¿Diálogo entre quiénes?

Sábado 21 de abril. Han transcurrido cinco días de protesta ciudadana que han dejado once muertos a manos de grupos afines al gobierno y policías antimotines en Nicaragua.

Daniel Ortega aparece por primera vez en público, acompañado de los jefes policiales Aminta Granera y Francisco Díaz; Julio César Avilés, jefe del Ejército de Nicaragua; Marcia Ramírez Ministra de la Familia; Julia Mena ex alcaldesa de Granada y otras funcionarias públicas, además de su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

Ortega afirmó que las protesta han sido organizadas por pandilleros, dirigidos por la derecha y que hay manipulación en la redes. “Son delincuentes, los que han sido detenidos son miembros de pandillas, están criminalizando la protesta... quieren destruir la imagen de Nicaragua, porque la imagen de Nicaragua es de guerra y de muerte”. Pero no dijo ni una palabra de los muertos ni los cientos de heridos que se han dado, tampoco de la represión que mantiene la policía contra la prensa independiente y la ciudadanía.

Ratificó que quiere retomar el diálogo. “Ya le hemos respondido (al COSEP) que ya están listo, que el primer tema que se aborde es el del seguro, si hay que hacerle uno nuevo, lo importante es que logremos sacar ese acuerdo por consenso”.

El presidente del COSEP, José Adán Aguerri, había propuesto a Ortega dialogar, y anunció una marcha del sector privado para el lunes a las tres de la tarde. La vicepresidenta anunció en sus medios oficialistas que Ortega aceptaba discutir las reformas al INSS. “No es una propuesta concluida” dijo Murillo sin recordar que la reforma ya fue mandada a publicar en La Gaceta, Diario Oficial.

Murillo tampoco se refirió a los muertos y la represión que se ha generado. Por el contrario, horas después, el Gobierno envió tropas del Ejército a Estelí.

Mientras el largo discurso de Ortega ocurría, universitarios refugiados en la Universidad Politécnica de Nicaragua, UPOLI, evidencian la represión que enfrentan mostrando los casquillos de AK que les lanzó la policía.

“Esta rebelión trasciende diálogo con el Cosep. Es por libertad y democracia”, expresó la poeta Gioconda Belli en su cuenta de twitter. Muchos concuerdan en que no puede haber diálogo sin la presencia de las voces de los jóvenes y de todo el pueblo y que la agenda no es únicamente para abordar las reformas del INSS.  

Mildred Largaespada, periodista, también es de la posición que son las y los universitarios, los jóvenes quienes deben decidir con quiénes dialogar. “No es el gobierno quien llama al diálogo. Son los universitarios quienes le ofrecen diálogo. Cuando callen las balas, cuando dejen de dispararles”.

El también periodista Carlos Fernando Chamorro propone cuatro soluciones para enfrentar la crisis nacional: 1) Que cese la represión paramilitar y policial 2) La salida inmediata de los jefes policiales Aminta Granera y Francisco Díaz 3) La derogación del decreto 03-2018 del “paquetazo” INSS y 4) Diálogo nacional sobre INSS, no misa negra.

También se menciona mucho en las redes sociales, la necesidad de procesar a Roberto Rivas.

Humberto Meza, politólogo y periodista nicaragüense, plantea tres escenarios para el debate:

Escenario 1.- “El Gobierno cede a las presiones sociales y llama a un diálogo amplio y restricto”. Asegura que cualquier posibilidad de conversación con el gobierno debe pasar, obligatoriamente, por una extensa lista de condiciones para que el país recupere la estabilidad perdida. Ortega debe retractarse y suspender el Decreto 03-2018. Su legitimidad está por los suelos y todos los sectores sociales, comenzando por los obispos católicos no tienen por qué creerle. Tener seguridad que no se van a criminalizar las protestas estudiantiles ni ambientales, que tendremos justicias por las muertes del 19 y 20 de abril, que se realizarán reformas institucionales alrededor de las elecciones, la institucionalización de los derechos de las mujeres, la descentralización de los medios y una serie de daños causados por su gestión deben ser reparados.

Escenario 2.- “El Gobierno no cede ni un centímetro y aumenta la represión”. A juzgar por las últimas alocuciones de la vice-presidenta, el gobierno es a la que más apuesta. En estos últimos días se ha visto las más lamentables consecuencias, vidas valiosas perdidas. “Reconstruir una sociedad sobre estos escombros en un futuro próximo no será tarea fácil y los costos sociales y económicos los pagaremos por muchos años más”.

Escenario 3.- “La rebelión llega a un pico tan alto que obliga al Gobierno a caer”. Es un escenario traumático y triste para una democracia tan joven y vilipendiada como la nuestra. “El trauma será duro, y estamos exigidos a tener la capacidad de que al llenar ese vacío futuro, no podemos ni repetir sus vicios ni ceder a posiciones retrógradas o recetas probadas en otras años, con consecuencias que no queremos repetir… Con un orteguismo derrotado, no podemos ni deberíamos ser revanchistas sobre trabajadores de medio y bajo escalón que sólo obedecían órdenes con temor a perder su empleo. La tarea moral es alta y la reconstrucción de un país devastado postergará nuestro futuro por más tiempo. Ya aprendimos esa historia”.

Crédito foto de portada: Carlos Herrera/Confidencial.

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