Memorias de un día fatídico: El 30 de mayo que Ortega tiñó de sangre

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Jonathan Eduardo Morazán Meza fue asesinado, en la Marcha de las Madres de 2018. • Foto: Duyerling Ríos / Onda Local

“Estoy aquí pidiendo justicia por la muerte de mi hijo y todos los que fueron asesinados, que paguen los culpables, mi hijo no era delincuente”. Fueron las palabras de Alejandra Rivera Ruiz, al cumplirse diez meses del asesinato de su hijo Daniel Josías Reyes Rivera. El crimen ocurrió el 30 de mayo de 2018, fecha en que se celebra también a las madres nicaragüenses; ese año se realizó la “Madre de todas las Marchas”.

Seis años después, la demanda de las madres a quienes les arrebataron a sus hijos es la misma ¡Justicia sin impunidad! ¡Verdad, reparación y no repetición!

Pese al dolor con el que viven las madres, nadie las detiene en su búsqueda de justicia. Azucena López García, pertenece a la Asociación Madres de Abril (AMA), y se vio obligada al exilio forzado después del asesinato de su hijo Erick Antonio Jiménez, ocurrido el 17 de julio de 2018, durante la operación limpieza perpetrada por el régimen Ortega Murillo en Monimbó, Masaya.

Azucena también sufre porque su hermana Nelly Griselda, actualmente presa política, condenadas a seis años de prisión por el supuesto delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad y propagación de noticias falsas”.

“Sigo buscando justicia", expresa Azucena López. Fotografía / Duyerling Ríos 

El pasado 26 de mayo un grupo de personas exiliadas, madres, padres y excarcelados políticos, conmemoraron el sexto aniversario de la masacre del Día de las Madres. Azucena tomó la palabra. “Hoy estuviera cumpliendo 26 años Gerald Vásquez, así como varios jóvenes asesinados por ver una patria libre y con democracia. Si nosotras no la vemos, los hijos de nuestros hijos verán esa Nicaragua que todos soñamos”, expresó con tristeza, mientras observaba un ataúd cubierto con la bandera de Nicaragua ubicado en la nave central de la iglesia La Merced, en San José, Costa Rica, utilizado como símbolo de lo ocurrido aquel fatídico día.

Azucena les recordó a las personas presentes que este 30 de mayo de 2024, hay madres que no podrán reunirse con sus hijas e hijos, porque fueron asesinados o están encarcelados, madres que no pueden llevar flores a un cementerio ni celebrar una misa. “Es lo que no queremos que se repita”, enfatizó.

Al dolor de haber perdido a un hijo, se suma la autocensura, el asedio y exilio del que son víctimas las familias de las personas asesinadas. “Hemos salido de Nicaragua a exigir justicia y no hemos podido retornar”, señala Azucena desde su propia vivencia, quien agrega, “son seis años que han sido difíciles para cada madre”.

Por su parte, Wendy Quintero, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, una organización que ha acompañado a las madres en su demanda de justicia, relata que desde el colectivo y como parte de su aporte a la memoria del país, se han documentado más de 2,200 casos de violaciones a los derechos humanos.

A criterio de Quintero la persecución que viven las madres y sus familiares es una estrategia de la dictadura para mantenerlas calladas. “Como una medida de represión, de castigo, han sido acosadas; en algunos casos a familiares se les han inventado delitos. Son más de 140 personas presas políticas ahorita, y varias de estas son familiares de personas asesinadas”.  

En Nicaragua, el régimen utiliza el amor de madre para presionar, intimidar y amenazar, refiere un comunicado del Colectivo Nicaragua Nunca Más. Fotografía / Duyerling Ríos 

Quintero refiere que hay un subregistro de la cantidad de personas presas políticas, porque algunas familias prefieren no ser nombrados en la lista, por temor a represalias, “porque en Nicaragua no existe libertad de expresión, de prensa ni de asociación, los más fundamentales derechos han sido violentados”, señala.

