El papa Francisco murió a los 88 años
- 21 Abr 2025
- 6:45 a.m.
- El Vaticano
El papa Francisco murió este lunes a sus 88 años, anunció el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano, el cargo que tras la muerte de un Pontífice asume la autoridad en la sede vacante.
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7.35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”, anunció Farrell.
Francisco salió del hospital el pasado 23 de marzo luego de una larga hospitalización de 37 días por una grave neumonía. Apareció en público por última vez este domingo en la plaza de San Pedro, para dar la tradicional bendición Urbi et orbi. Se le veía notablemente fatigado, apenas podía hablar y solo deseó una feliz Pascua a los fieles. Dio una vuelta por la plaza en el papamóvil, esa fue su despedida.
El papa Francisco -Jorge Mario Bergoglio- cumplió un período de 12 años. Fue elegido el 13 de marzo de 2013 en un momento histórico, tras la dimisión del papa Benedicto XVI. Jorge Mario Bergoglio hizo historia al ser el primer papa latinoamericano. Asumió su pontificado para emprender una renovación en la Iglesia católica.
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires en 1936, en el seno de una familia humilde del barrio de Flores. Tras graduarse en Química y luego en Filosofía, ingresó en la Compañía de Jesús en 1958. Durante la dictadura militar (1973-1979), ejerció como provincial de la orden en Argentina, posición desde la cual brindó ayuda para la huida de varios perseguidos políticos.
En 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires. A partir de entonces, su figura cobró relevancia, siendo nombrado cardenal en 2001. En 2005, tras el fallecimiento de Karol Wojtyla, se perfiló como un claro papable, pero fue Ratzinger el elegido.
La dimisión de Ratzinger volvió a colocar a la Iglesia en una situación similar, y en esa ocasión, Bergoglio fue elegido rápidamente a los 76 años. Aunque se intuía un pontificado breve, se buscaba un periodo de renovación. La transformación impulsada por Francisco se manifestó principalmente en el ámbito social y en su crítica abierta a los excesos del sistema económico actual, la más directa de un pontífice hasta la fecha.
Su pontificado enfrentó una considerable oposición interna por parte de sectores conservadores, lo que generó protestas de grupos de cardenales y campañas en su contra. Esto ha creado grandes expectativas para el próximo cónclave. La elección del futuro papa se dará en condiciones históricas: el mayor número de cardenales electores, 136, frente a los 115 de las dos ocasiones anteriores, y la mayor diversidad de países de origen, 71 (48 y 52 en los anteriores), lo que ha desplazado la centralidad de Europa y el mundo occidental. Además, Bergoglio designó al 79% de los cardenales, siguiendo criterios que se han apartado de la lógica tradicional, y la mayoría de ellos son poco conocidos.