Lo que deja la minería
- 22 Oct 2015
- 10:25 a.m.
Desde hace varios meses tanto pobladores como trabajadores y sindicalistas del Sindicato Pedro Roque de la mina El Limón, exigen mejores condiciones de trabajo. Llevan tres semanas trabajadores y trabajadoras de la empresa minera B2GOLD iniciaron protestas de nuevo en demandas de carácter económico, social, laboral y sindical, y por solicitar estos derechos ha sido víctimas de la represión salvaje de un “gobierno” que se auto proclama “cristiano, socialista y solidario” pero que no es más que un gobierno que está al servicio del gran capital extranjero, que promueve el extractivismo y un modelo económico de corte neoliberal.
Este modelo extractivista que el gobierno de Nicaragua promueve deja consecuencias graves en la vida de las personas y en toda una comunidad que después de aceptar la minería se está cansando y están viendo los resultados y las violaciones a derechos humanos que dejan estas empresas colonialistas y que los gobiernos cómplices se ponen al servicio de estas grandes corporaciones.
Lo que deja la explotación minera en la comunidad son conflictos sociales, ejemplo real la mina El Limón, donde justamente pobladores y trabajadores exigen el cumplimiento del convenio colectivo, deja muchas enfermedades como lo que denunciaban las mujeres, que a los trabajadores se les cae la piel, tienen insuficiencia renal crónica y muchos de ellos cáncer, que se evidencia con erupciones en la piel por contaminación de la sangre con cobre y arsénico. Estas mujeres son ejemplo de resistencia y de rebeldía política en defensa de su territorio y de sus derechos.
Cuando se habla de los impactos ambientales de la minería, no nos referimos simplemente a que se esté "arruinando el paisaje", sino a cuestiones mucho más serias, que tienen a su vez implicaciones en la economía, la salud y la alimentación de las comunidades cercanas a las minas. El Limón vive esta realidad, donde en estas tres semanas se han denunciado muchos efectos nocivos en la salud de las poblaciones cercanas.
Parece que al gobierno sólo le importan las necesidades de la empresa pero no de la comunidad. Solo así se explica que la transnacional B2Gold (dueña de la mina El Limón) pueda proseguir con sus actividades, pagando regalías, pese a los señalamientos de la comunidad y de organizaciones sobre los negativos impactos ambientales y económicos que está dejando la explotación.
Los daños y perjuicios que causa a la naturaleza y al ser humano la minería, son enormes comparados con los beneficios que aporta. Además, la minería es un auténtico enclave económico, se enriquece a costa de la mayoría y de una enorme destrucción de la naturaleza, donde las únicas que obtienen ganancias son las empresas transnacionales.
La actual explotación minera que se aplica en Nicaragua, responde a las políticas de la economía neoliberal que imponen los países del norte a los empobrecidos países del crucificado tercer mundo. Son políticas económicas que muestran el rostro conocido de un capitalismo salvaje; rostro de muerte y miseria, que espanta la vida y disminuye todas las conquistas y derechos de individuos y pueblos.
Obtener altas tasas de ganancias es lo más importante para este sistema, la vida del medio ambiente y las personas, están en un segundo plano. La compañía minera, amparada y protegida por el gobierno, prácticamente impulsa una política de rapiña, bajo un falso y engañoso concepto de desarrollo, y supuesta ayuda y beneficio a la comunidad. Se dan a la tarea de regalar unas cuantas latas de pintura para pintar las bancas del parque o las paredes del templo de la comunidad que en poco tiempo acabarán por destruir.
Las empresas mineras se aprovecha del desconocimiento y la falta de conciencia del impacto y los efectos perjudiciales que causan en el ambiente y en las personas. Este desconocimiento y falta de conciencia es mayor en las personas que no viven, ni han pasado por las zonas de exploración y explotación minera.
No consulta a las comunidades donde se realizan las actividades mineras, se desconocen los derechos que éstas poseen y constantemente, las mineras en contubernio con el gobierno, violan a los derechos humanos cuando niegan a las comunidades la posibilidad de decidir su propio desarrollo y a vivir y disfrutar en un ambiente sano.
Todo esto es lo que nos deja la minería promovida por el gobierno “cristiano, socialista y solidario” que estoy seguro la historia se encargara de pasarle la cuenta.