Sería una revolución pasar de la dictadura absolutista y genocida de Daniel Ortega y Rosario Murillo a un país soberano y una sociedad libre.
De revolución no tiene nada. De tragedia mucho. Lo sabe el sietemesino de Daniel Ortega, nuevo Somoza en Nicaragua. La piñata es para los ricos.
Llanto contenido porque casi 40 años después las y los nicaragüenses asistimos a lo mismo: el asesinato de jóvenes y desapariciones de personas.
Desde hace tiempo la policía ha asumido ese papel, agreden, persiguen e impiden la libre movilización. Se está negando el derecho a estar informado.
Las mujeres han decidido transgredir
Por los 12 femicidios que han habido en Nicaragua en lo que va de 2018. Las mujeres paran por ellas y por las que están vivas, aún hay muchas luchas.
¿No sabrá ese cura que en 2017 hubo en el país 51 femicidios producto de ese sistema que reproduce que las mujeres les pertenecemos a los hombres.
