Las alcaldías y su triste papel en la juramentación de parapolicías

De 19 autoridades locales solo tres tomaron la palabra: Francisco Valenzuela de Estelí, Leónidas Centeno de Jinotega y Francisco Gutiérrez de San Carlos, Río San Juan. • Foto: Onda Local
En las ceremonias de juramentación de más de 46 mil parapolicías en los diferentes departamentos del país, nombrados eufemísticamente “Policía Voluntaria”, el papel de alcaldes y alcaldesas, quedó relegado a reafirmar su función decorativa. En los actos de promesa de lealtad no se les permitió tomar la palabra. Los medios oficialistas los opacaron aún más al no destacar su paupérrimo protagonismo, pese a que se les obligó a disponer de recursos municipales para garantizar el éxito del espectáculo policial.
Quienes arengaron en representación de los territorios fueron los secretarios políticos, los que se empeñaron en ensalzar a la pareja de dictadores y atizar los ánimos de los juramentados para que estén prestos a “defender la paz y la seguridad” ante una eventual rebelión ciudadana, o dicho con las palabras de la dictadura algún nuevo “intento de golpe de Estado”.
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Es como un secreto a voces. Aunque la población ya no lo dice abiertamente por temor a represalias, es bien sabido que las autoridades edilicias de la totalidad de municipios del país, de autoridad tienen poco o nada.
Son personas colocadas en sus cargos Daniel Ortega y Rosario Murillo y no por la voluntad popular como debería ser según las leyes. De la misma forma que son colocados como pieza ornamental, son también defenestrados, desechados por la decisión de los tiranos de El Carmen.
Un silencio cómplice y obligado
En los actos de juramentación de policías voluntarios, alcaldes y alcaldesas no se les permitió hablar. Los secretarios políticos fueron la voz cantante en cada territorio. El discurso central estuvo a cargo del comisionado general Francisco Díaz, quien discurrió en peroratas luego de leer la promesa de ley.
Pero las personas que fueron investidas como autoridad local tras la farsa electoral municipal de 2022, y a quienes como anfitriones les correspondía tomar la palabra en nombre de su municipio, no dijeron ni pío. Permanecieron mudos en la tarima. Lucieron como monigotes. Tristemente actuaron como simples fantoches o tontos útiles.
“Tres tristes tigres”
De 19 alcaldes y alcaldesas, solo tres tomaron la palabra: Francisco Valenzuela de Estelí, Leónidas Centeno de Jinotega y Francisco Gutiérrez de San Carlos, Río San Juan. Pero fue porque estos, además de alcaldes son los secretarios políticos departamentales, ungidos por la pareja dictadora para ejercer ese “doble poder”. De otro modo no podría ser.
Sin embargo, no hicieron más que reforzar la malsana retórica que Murillo escupe diariamente en sus medios propagandísticos.
En Estelí, Valenzuela ensalzó a los dictadores y calificó a la “Policía Voluntaria” como “un dispositivo importantísimo de apoyo y complemento al esfuerzo que hace la heroica Policía Nacional por mantener la tranquilidad, la paz y la seguridad de nuestro pueblo”.
También aseguró que las personas que integran la “Policía Voluntaria” están en todas las comunidades y barrios. “Comunidad por comunidad, barrio por barrio, distrito por distrito, está presente esta fuerza importantísima para defender la revolución.”
En tanto, el alcalde de Jinotega y a la vez secretario político departamental, Leónidas Centeno, conocido como “el dictador de Jinotega” profirió palabras similares a la de Valenzuela.
“Estos miles de hermanos militantes sandinistas que han venido de diferentes lugares del departamento de Jinotega a juramentarse, vienen a comprometerse con nuestros héroes, con nuestros mártires, con ese héroe nacional el comandante Julio Buitrago” manifestó.
Y no faltó la exaltación y los elogios a los dictadores. Centeno dijo que Ortega y Murillo están construyendo una nueva Nicaragua.
“Nuestro copresidente Daniel Ortega Saavedra, con nuestra compañera copresidenta, Rosario Murillo, (están) al frente de este proyecto, de esta revolución, al frente de esta Nicaragua que cambia, que se transforma, se desarrolla y avanza”. El operador político cerró su intervención con vivas a Ortega, Murillo y la “Policía Voluntaria”.
