El regreso de lobo terrible, la polémica detrás de la “desextinción”
- 07 May 2025
- 12:00 p.m.

La iniciativa ha abierto un fuerte debate ético sobre la desextinción de especies desaparecidas hace miles de años.
Cuando con 15 años llegué a vivir a Managua y era estudiante de secundaria, hace unos 25 años, me podía quedar muchas horas frente al televisor viendo documentales de Discovery Channel. Aprendí casi de memoria conceptos sobre la evolución, el destino final de las estrellas, la formación de planetas y la remota posibilidad de clonar y traer de vuelta a especies desaparecidas.
Eran temas que me fascinaban, aunque mis compañeros de escuela me miraban como si fuera una especie rara por emocionarme con eso. En los primeros días de abril, esa misma curiosidad infantil volvió tras la noticia que recorrió en medios de comunicación de todo el mundo: la aparente “resurrección” del lobo terrible, un depredador extinto hace más de 12,000 años.
Aunque Colossal Biosciences ha presentado el nacimiento de tres cachorros genéticamente modificados como la primera “desextinción” exitosa, varios científicos cuestionan esta afirmación. De acuerdo con la Agencia de Noticias Reuters, los cachorros, Romulus, Remus y Khaleesi, fueron creados a partir de lobos grises, editando solo 20 genes relacionados con rasgos del extinto lobo terrible (Aenocyon dirus).
Al respecto, el paleogenetista Love Dalén afirmó que “Estos animales son, en un 99.9%, lobos grises. No podemos hablar de una verdadera desextinción sin un genoma completo del lobo terrible”, dijo al medio especializado R&D World. La falta de ADN fósil suficiente hace imposible recrear la especie con fidelidad, y lo logrado por ahora es una aproximación con modificaciones superficiales, manifestó
Pero más allá del debate técnico, la iniciativa ha abierto un fuerte cuestionamiento ético sobre la desextinción de especies desaparecidas hace miles de años. “¿Estamos preparados para convivir con el lobo terrible?”, se preguntó la bióloga Evelyn Segura en una entrevista con Cadena SER. “El ecosistema ha seguido su curso durante más de 10.000 años sin estos depredadores. Reintroducirlos (aunque no sean exactamente iguales) puede alterar equilibrios actuales y poner en riesgo especies vulnerables.”
La ecóloga de conservación Sarah B. Thomas, de la Universidad de Colorado, fue más allá al señalar que “revivir especies extintas no es un acto de nostalgia científica, sino un experimento que podría tener consecuencias ecológicas imprevisibles”. Según Thomas, los ecosistemas actuales han evolucionado en ausencia del lobo terrible, por lo que su eventual reintroducción implicaría una alteración radical de cadenas tróficas ya establecidas.
Por otro lado, el debate también ha girado en torno al uso de los recursos económicos. Colossal ha recaudado más de 225 millones de dólares de inversionistas privados para financiar sus proyectos de desextinción, que incluyen no solo al lobo terrible, sino también al mamut lanudo, el dodo y el tilacino. La bióloga y activista por la biodiversidad Paula Ehrlich, directora del Instituto E.O. Wilson para la Biodiversidad, ha criticado esta estrategia: “Con una fracción de esos fondos podríamos proteger hábitats críticos, frenar la deforestación y salvar especies en peligro real hoy, no hipotéticas resurrecciones del pasado”. En su opinión, la narrativa tecnológica de la desextinción podría desviar la atención pública de los desafíos urgentes de conservación.
Así, el caso del lobo terrible se sitúa en el centro de un dilema moderno: hasta qué punto debemos usar la tecnología para revertir procesos naturales, y si al hacerlo estamos solucionando un problema o creando uno nuevo.
Me gustaría ver la cara de mis compañeros de escuela al conocer de lo avanzado que anda la ciencia en estos días.