murillo. También fueron sancionados el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras; la fiscal general de la República, Ana Julia Guido; la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos; el asesor presidencial para asuntos económicos Bayardo Arce, y los comisionados de la policía, Juan Valle Valle y Fidel Domínguez.

El 10 de enero de 2022, la Unión Europea aplica nuevamente sanciones a funcionarios del régimen. Esta vez lo hace en el marco de la “toma de posesión” de Daniel Ortega y Rosario Murillo, para un nuevo periodo presidencial, luego de una farsa electoral llevada a cabo en noviembre del 2021, la que se realizó con todos los aspirantes presidenciales en prisión.

En esta ocasión las personas sancionadas fueron, los hijos de la pareja dictadora, Camila y Laureano Ortega Murillo; los magistrados del Poder Electoral, Brenda Rocha, Cairo Amador y Lumberto Campbell. Además, fueron sancionados el superintendente de bancos Luis Ángel Montenegro y la directora del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), Nahima Janeth Díaz Flores quien a la vez es hija del director de la policía, Francisco Diaz.

En total, la Unión Europea ha sancionado a 21 funcionarios de la dictadura de Daniel Ortega, incluyendo a su esposa y tres de sus hijos.

El marco de imposición de medidas restrictivas de la Unión Europea para Nicaragua establece que “las sanciones consisten en la prohibición de viajar a la UE y la inmovilización de bienes, para las personas, y en la inmovilización de bienes para las entidades. Además, las personas físicas y las entidades establecidas en la UE tienen prohibido poner fondos a disposición de aquellas que figuren en la lista”.

Las tensiones escalaron el 2 de octubre 2022, cuando el régimen de Ortega expulsó a la embajadora de la Unión Europea en Nicaragua, Bettina Muscheidt, a quien calificó de “injerencista”. En respuesta la UE, declara “non grata” a Zoila Müller, jefa de Misión de Nicaragua en Bruselas.

El 18 de abril pasado, en el contexto de la conmemoración del quinto aniversario de las protestas de abril de 2018, Ortega canceló el plácet que había concedido a Fernando Ponz, el nuevo embajador de la UE en Managua,

Sin embargo, el 13 de julio, a solo cuatro días de la cumbre, Ortega decide otorgar nuevamente el beneplácito al diplomático europeo. Y posteriormente enviar una delegación a la cumbre encabezada por el canciller Denis Moncada.

Para Enrique Martínez, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas es una posibilidad de interlocución, “no voy a llamarle diálogo, porque para el diálogo tienen que existir condiciones. No quiero decir con esto de que sea el camino más oportuno, sino que son medios que basados en esos lineamientos de lucha (cívica y pacífica), pueden continuar buscando como ejercer acciones”.

Grave situación de derechos humanos en Nicaragua

En la Cumbre UE-CELAC el presidente de Chile Gabriel Boric se pronunció sobre la situación sociopolítica que vive Nicaragua y Venezuela. “Me siento en el deber de decir de que no son tolerables, no debieran ser tolerables en América Latina ni en ninguna parte del mundo situaciones como las que ocurren en Nicaragua hoy día o la terrible crisis que ha llevado al éxodo de más de seis millones de venezolanos, que lo vemos en nuestra patria donde hemos acogido a más de un millón”.

El 15 de junio de 2023, a través de una resolución el Parlamento Europeo había solicitado al régimen de Daniel Ortega aplicar las recomendaciones del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, GHREN y del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

El primer informe del GHREN publicado en marzo pasado documenta el desmantelamiento de la democracia, las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias y actos de tortura física, sexual y psicológica ocurridos en Nicaragua. El GHREN concluyó que “miembros de la Policía Nacional y del Sistema Penitenciario Nacional y, en algunos casos, integrantes de grupos armados progobierno, perpetraron actos de violencia sexual contra las personas arbitrariamente detenidas y bajo su custodia llegando a constituir en algunos casos actos de tortura”.

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Finalmente, 59 de los 60 países que participaron en la Cumbre UE-CELAC, incluyendo Cuba y Venezuela, suscribieron una declaración a la que únicamente se opuso Nicaragua, quien la calificó de “pomposa y mentirosamente”. Nicaragua también fue el único país en no condenar la guerra en Ucrania.      

"Expresamos nuestra profunda preocupación sobre la guerra en curso contra Ucrania, que continúa causando un inmenso sufrimiento humano y está exacerbando las fragilidades existentes en la economía global, restringiendo el crecimiento, aumentando la inflación, irrumpiendo la cadena de suministro, aumentando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera", señala parte de la Declaración suscrita durante la Cumbre UE-CELAC. 

La Unión Europea calificó de exitosa la Cumbre, sin embargo, diversos sectores de la sociedad civil reiteraron que hizo falta abordar con mayor profundidad aspectos que permitan conseguir un equilibrio entre las relaciones comerciales, el respeto a los derechos humanos y los principios democráticos.

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