La Conciencia Moral de la Masacre

 None

Fotografía Cortesía Cosett

Creer o no en Abril

Para una parte importante de la población nicaragüense, se ha dado desde abril del 2018 a la fecha, eventos que en materia de derechos humanos se le conoce como crímenes de lesa humanidad, esta categoría se utiliza para dar cuenta de cuando un Estado ha violado en una o varias formas el derecho de vivir de una población.

Abril es un evento límite y debe comprenderse no como un mes, sino como un evento social límite, sin embargo, aunque pareciera que es una categoría difícil de negar porque detrás de ella hay evidencias legales imposibles de refutar fácilmente, existe en Nicaragua un grupo de población que niega tal hecho, es decir existe un grupo que reconoce la masacre de Abril (Abril como evento), y otra parte que niega a Abril.

No somos el primer país y seguramente tampoco el último que vive una situación similar, Guatemala aun habiendo un juicio donde se incriminó a Rios Montt como autor del Genocidio contra el pueblo Maya-Ixil, tiene grupos poblacionales que niega el genocidio, que no cree haya sucedido.

Creer o no en Abril, más allá de la excesiva evidencia legal, pasa por un asunto del desarrollo moral.  Para el doctor Piaget, el desarrollo moral es el aprendizaje de la conducta socialmente aceptable, esta conducta es transmitida, adquirida e interiorizada en la etapa infantil. En la primera infancia la moral se da bajo el respeto unilateral de todas las normas del mundo de los adultos, la moral es una obligación, en la infancia el desarrollo moral de las niñas y niños buscan construir reglas donde todos son iguales, la moral es de solidaridad, a partir de la adolescencia Piaget cree que la Moral es la de equidad, cada persona es capaz de pensar en el interés del otro-otra, la compasión es capaz de tomar decisiones considerando el dolor del otro, porque en la compasión, el otro es uno mismo.

El desarrollo de la Moral, necesario para creer en Abril

El desarrollo de la moral de la última etapa –digamos desde la adolescencia hasta la adultez-, pasa por la compasión y esta solo es posible bajo la unificación de “yo” y “los otros”, -lo que me sucede a mi les sucede a los otros, esos otros soy yo mismo puesto que en la categoría de igualdad el yo y el otros, se les puede imputar la misma experiencia-, la compasión requiere que todos sean considerados como “yoes”.

Es, esta categoría, donde se tiene la capacidad de auto reconocerse como autor o víctima de una experiencia, puesto que, si todos somos YO, sabemos los límites posibles de la acción.

Abril está siendo una experiencia límite

La experiencia de Abril fue una masacre de al menos 300 personas, el secuestro de al menos 700 ciudadanos-ciudadanas, el exilio de 60, 000 nicaragüenses, y un número aún no definido de desaparecidos. Creer o no en Abril depende en gran medida en el Desarrollo Moral que cada individuo logra alcanzar.

Hay cientos de testimonios de diferentes grupos sociales que rememoran a Abril, haciendo uso de la memoria individual colocan la experiencia límite en el debate nacional, el imaginario colectivo ha colocado la fecha del 19 de abril como el inicio del evento límite, el número de día coincide con el 19 más conocido, el 19 de julio de 1979, fecha en que se conmemora la Revolución Popular Sandinista.

Abril es una experiencia límite porque implica la pérdida de la vida, una pérdida caracterizada por el asesinato de cientos de personas, en manos de quien debía protegerlas; el Estado. El desarrollo moral como bien dije antes implica la conciencia de las normas socialmente aceptadas, asesinar a una o cientos de personas no es socialmente aceptado, aquella persona o grupo que asesine entra en una categoría de amoral y la moral es necesaria para sujetarse a un cuerpo social, a nadie le es posible vivir a solas, de manera que creer en Abril pasa inevitablemente por creer que fue el Estado quien los asesinó, encarceló, exilió, desapareció.

Quienes creen en Abril toman distancia moralmente del perpetrador y a toda costa exigen justicia porque saben que el “otro” al que asesinaron moralmente es el mismo “yo”. Quienes no creen en Abril, creen en el Estado-partido y a toda costa necesitan negar abril porque a) asumirlo como un hecho es asumir que esa masacre también es de su autoría, o bien b) asumir Abril como un hecho y considerarlo como una buena acción, implicaría la estigmatización colectiva, como el “monstruo”, esto les alejaría de la categoría de lo socialmente aceptable.

