Daniel Ortega tiñe de sangre marcha de madres

Daniel Ortega y Rosario Murillo tiñeron de sangre la multitudinaria marcha "Madres de Abril: Nicaragua se une para exigir justicia”. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos - Cenidh reportó al menos 11 muertos y 79 heridos por los ataques de los grupos paramilitares de Ortega y Murillo. El organismo de derechos humanos condenó enérgicamente esta represión, que constituye un hecho criminal. 

El Cenidh informó de 47 heridos y seis asesinatos en Managua; Jorge Guerrero Rivas, Edgard Guevara Portobanco, Francisco Reyes Zapata, Michael González Hernández, Daniel García Reyes y Orlando Córdoba de 16 años de edad, quien murió en el Hospital Fernando Vélez Paiz.   

En el municipio de Estelí, el Cenidh registra 32 heridos y cuatro muertos; Alberto Obregón, Dodanim Jared Castilblanco Blandón, José Manuel Quintero y Jairo Antonio Osorio. En Masaya se conoció del asesinato de Carlos Manuel Díaz.

  “Afirmamos categóricamente que los agresores fueron la policía represiva y las fuerzas de choque al mando de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo”, asegura un comunicado del Cenidh.

 

El organismo de derechos humanos responsabiliza de estos nuevos asesinatos al Jefe Supremo de la Policía Nacional, Daniel Ortega, quien dos días antes “anunció su decisión por medio de un violento y amenazante llamado del presidente de la Asamblea Nacional Gustavo Porras, también dirigente del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), a todos los dirigentes de sus sindicatos, federaciones y confederaciones a defender con toda la fuerza y disponibilidad al presidente “constitucional” y a la revolución que ellos mismos traicionaron”.

La magnitud de estos hechos, que persisten en diferentes lugares del país, se ve agravada con acciones como patrullaje intenso, tiroteos esporádicos, francotiradores en lugares donde no se puede transitar, añade el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos. 

Por su parte,  la Coalición Universitaria repudió los asesinatos perpetrados la tarde y noche del 30 de mayo por el régimen Ortega-Murillo, mediante el uso de turbas y grupos parapoliciales durante la marcha convocada en respaldo a las madres.   

La Conferencia Episcopal de Nicaragua, CEN,  también condenó enérgicamente los hechos perpetrados por grupos armados afines al Gobierno. “Condenamos enérgicamente todos estos hechos violentos en contra del ejercicio de la libre manifestación pacífica y rechazamos absolutamente esta agresión organizada y sistemática en contra del pueblo, lo cual ha dejado decenas de heridos y algunas personas muertas”.

Asimismo anunciaron que ante este nuevo ataque contra el pueblo no se reanudará el Diálogo Nacional, mientras el Estado siga violando los derechos humanos. “Queremos dejar claro que no se puede reanudar la mesa del Diálogo Nacional mientras al pueblo de Nicaragua se le siga negando el derecho a manifestarse libremente y continúe siendo reprimido y asesinado”, asegura el comunicado de la CEN.

La marcha en respaldo a las madres fue emboscada por los grupos paramilitares y por la Policía Nacional al pasar por la Rotonda Rubén Darío y la Universidad Nacional de Ingeniería. Quienes se manifestaban pacíficamente huyeron en desbandada. La Universidad Centroamericana (UCA) abrió sus portones para que las personas ingresaran, más de 5 mil lograron refugiarse, informó la UCA.

“En apoyo a la población, los vigilantes de la UCA procedieron a abrir los portones para que los manifestantes se refugiaran en el campus. Huyendo de los ataques más de 5 mil personas lograron ingresar, mientras muchas huyeron en distintas direcciones (…) pasada las 8:30 PM personas voluntarias y conductores de la UCA habían evacuado a la mayoría de refugiados”.  

La UCA denunció este nuevo ataque criminal y exigió a las autoridades el cese inmediato de la represión.

Ericka Guevara Rosas, Directora de Amnistía Internacional para las Américas, publicó en su cuenta de Twitter que Daniel Ortega debe ordenar a sus turbas cesar la violencia.  

Por su parte, el parlamento europeo condenó la brutal represión e intimidación a manifestantes pacíficos en Nicaragua y pidió una reforma electoral que conduzca a elecciones justas y creíbles. Además, reclamó una investigación internacional independiente para enjuiciar a los responsables de la represión y las muertes, restablecimiento de la libertad de prensa y la libertad de expresión y el fin del acoso a periodistas.

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