Memoria gráfica de la Resistencia Ciudadana en Nicaragua 2018
- 20 Nov 2018
- 4:14 p.m.
Carlos Tünnermann Bernheim
Debo a gentil invitación del Señor Rector de esta prestigiosa y querida Universidad Centroamericana (UCA), Padre José Idiáquez, el honor de participar en la inauguración de esta emotiva exposición: “Memoria Gráfica de la Resistencia Ciudadana en Nicaragua 2018. Reclamo de Justicia y Democracia”, en justo homenaje al periodismo independiente de Nicaragua, que este año se hizo acreedor del “Gran Premio de la Libertad de Prensa” que otorga la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). En representación de los periodistas independientes recibió la distinción el Lic. Miguel Mora, en la solemne ceremonia que tuvo lugar en Salta, Argentina.
Considero que la UCA, al auspiciar esta exposición por intermedio de su Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, cumple con una función de suma trascendencia, como lo es preservar, para las presentes y futuras generaciones, la memoria histórica de uno de los momentos más trágicos, pero a la vez más promisorios de nuestro devenir, como han sido estos casi siete meses de rebelión cívica que, a partir del 19 de abril del presente año dieron un giro total e irreversible a la historia del país que venía discurriendo desde enero del 2007.
A partir del 2007, el pueblo nicaragüense ha sido testigo de cómo se ha llevado a cabo un deliberado proceso de destrucción de nuestra institucionalidad democrática, para dar lugar a la mayor concentración de poder en una familia en nuestros casi doscientos años de vida independiente. Ese proceso puso las bases que pretende instaurar en nuestro país una nueva dictadura dinástica.
Lo paradójico es que quienes lo impulsan lucharon, en un pasado reciente, para derrocar otra dictadura dinástica, la de la familia Somoza. El proyecto ha avanzado a costa de conculcar los derechos políticos y humanos de los nicaragüenses. Si bien diversos sectores de la sociedad nicaragüense, en su momento, denunciaron y rechazaron tan nefasto propósito, el proyecto dictatorial logró avanzar en sus intenciones hasta que un día, nuestros jóvenes, principalmente los universitarios, que equivocadamente suponíamos indiferentes a lo que sucedía en su entorno, dijeron: ¡Basta ya de tanto abuso. Queremos una Nicaragua diferente!
Esa fecha, 19 de abril de 2018, está llamada a marcar un hito en nuestro devenir histórico. La inmensa mayoría del pueblo nicaragüense, en las grandes marchas multitudinarias recientes, dio todo su respaldo al grito de protesta de la juventud. Y así comenzó la hermosa rebelión cívica de la que es un impresionante testimonio la exposición que hoy inauguramos, gracias a la valiosa colaboración de los reporteros gráficos de La Prensa y El Nuevo Diario, así como de los fotógrafos Carlos Herrera y Javier Bauluz, fotógrafo español. Todos los autores de estas fotografías corrieron grandes riesgos, e incluso varios de ellos fueron agredidos y les robaron sus instrumentos de trabajo. Sólo al canal 100% Noticias le robaron 4 cámaras por un valor superior a los cien mil dólares. La labor que ellos han hecho podemos calificarla de heroica.
Esta exposición es una valiosa contribución del Instituto a la preservación de la Memoria Histórica de la resistencia cívica y del sacrificio del pueblo nicaragüense, en jornadas inolvidables de lucha eminentemente pacífica.
¿Qué es Memoria histórica? El diccionario de Wikipedia la define así: “Memoria histórica es un concepto ideológico e historiográfico de desarrollo relativamente reciente, que puede atribuirse en su formulación más común a Pierre Nora, y que viene a designar el esfuerzo consciente de los grupos humanos por encontrar su pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial respeto”.
La Memoria Histórica es tan importante que la UNESCO promueve un programa, denominado Memoria del Mundo, a fin de preservar el recuerdo de hechos que la humanidad, y los pueblos de los diferentes Estados que conforman la UNESCO, no pueden ni deben olvidar. El Instituto que auspicia esta exposición forma parte de dicho programa, al que se incorporaron todos los archivos y recuerdos de la Cruzada Nacional de Alfabetización, declarados por la UNESCO, “Patrimonio Histórico de la Humanidad”, y que se conservan en el Instituto.
En el famoso mayo del año 68, los estudiantes franceses escribieron en los muros de La Sorbona: “Prohibido prohibir”. Los nuestros han escrito, en la conciencia colectiva de los nicaragüenses, “prohibido olvidar”.
Esta exposición contribuirá así, a lo que se denomina la “Recuperación de la Memoria Histórica”, principalmente en el caso de nuestro país, donde se trata de imponer una narrativa oficial que es todo lo contrario a lo que realmente ha sucedido, donde las víctimas se transforman en victimarios, donde los crímenes cometidos por la represión gubernamental se pretende que se crea que fueron cometidos por quienes precisamente decidieron rebelarse cívica y pacíficamente ante tanto atropello a la dignidad de los nicaragüenses y a tanta violación de sus derechos humanos y políticos.
Por lo tanto, la recuperación de la Memoria Histórica, es un movimiento socio-cultural destinado a preservar y difundir lo que realmente ha acontecido y evitar que se imponga la realidad mentirosa que se nos quiere vender y, de esta manera custodiar el testimonio para que la historia juzgue correctamente a quienes fueron los artífices de los hechos denunciados.
Esta es la razón por la cual el título de la exposición incorpora los conceptos de Justicia y Democracia. Porque en Nicaragua la paz que perseguimos, mediante la solución cívica y dialogada de la crisis actual, debe tener como fundamento que se haga justicia a las víctimas y se recupere nuestra destruida institucionalidad democrática.
No puede haber impunidad para tantos crímenes cometidos por la represión. Tampoco podemos permitir lo que se denomina la impunidad histórica, es decir, permitir que la narrativa oficial termine por prevalecer en los textos de historia del futuro. Esta exposición es una contribución a que eso no suceda.
La impunidad histórica, según un magnífico ensayo, escrito por especialistas en defensa de los Derechos Humanos, que se intitula: “La impunidad como delito de lesa humanidad”, es la que oculta y distorsiona los hechos y hace prevalecer el discurso de los victimarios, negando la voz de las víctimas y enviándolas al olvido”. La historia demuestra que lo que se olvida se repite. Esa es la tragedia que provocan las amnistías, las 53 amnistías que contabiliza en su libro de Historia de Nicaragua, el expresidente Enrique Bolaños. Los crímenes y abusos volvieron a repetirse, con la confianza puesta en una futura amnistía.
Gracias a la UCA y a su Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica por auspiciar esta importante exposición que permitirá que quede un testimonio gráfico de la hermosa primavera que es la rebelión cívica que estamos viviendo.
Al concluir la visita a la exposición seguramente saldremos convencidos que Nicaragua necesita, que Nicaragua exige, un futuro mejor para su pueblo.
Managua, 15 de noviembre 2018