Celebración de San Miguel Arcángel será nuevamente dentro del templo

Por segundo año consecutivo, la dictadura de Daniel Ortega declara “iglesia por cárcel” al co-patrono de los masayas, San Miguel Arcángel, así lo confirmó recientemente el sacerdote Ramón Enmanuel López, quien es párroco de la iglesia que lleva el mismo nombre, en esta ciudad, luego de anunciar que todas las actividades se llevarán a cabo dentro del templo.

“No hay procesión, todo es dentro del templo, pero yo sé que algunas personas tienen la devoción de ponerle capas (al santo), milagros, regalar refrescos, comida, ¿lo podemos hacer?, claro que sí, todo lo permiten dentro del templo”, confirmó el religioso católico.

Feligreses católicos y devotos de San Miguel Arcángel han expresado su descontento por la negativa para permitir procesiones y aseguran que el régimen “le teme” a esta ciudad.

“Nosotros no tenemos procesiones, solo los managuas, ¿por qué?, porque él (Ortega) tiene miedo a los masayas, sabe bien lo que puede pasar y lo que no. Esto nunca se había visto, ni cuando Somoza, ni en ningún otro gobierno”, afirmó una ciudadana en condición de anonimato. 

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Masaya de luto

Otra feligrés manifestó que "Masaya ha estado de luto” y en apoyo a las víctimas de la represión gubernamental registrada en los últimos años. “(...) Cómo deseamos que San Miguel saliera aquí en Masaya, pero no se puede, las razones se desconocen. Siempre Masaya ha estado de luto con las cosas que han pasado”, manifestó.

La ciudadana devota de San Miguel Arcángel no pierde las esperanzas de que “las imágenes vuelvan a salir como en años anteriores”. “Ojalá esto cambie, eso es lo que esperamos nosotros los feligreses de Masaya”, agregó.

Las acciones de persecución ejecutadas en contra de la Iglesia Católica han sido condenadas a nivel internacional, recientemente el  sacerdote John I. Jenkins, presidente de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos señaló recientemente que “el intento de Ortega de extinguir el catolicismo en Nicaragua merece una condena mundial en una escala mucho mayor y más ruidosa”, en un artículo de opinión en el diario estadounidense Washington Post.