El día después de las votaciones
- 07 Nov 2016
- 5:31 p.m.
¿A quién va a creerle, a mí o a sus propios ojos?
Famosa la frase del humorista y escritor estadounidense, Groucho Marx, que calza a la perfección con lo que nos quieren hacer creer Roberto José Rivas, presidente del Consejo Supremo Electoral y José Daniel Ortega, con respecto a que en las votaciones presidenciales y legislativas de 2016, la población nicaragüense participó masivamente. Se terminaron las votaciones y los resultados, que suponíamos desde antes, finalmente fueron revelados por el Consejo Supremo Electoral.
Voto a voto, casa a casa
Las camionetas acarreando gente de sus casas, los celulares sonaban y sonaban – ¿Ideay, a qué hora vas a ir a votar? acordarte que todos los de la Alcaldía estamos obligados a ir- la desesperación al ver que las “mareas rosas” de votantes no llegaban y los miembros de las Juntas Receptoras de Votos aburridos de esperar. El Silencio electoral se extendió entre votantes, Corinto (lugar donde me encontraba) parecía una ciudad muerta, sin música, pocas bicicletas y personas en las calles. Sólo la camioneta de la municipalidad recorría las calles polvorientas del puerto. El escenario perfecto para grabar un capítulo de la serie The Walking Dead.
La batalla de las redes
Mientras en las redes sociales se libraba la batalla de las fotos y los memes de la poca participación, los medios oficialistas publicaban “la gran participación del pueblo de Nicaragua” en lo que llamaban voto ágil y ordenado. Periodistas de medios independientes a pie de calle, celulares y cámaras en mano publicaban fotografías y videos de los Centros de Votación Vaciitos, Vaciitos, como dijo públicamente el tetracampeón mundial de Boxeo, Román González, entrevistado por canales oficialistas para hacer eco de la gran participación, parece que el chocolatito no se aprendió el guion. Los canales de la familia presidencial presentaban artículos de TeleSur y RT con sus titulares ensalzando el proceso electoral nicaragüense.
Se acabó lo que había
El día después de las votaciones, el país estrena vicepresidenta “electa”. En 1995, Julia Mena Rivera fue nombrada vicepresidenta por la Asamblea Nacional, convirtiéndose en la primera mujer en ostentar este cargo. El día después de las votaciones, la chayo, es oficialmente vicepresidenta del país, nombrada no sabe si por ella misma o por Ortega. El matrimonio presidencial Ortega-Murillo sigue instalado en el poder, donde todo queda en familia.