La culpa de la masacre

El dilema es individual, pero está suscrito a los grupos de pertenencia donde se ha decidido estar, hay quienes sabiendo que Abril existe, lo niegan discursivamente porque no negarlo es asumir su cuota de autoría y entonces no encuentran retroceso, pero viven con la conciencia de que matar está mal y convierten esa conciencia en culpa, como dice el filoso y antropólogo francés Paul Ricoeur en su libro Finitud y Culpa; la culpa es un sentimiento de “verse cargado”, abrumado de un “peso”. (Finitud 213).

Siguiendo el hilo de la culpa, el filósofo alemán Karl Jaspers en su libro el problema de la culpa, hace distinción de cuatro Culpas: criminal, política, moral y metafísica.  La criminal es cuando existe un delito concreto, un o unos responsables señalados y un juicio, sin embargo, la culpa de la que quiero hacer énfasis es en la culpa moral, es aquella que no exime la criminal pero se centra en negar el principio de “obediencia debida”, puesto que nadie está obligado a seguir el llamado de lo amoral, en este caso nadie está obligado a tener obediencia cuando de matar a otros-otras se trata, puesto que los crímenes son crímenes aunque sean dado bajo órdenes, en esta culpa moral están incluidos los perpetradores intelectuales, materiales, los observadores pasivos, los delatores, los cómplices, los que pudieron evitar y no hicieron nada.

La culpa moral es un peso que cada individua carga y del que solo se podrá librar si lo confiesa ante otro igual, si verbaliza que matar está mal y que el Estado mató a sus ciudadanos y que ese Estado está representado por su grupo social (FSLN). Y en búsquedas de esas confesiones, aparece la confesión de al menos tres simpatizantes del FSLN que en vídeos de Facebook live, declaran, su culpa.

Video 1:  el 18 de julio, dos locutores de un programa en la radio “La Nueva Radio Ya”, uno de ellos dice “40 -19 y siempre más allá, previo a la gran celebración, a la multitudinaria concentración, mañana 19 de abril”, su compañero le interrumpe inmediatamente y le dice -“de julio”, de julio corrige inmediatamente, pero ya es tarde, su desarrollo moral sabe que Abril existió y que matar está mal, por eso una parte de él coloca el 19 de abril como el evento límite y su consciencia lo trae a la línea de la confesión y aunque se retracte, ha confesado que cree en Abril.

Video 2:  El segundo video transcurre en un lugar de Nicaragua llamado San Isidro, el 19 de julio del 2019. La voz de un hombre se escucha en un micrófono, es una especie de caravana, el hombre dice “una fiesta alegre, que estamos ahora visualizando aquí, viviendo, el comandante aquí nunca se va a quedar” alguien de fondo le corrige y el hombre continua diciendo “perdón el comandante nunca se va a ir, el comandante se queda”, pero igual ya es tarde, su desarrollo moral le ha ganado y confiesa que cree en Abril.

Video 3: Transcurre en un bus, van jóvenes celebrando el 19/40, mientras un joven graba, una de las jóvenes grita 2 consignas, “Viva Daniel” y “Siempre será 19 de abril”, esta última es corregida por su grupo y abruptamente concluyen el vídeo.

Video 4: Una periodista que trasmite la conmemoración del Repliegue Táctico a Masaya, en su trasmisión se escucha “celebran 40 años, 40 de esta geta histórica donde hombres y mujeres dieron su vida contra la dictadura Sandinis…”, ella se da cuenta y se interrumpe a sí misma, pero la culpa ya está confesada.

La confesión de culpa moral irá saliendo de muchas formas, el debate interno sobre lo bueno y malo se estará dando en cada cuerpo, algunos que no logren confesar su culpa más temprano que tarde padecerán de enfermedades pues la culpa no confesada sale en forma de enfermedad, es la urgencia que el cuerpo tiene de hablar.

Nos llevará un largo tiempo sanar como sociedad, la culpa por los asesinados y desaparecidos esta ya inscrito en nuestra historia, la culpa moral es algo con lo que una parte de esta sociedad tendrá que lidiar, pero como sociedad nicaragüense llegado el momento debemos estar atentos ante la culpa criminal, los responsables de tanto dolor más temprano que tarde deberá enfrentarse a la justicia.

                                                                                   -La autora es Trabajadora Social-

Opinión | La Conciencia Moral de la Masacre

Te podría interesar