La verdadera diabla anda suelta en Nicaragua
- 29 Dic 2023
- 9:00 a.m.
Rosario Murillo, dictadora nicaragüense y responsable de crímenes de lesa humanidad, anda suelta. El 26 de diciembre destiló su odio contra integrantes de la iglesia católica.
“La fe es atributo, es virtud, es valor, es cualidad, indispensable en la vida de las familias nicaragüenses. Y la fe es muy personal. No se puede mandatar, no se puede ordenar tener fe. No se puede uno atribuir el dominio o la propiedad sobre la fe. No hay propietarios de la fe”, aseguró.
Añadió: “Y lo más ridículo, lo más divertido, es que hay quienes con palabras, sentimientos y pensamientos diabólicos hablan de fe. Los verdaderos diablos son los que tocaban las campanas para mandar a matar a nuestro pueblo. Los verdaderos diablos son los que andaban sembrando odio y hablando en nombre de Cristo... que increíble”
“Los verdaderos diablos son los que no toleran el amor, porque es la fuerza más poderosa que existe”, agregó Murillo.
Rosario Murillo no tiene paz y destila odio
¡Increíble, verdad!, leer esas palabras de una “vicepresidenta”. Pero, de Rosario Murillo, se puede esperar cualquier cosa. Su odio es más fuerte que el amor que dice predicar. Ella y quienes la rodean, lo saben.
Las declaraciones de Murillo ocurren después que la Policía detuvo al obispo de la Diócesis de Siuna, Isidora Mora, el 20 de diciembre de 2023. Un día antes, el obispo participó en una misa por el 99 aniversario de la Diócesis de Matagalpa, cuyo obispo, Rolando Álvarez, permanece en prisión por razones políticas.
Al inicio de la homilía, Mora mencionó a Álvarez: “Estamos aquí orando por la Diócesis de Matagalpa, orando por Monseñor Rolando, orando por el caminar”.
En vísperas de navidad fueron detenidos los sacerdotes Óscar Escoto y Jader Guido, quienes fueron liberados posteriormente, informó Mosaico.
“Poco antes de la medianoche del 24 de diciembre, fue confirmada la liberación del sacerdote Jader Guido, segundo vicario de la catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, tras casi 12 horas de detención. Su pecado: elevar plegarias por el obispo de la Diócesis, monseñor Rolando Álvarez”, menciona la publicación.
El medio digital señala que monseñor Óscar Escoto Salgado fue secuestrado por policías y civiles armados la noche del 21 de diciembre, liberado la mañana del 22 y retenido nuevamente la noche del 22 para trasladarlo a Managua. También fue dejado en libertad en la víspera de nochebuena.
Dos días después del discurso de odio de Rosario Murillo, la Policía detuvo a Carlos Avilés, Vicario General de Managua. La tarde del 28 de diciembre, también fue detenido el sacerdote Héctor Treminio, tesorero de la Arquidiócesis de Managua y párroco de la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, Managua.
La verdadera diabla anda suelta. Su historial de violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Nicaragua sigue impune.