“A Dios rogando y con el mazo dando”
Francisco Gutiérrez, alcalde de San Carlos, Río San Juan y también secretario político departamental, fue más allá con una retórica “fervorosa” y a la vez incisiva. Este hizo una mezcla de alabanzas a Dios, con condenas al Vaticano, a la Iglesia Católica nicaragüense, y amenazas contra la disidencia. Todo un arroz con mango.
Gutiérrez inició su intervención diciendo: “¡Bendito Dios por este maravilloso día! ¡Bendito Dios!”, para después despotricar contra el Vaticano, haciendo eco del pronunciamiento que emitiera la Cancillería contra la Santa Sede, por la entrevista concedida por monseñor Rolando Álvarez al canal católico EWTN el 6 de febrero pasado.
El alcalde riosanjuaneño, dio lectura a parte del comunicado de Cancillería, en la que se condena las declaraciones de Álvarez, según el régimen, “realizadas en nombre del Estado Vaticano desde sus páginas y plataformas”.
Luego añadió: “Hoy estamos aquí con el más sagrado de nuestro deber, porque no vamos jamás a poner ni siquiera en la más mínima posibilidad de riesgo de que alguien pueda amenazar con limitarnos a seguir soñando, labrando y protagonizando nuestro propio destino y progreso”.
Seguidamente llamó a la oposición y a la iglesia con los mismos apelativos que lo hace su jefa Rosario Murillo: “vende patria, traidores sumisos y arrastrados ante el imperialismo” e instó a los juramentados a “defender los sueños y esperanzas como verdaderos hijos de Sandino, Carlos Fonseca y julio Buitrago.”
El operador político del régimen en Río San Juan, cerró su alocución también replicando parte del pronunciamiento de la Cancillería: “Condenamos la conducta inadmisible de quienes desde tronos ególatras y disfrazados de benevolencia han traicionado los principios de amor y concordia que Cristo nos legó, aquellos que han promovido crímenes, falsedades y violencia, para sembrar angustias en nuestras familias”.
Expertos en municipalismo han reiterado en diversas ocasiones, que, en el contexto de la Nicaragua actual, las autoridades municipales son piezas decorativas que han sido colocadas en sus cargos como premio por su lealtad a la pareja dictadora y no por la voluntad popular. Tienen poco o nulo poder de decisión. No pueden hacer nada que no sea orientado desde el gobierno central.
El poder local manejado por operadores políticos
La mayor cuota de poder en los municipios generalmente está en manos de operadores de la dictadura reconocidos como “secretarios políticos”, estos son un poder intermedio, superior al de la figura del alcalde o alcaldesa. Así lo asegura una experta en Municipalismo consultada por Onda Local.
“Es evidente que las autoridades municipales no asumen su rol de dirigir las riendas del municipio, porque existe la figura del secretario u operador político que está colocado con una investidura superior a la que tienen quienes se suponen han sido elegidos a través del voto” explica.
La especialista reitera que con ese mando intermedio ha quedado invalidado el poder de decisión que se supone se ejerce a través de los procesos electorales.
De igual forma resaltó que las autoridades municipales han perdido totalmente el ejercicio de la autonomía. “Se les dice en qué y cómo deben invertir los recursos que llegan al municipio y se les orienta sobre qué proyectos ejecutar”.
También refirió que se ha perdido la capacidad de la consulta previa, libre e informada en los municipios, así como la participación ciudadana.
“Las autoridades municipales, el alcalde, la alcaldesa y concejales son fantoches, pues son operadores políticos y tienen que hacer lo que les manden hacer” aseveró.
En consonancia con la experta, la activista y defensora de derechos humanos, Haydeé Castillo, afirma que la dictadura Ortega Murillo, con las recientes reformas constitucionales, decapitó todo lo relativo al concepto de gobierno local que existía en la Constitución de la República y en la Ley de Municipios.
“Ese concepto de un gobierno local electo por el pueblo desapareció porque ahora es la familia dictatorial la que determina quién está y quién no está” indicó, a la vez que calificó tal determinación como “una aberración jurídica y una aberración política”.
“En Nicaragua desapareció el concepto, de gobierno municipal, de concejalía, de alcalde y alcaldesa y pasaron a convertirse prácticamente en el brazo derecho de la dictadura en los territorios (…) Son un ente subordinado completamente a los designios de la familia dictatorial” lamentó.
