Represores de la dictadura no descansaron durante la Semana Santa
- 23 Abr 2025
- 11:27 a.m.

Una vez más la Iglesia Católica tuvo que celebrar sus procesiones y otras actividades religiosas a lo interno de los templos, pese a la prohibición y el hostigamiento, la feligresía acudió masivamente a las actividades propias de la Semana Santa. • Foto: Arquidiócesis de Managua
La represión en todas sus formas, es hoy por hoy, una de las principales armas de la dictadura Ortega Murillo para sostenerse en el poder, por ello el régimen no cesó su escalada represiva y por el contrario mantuvo activa su estrategia persecutoria, incluso durante la Semana Santa.
De acuerdo a la organización Monitoreo Azul y Blanco, entre el 14 y el 20 de abril, se documentaron 20 violaciones de derechos humanos en cinco departamentos del país (Managua, Matagalpa, León, Granada y Chinandega).
Entre las acciones represivas la organización documentó seis casos de hostigamientos, seis de control territorial, cinco amenazas, cuatro destierros de facto y dos detenciones arbitrarias.
La organización también logró documentar un caso de malos tratos y torturas y un caso de confiscación de propiedad, además de la negativa de renovación de licencia profesional a un abogado.
Asimismo, informó que las principales víctimas de la represión dictatorial siguen siendo personas expresas políticas, líderes religiosos tanto de la iglesia católica como evangélica, personas percibidas como opositoras y miembros de partidos políticos, familiares de estos, además de la ciudadanía en general.
La iglesia católica fue una de las principales víctimas de la represión de la dictadura Ortega Murillo. Esta permaneció bajo extrema vigilancia policial y amenazas, tras la prohibición de las procesiones y ritos propios de la conmemoración de la pasión y muerte de Jesús.
Continuó el destierro de facto
Durante la Semana Santa cuatro nicaragüenses fueron impedidos de retornar a su propio país, dos de ellos sacerdotes, según informó el Monitoreo Azul y Blanco. Uno de los religiosos condenado al destierro, fue identificado como Jalder Hernández de la arquidiócesis de Managua, Masaya y Carazo.
De acuerdo a la información divulgada por la organización el nombre del otro religioso impedido de ingresar al país el miércoles 16 de abril, no fue revelado. El observatorio también documentó la prohibición de ingreso al país de otras dos personas, una el mismo miércoles 16 y otra el viernes 18.
Desde abril de 2018, el régimen autócrata que usurpa el poder en Nicaragua, se ha mantenido en el poder a través del uso de la fuerza, la represión y la sistemática violación a los derechos humanos, la que incluye la comisión de crímenes de lesa humanidad documentados por organismos internacionales. El aparato represor de la dictadura no descansa ni siquiera en los días que la población dedica a la meditación, reflexión y la recreación.