Azucena López, dice que, así como las personas jóvenes invitaron a las madres de abril a unirse a la marcha del 30 de mayo, ahora ella le dice al pueblo nicaragüense. “Unamos para que nuestra patria vuelva a ser una patria democrática, sin Ejército, en donde nuestros hijos salgan a las calles y no estar con el temor de que los puedan asesinar”. Comenta que este fue el legado que dejaron quienes ya no están.

Quintero también cree que la unidad es la alternativa para lograr el cambio deseado. En ese sentido instó “a que juntos como pueblo sigamos exigiendo justicia y trabajemos para la memoria, para que en Nicaragua nunca más haya personas asesinadas ni presas”.

Aquel 30 de mayo de 2018

Los colores azul, blanco y negro, sobresalían en aquella marcha que rápidamente se volvió multitudinaria. Música, consignas y chicheros, acompañaban a las personas de distintas edades que exigían justicia y rendían homenaje a las madres de abril. Una celebración que también se vivía en León, Masaya, Matagalpa, Chinandega y Juigalpa.

Entre el mar de personas que se conglomeró en la Rotonda Jean Paul Genie, sobresalía una manta con un lazo negro que decía “Nicaragua está de luto”. En otra pancarta se leía “si no hay justicia para el pueblo no habrá paz para el gobierno”.

En pocas horas, lo que se suponía sería un día de celebración se convirtió en tragedia. Gritos, llantos, ambulancias y balas, se escucharon en el sector de la Universidad Nacional de Ingeniería y el Estadio Denis Martínez, hoy llamado “Soberanía”. La marcha fue atacada por efectivos policiales en conjunto con grupos de paramilitares.

El Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua, MESENI, en su informe Graves Violaciones a los Derechos Humanos en el marco de las protestas sociales en Nicaragua, evidenció que “dos manifestantes fueron alcanzados por disparos de armas de fuego y una importante cantidad de personas fue herida de gravedad”.

Orlando Daniel Aguirre Córdoba, Jonathan Eduardo Morazán Meza y Francisco Javier Reyes Zapata, recibieron impactos de balas en el tórax, cráneo, abdomen respectivamente. La población denunció ese día la presencia de francotiradores apostados en el estadio.

El 30 de mayo de 2018, 19 personas fueron asesinadas como consecuencia de los ataques perpetrados por policías y paramilitares, en las marchas que se dieron en Managua y otros municipios.

  1. Maycol Cipriano González Hernández
  2. Daniel Josías Reyes Rivera
  3. Edgard Isaac Guevara Portobanco
  4. José Manuel Quintero
  5. Orlando Aguirre Córdoba
  6. Francisco Javier Reyes Zapata
  7. Jonathan Eduardo Morazán Meza
  8. Kevin Antonio Coffin Reyes
  9. Heriberto Maudiel Pérez Díaz
  10. Dariel Steven Gutiérrez Ríos
  11. Dodanim Castilblanco Blandón
  12. Jairo Antonio Osorio Raudales
  13. Cruz Alberto Obregón López
  14. Carlos Manuel Vásquez Díaz
  15. Juan Alejandro Zepeda Ortiz
  16. Ruddy Antonio Hernández Almendárez
  17. Marvin José Meléndez Núñez
  18. Darwin Alexander Salgado Vílchez
  19. Mauricio Ramón López Toruño

El régimen orteguista declaró feriado y festivo los días 30 y 31 de mayo de 2024, las madres en cambio no tienen nada que celebrar, para ellas este día es de luto. Desde AMA, enviaron fuerzas al pueblo de Nicaragua y a las familias de las personas presas políticas.

 “No están solas seguimos y seguiremos exigiendo la libertad inmediata de sus familiares… creemos enormemente que lograremos la libertad de nuestro país. Las que hemos tenido un exilio forzado regresaremos y construiremos esa Nicaragua que nuestros hijos soñaron”, auguraron.  

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