Autoridades locales sumisas al poder de Daniel Ortega y Rosario Murillo
Sobre el nulo protagonismo de alcaldes y alcaldesas en los actos de juramentación de la “Policía Voluntaria”, la experta en municipalismo refirió que eso demuestra que solo forman parte de la estructura de poder instalada y controlada por Ortega y Murillo.
Recordó que desde años atrás, los alcaldes “son parte del experimento de control total del poder de los dictadores”, y que uno de los viejos ejercicios de poder de la pareja tirana, es obligar a todos los alcaldes y alcaldesas, a trasladarse a un sitio en Managua donde se les bajan las directrices.
“Es como que fueran un ejército más, un grupo más con los que el poder del régimen ejerce toda su filosofía de control en el país” acotó. Agregó que así se ha visto su proyección en las ceremonias de juramentación de los policías voluntarios.
Pese a que fueron utilizadas las espacios y recursos municipales, para garantizar la bienandanza de estas ceremonias de juramentación presididas por el jefe de la policía orteguista, comisionado general Francisco Díaz, la figura del alcalde o alcaldesa fue irrelevante en la mayoría de cabeceras departamentales donde se hizo el montaje de la demostración de fuerza.
Los medios de propaganda del régimen resaltaron con mayor vehemencia a los mandos policiales y militares que acompañaron la comitiva, así como a los secretarios políticos departamentales y municipales. El alcalde o alcaldesa, principales anfitriones, fueron marginados. La mayoría estuvo ahí solo para la foto.
Derroche de recursos municipales
Los actos de promesa de lealtad de parapolicías a Ortega y Murillo, se desarrollaron principalmente en espacios municipales como plazas, campos deportivos, calles y avenidas de las cabeceras departamentales, hasta donde fueron trasladadas personas de los diferentes municipios para jurar como policías voluntarios, aunque muchos de manera obligada.
Estos espacios fueron habilitados con tarimas, toldos, sonido, topes de vista gigantes impresos en vinil a full color, flores naturales, entre otros recursos decorativos.
Se constató que en algunos municipios las alcaldías asumieron estos gastos para garantizar el evento. Las municipalidades, como anfitrionas, pusieron también a disposición personal y transporte para toda la logística de la exhibición policial.
Tal es el caso del acto realizado en la ciudad de Matagalpa el 12 de febrero. En este municipio cabecera del departamento del mismo nombre, fueron juramentadas como miembros de la “Policía Voluntaria” 7,000 personas que llegaron de los 13 municipios que conforman este departamento. Además participaron 650 agentes policiales y 150 miembros de los Bomberos Unidos. El evento se realizó en el Campo Deportivo municipal Primero de Mayo.
Para el acto de juramentación la Alcaldía de Matagalpa contrató a la empresa “OM producciones Audio y Eventos” propiedad del empresario sandinista del municipio de San Dionisio, Omar Méndez, la que se encargó de la tarima y el sonido.
“Agradecemos a nuestros clientes por preferirnos Alcaldía Municipal de Matagalpa Soporte de Omproducciones Audio y Eventos, para juramentación de la Policía Nacional seguimos garantizando calidad para tus eventos” publicó Méndez en sus redes sociales el mismo día de la juramentación.
“Estamos desde Matagalpa con soporte de Omproducciones Audio Y Eventos. Sonido Aéreo estructuras Metálicas y Tarima, agradecemos a Alcaldía de Matagalpa, seguimos mejorando cada día” escribió en otro post.
Aunque lo anterior es solo una muestra de cómo los recursos municipales son utilizados al gusto y antojo de los dictadores, en este caso para la juramentación de fuerzas parapoliciales, este hecho da pie a la pregunta: ¿Está dentro de las funciones de las municipalidades otorgar recursos para organizar este tipo de eventos?
La municipalista consultada por Onda Local refirió al respecto que lo normal es que, dentro del ámbito de normar, ejecutar procesos y proyectos que implican recursos del municipio, estos deben estar debidamente aprobados por el consejo municipal, aprobados en el presupuesto municipal, e integrados en la planificación municipal.
“Eso es lo que normaba la Ley, y eso debe ser parte incluso de recoger las propuestas que a través de cabildos plantee la población en base a las necesidades. Esa era la dinámica legalmente establecida,” explicó.
La especialista añadió que, sin embargo, bajo el férreo control del gobierno central, representado por Ortega y Murillo, cambia la forma en que se decide la ejecución de los fondos del municipio.
