Blufileña emprende para profesionalizar a sus hijos

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María Pilar Duarte posa orgullosa en su negocio. • Foto: Onda Local

María Pilar Duarte, es una mujer originaria de Bluefields que en 2018 en medio de la crisis sociopolítica del país -la cual entre otras cosas se tradujo en dificultades para encontrar empleo- y frente a la necesidad de mantener a sus dos hijos, decidió abrir una pequeña venta que inició con solo 2 tipos de productos. 

“Como muchos me quedé sin empleo, entonces cuando se está acabando el dinero, y no tenés empleo debés buscar alternativas. Ahí fue donde di mis primeros pasos, esa fue la idea inmediata, conseguir dinero”, mencionó.

Duarte, inició vendiendo carbón y queso, en el corredor de la casa de su entonces suegra, al cabo de algunos meses se retiró del espacio, sin embargo buscó otro lugar para vender sus productos. Ahora se encuentra en el barrio Pointeen.

“Inicié con quinientos córdobas, recuerdo que compré 20 libras de queso ya que en ese tiempo estaba barato, además 3 libras de carbón. Ese día vendí todo y en la tarde con la ganancia fui a comprar más productos para ofrecer”, confió Duarte. 

Admite que no ha sido fácil salir adelante con su negocio, ya que los primeros meses fue casi imposible mantenerlo “vivo” porque de ahí alimentaba a su familia, “yo no podía comprar mucho, porque también comía de la venta”, refiere Duarte. 

Insiste que “tuvo que jugársela" para hacer rendir las pocas ganancias, y que no le ocurriera lo que popularmente se conoce como "comerse la venta”.

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Con préstamos y apoyos creció

Siendo estudiante de la carrera de Administración de Empresas en una universidad de Bluefields, Duarte aplicó a un fondo para emprendedores por un monto de 250 dólares, logró obtenerlos y los invirtió en su totalidad. Asegura que le sirvió de empuje para tener más variedad de productos y que más clientes llegaran a su pequeño negocio.

“Con lo que ya tenía, más lo de la universidad logré poner más productos y si los clientes me preguntaban por algún producto y no lo tenía, lo metía. (...) No era solo lo que yo pensaba que se podía vender, más bien pensaba en lo que la gente me pedía. También me fui haciendo de préstamos (en financieras) y fui creciendo”, indica. 

En la actualidad, Duarte ha invertido al menos doscientos mil córdobas en su negocio mismo que pasó de ser una venta de carbón y queso a una pulpería que abastece dos barrios de la ciudad.

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Piensa seguir creciendo

Esta emprendedora trabaja cada día para hacer crecer su negocio ya que asegura que es una buena forma de trabajo y que le deja ganancias que le ayudan a sobrevivir junto a sus dos hijos.

“Los libros que he leído, dicen que, si no estas avanzando es por que te estás quedando atrás, por eso pienso seguir adelante con mi negocio y considero que he crecido bastante en estos cinco años”, apuntó. 

Duarte, no solo piensa seguir creciendo como comerciante, sino, como madre, advierte que todo su esfuerzo se ha visto reflejado en sus dos hijos quienes son estudiantes de excelencia académica. Agrega que aunque ella tuvo que dejar sus estudios universitarios para ser el sostén económico de su hogar, sueña con que sus hijos  lleguen a ser profesionales.

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