Articulación de Movimientos Sociales condena escalada represiva y llama a resistencia

La masacre perpetrada este fin de semana por grupos paramilitares y la Policía Nacional, con diecisiete personas asesinadas, según Amnistía Internacional, ha dejado al descubierto la nueva escalada de violencia alentada desde la presidencia de Nicaragua.     

Otra nueva masacre se ha desatado con especial crueldad en Nicaragua este fin de semana, la cual ya había sido anunciada y realizada en varias ciudades como un “operativo de limpieza”, que en la práctica significa invadir localidades mediante las tenebrosas “caravanas de la muerte”, denunció la Articulación de Movimientos Sociales de Nicaragua.

La Articulación agrega en su comunicado que “los grupos parapartidarios armados amenazan a la ciudadanía desarmada para que permanezca dentro de sus casas, disparan sin miramientos usando armas de guerra, matan e impiden recoger los cadáveres, secuestran personas inocentes invadiendo impunemente sus casas, llevándolas a lugares clandestinos donde las prisioneras y prisioneros son sometidas a interrogatorios mediante crueles torturas. Finalmente traslada sus prisioneras y prisioneros a cárceles y estaciones de policía donde son retenidas ilegalmente en pésimas condiciones, desconociendo los supuestos delitos por los que son acusados, independiente de su edad, violando normas jurídicas nacionales e internacionales”.

Los represores no han respetado personas, instituciones y han invadido hasta los templos, agrediendo a religiosos y pastores, además de haber asesinado a feligreses de diferentes denominaciones, señala la Articulación de Movimientos Sociales.

El ataque a sacerdotes y a obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en Diriamba pone en riesgo la posibilidad de salida de la crisis por la víaa pacífica, a través del diálogo, considera la Articulación de Movimientos Sociales.

La Articulación exigió el cese “inmediato de toda forma de represión y el desmantelamiento completo de los grupos para partidarios armados que operan coordinados con las fuerzas policiales y con importante armamento utilizado únicamente por las fuerzas armadas”.

Asimismo, manifestó su solidaridad con las familias de las víctimas y extendió su mensaje a las personas detenidas, desaparecidas y a quienes procuran apoyarles.

La Articulación demandó a las instituciones internacionales que trabajan en Nicaragua a adoptar medidas de protección y a tomar en cuenta que la defensa de los Derechos Humanos es superior a todos los mandatos. “La pérdida de vidas y las agresiones a las personas desarmadas que ejecuta el Estado nicaragüense amerita declarar de manera apremiante una Emergencia Extraordinaria de Derechos Humanos”.

También demandó a la Organización de Naciones Unidas, a la Organización de Estados Americanos y a la Unión Europea a actuar con compromiso para que los Derechos Humanos puedan reconocerse en condiciones de seguridad y respeto a la vida e integridad de las y los nicaragüenses, y a su derecho de manifestarse pacíficamente, para “asegurar el cese de las acciones brutales de los aparatos de represión del régimen y sus escuadrones de la muerte”.

La Articulación llamó a la población a mantener la lucha cívica y pacífica, a redoblar la organización territorial, a mejorar la seguridad para resguardar la vida y continuar participando activamente en las acciones de movilización y resistencia. Convocó a las “organizaciones y actores sociales, políticos y económicos a redoblar e intensificar los esfuerzos para conseguir la unidad en la acción que permita poner fin a la represión y exigir la salida inmediata del régimen Ortega-Murillo”.

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