“No creo que un acto público de esa naturaleza tenga más importancia sobre el hecho de mejorar los parques, los cementerios, o el hecho de vincularse (la municipalidad) con otras instituciones del Estado para mejorar los caminos internos, para sacar la producción, mejorar las infraestructuras, que son las necesidades que la población demanda” argumentó.
Por otro lado, descartó que estos procesos sean mínimamente consultados porque son actividades que vienen orientadas desde la estructura del Ejecutivo.
“En este caso evidentemente las decisiones vienen por la pareja dictatorial a través de todos los operarios intermedios que tienen, entonces no creo que estos recursos estén legalmente sometidos al proceso de decisión que mandataba la ley, tanto de autonomía como del régimen presupuestario municipal” manifestó.
Asimismo, dijo que anteriormente, pese a que siempre ha habido errores por la vinculación del Ejecutivo con los municipios, no se conocía una experiencia similar en la que las alcaldías destinaban recursos para eventos o actividades de otras instituciones. “Imponer una agenda económica dentro del municipio para garantizar determinadas condiciones es algo que nunca se había visto” aseveró.
“Todo es parte de un circo”
La especialista hizo hincapié en el hecho de que se ha despojado total y absolutamente de la capacidad autonómica a los municipios. “No hay autonomía que valga, la han engavetado totalmente, han eliminado esa capacidad de decisión en el municipio. No hay consulta” dijo, a la vez que catalogó estas y otras actividades del régimen como espectáculos circenses.
Afirmó que lo que la dictadura hace en los municipios a través de las alcaldías es colocar tarimas, pagar fiestas y otras actividades para que la gente vea que están haciendo cosas, pero que hay muy poca capacidad de consulta y decisión de la población en los proyectos sociales que tendrían que ser ejecutados para suplir las necesidades más urgentes en cada municipio.
“Las estructuras de decisión participativa que existían antes del 2007 han sido prácticamente anuladas” enfatizó.
Según las fuentes consultadas los actos de juramentación de la “Policía Voluntaria” a lo largo y ancho del país, son parte de las medidas desesperadas de la dictadura, empujadas por el miedo y la paranoia de la pareja dictatorial. En consonancia con estas fuentes, analistas han coincidido que todo ese despliegue es parte de un show, el montaje de un teatro o circo, con un afán exhibicionista que pretende demostrar un poder que realmente no tienen, porque muchos están ahí bajo coacción.
Alcaldes sancionados son parte de la estructura del terror
Sobre la participación de los alcaldes sancionados que formaron parte del sequito que acompañó al jefe policial en el estrado, junto a mandos del Ejército y la Policía en los actos de juramentación, la experta señaló que estos son parte de la estructura de terror que se ha venido consolidando.
“Evidentemente estos alcaldes juegan un papel en el marco de la represión, son parte de esa estructura que el régimen necesita tener colocada, visible, para que la población se alinee” analizó.
Por su parte Haydeé Castillo opinó que los ediles sancionados por represores, dejaron de ser alcaldes para convertirse en “la mano derecha de la represión del régimen en un territorio”.
A su criterio, en ese contexto el concepto de alcalde desapareció porque “un alcalde o una alcaldesa es una autoridad elegida por el pueblo y que goza el aprecio y el prestigio de ese pueblo, pero que además defiende ese territorio aun de amenazas del gobierno central”. Resaltó que así funciona en cualquier parte del mundo donde impera la democracia.
Reiteró que la figura hoy distorsionada de la autoridad municipal en su conjunto, ha convertido a los alcaldes y alcaldesas bajo el control dictatorial, en “un grupo de mandamases que solo obedecen órdenes”, agregó que se ha diluido todo el concepto amplio e integral de que son autoridades para buscar el desarrollo social, económico y ambiental de sus municipios. “Estas personas prácticamente pasaron a ser miembros del aparato represivo del régimen. Creo que es la única manera en que los podés catalogar” enfatizó.
Alcaldes, territorios y parapolicías: ¿Cuál es el mensaje de la dictadura?
Retomamos la entrevista con la especialista en municipalismo, para buscar repuesta a la pregunta anterior desde su experticia. De entrada afirma que estos actos están llenos de simbolismos y que parte de ese simbolismo es demostrar poder y control en los municipios, “para que la gente tome la lección de que el mando va a estar en manos de esta gente (encapuchada) que además no tienen rostro”.
La experta considera que la dictadura apuesta, dentro de ese simbolismo, a poner unos rostros visibles y otros no visibles.
“A los juramentados como policías voluntarios les ponen la capucha en la cara porque es simbolismo del terror; pero tienen que tener figuras visibles que a nivel municipal sean vistos como parte del mando” adujo en referencia a las autoridades municipales.
Agregó que todos alcaldes, alcaldesas, concejales, concejalas y los cuerpos administrativos de las municipalidades están regidos por ese mando impuesto, lo que a la vez describió como una condición contraria al ideal de que las autoridades locales deben ser electas por la voluntad del pueblo y gobernar velando por las necesidades de la población en cada localidad en el marco de su mandato.
En tanto, Castillo, interpretó que “ellos (los dictadores) viven en una guerra permanente contra el pueblo y que necesitan alimentar esa guerra porque es lo que lo sostiene”.
Recordó que la situación de desventaja en la que está una dictadura se puede medir cuando esta se empieza a armar hasta los dientes y cuando empieza a someter y obligar a la población.
En la misma vía añadió que esa desventaja también queda en evidencia cuando un país no se distingue por avances, por ejemplo, con grandes investigaciones en temas sociales que favorezcan su crecimiento.
“El adelanto que está mostrando Nicaragua no es más que el gran temor, el pánico, cuando la dictadura sabe que no goza de ninguna legitimidad, que el pueblo no está a favor de ellos y que en cualquier momento puede ocurrir algo, porque el pueblo de Nicaragua es un pueblo impredecible, como ocurrido en diferentes momentos de la historia” advirtió.
Castillo resaltó que actualmente hay un momento muy convulso en la geopolítica internacional, y que “en ese contexto también puede pasar cualquier cosa” y por eso el régimen está dando muestras de su debilidad y de su pánico al oficializar en la Constitución fuerzas parapoliciales y paramilitares. “Se pone una gran coraza, sabiendo que por dentro prácticamente está destruido” acotó.
Algunas particularidades de los actos de juramentación
De acuerdo a información filtrada por fuentes desde algunos municipios, a las personas convocadas para formar parte de la “Policía Voluntaria” solo se les entregó la camiseta blanca y la capucha negra que serían parte de su uniforme, y se les orientó presentarse de pantalón azul oscuro y zapatos negros u oscuros.
En el caso del municipio de El Rama, cuyo acto fue la mañana del 10 de febrero, adicionalmente se les pidió llevar una pañoleta rojinegra. Al parecer, lo mismo ocurrió en Bluefields, donde las personas “voluntarias” también se presentaron con dichas pañoletas.
Onda Local tuvo acceso a parte de las orientaciones enviadas a quienes serían juramentados en El Rama:
“Buen día Compañeros. Recordar 7 am, portón 4, EPN. No llegar en Ayunas. No Llevar Bolsos, Cartera ni Gorras. Pantalón Azul Oscuro o Negro. Zapatos Oscuros. Portar Pañoletas Roja y Negra. Disciplina Ante Todo” decía un mensaje que circuló entre las personas convocadas.
La fuente que proporcionó la información también aseguró que se les prohibió tomar fotografías. Asimismo, confirmó que, entre las personas juramentadas, había personal de los ministerios de Educación y Salud, las alcaldías municipales, así como de otras instituciones públicas.
Matagalpa destacó por ser el departamento donde más policías voluntarios fueron juramentados. En total 7,000, de los cuales 2,484 fueron mujeres y 4,516 hombres según los datos de los medios de propaganda de régimen y su aparato represor.
Otra particularidad que fue notoria en la llamada perla del septentrión, fue que, a diferencia de las otras juramentaciones, en este caso hubo fotografías no oficiales que fueron tomadas desde la tarima antes de la ceremonia, cuando los nuevos parapolicías, aun no se habían puesto las capuchas. Ningún medio oficialista difundió en ninguno de los departamentos, fotografías de estas personas sin pasamontañas. Sin embargo, en el caso de Matagalpa circularon fotos no oficiales en las redes sociales.



En el acto de juramentación realizado en Siuna, pudo verse entre las personas juramentadas, algunas portando camisetas impresas con la leyenda “PV: Con la paz no se juega”, una de las consignas acuñadas por Rosario Murillo y repetida por el jefe policial en el discurso que también repitió en todos los departamentos.