Niños, niñas y comunidades preparados ante desastres

Jonathan Stalin Araúz tiene 11 años, él junto a otros 58 niños y niñas de quinto y sexto grado- de las escuelas de El Chile, El Venado 1 y 2- participó en la Caravana de la Rana, una actividad en la cual jugando y de forma divertida los niños y niñas aprenden sobre la prevención de riesgos como parte del proyecto  “Comunidades resilentes ante el riesgo de desastre y cambio climático”, ejecutado por el Instituto de Investigación y desarrollo Nitlapan-UCA, con  el apoyo de la Agencia de Cooperación Suiza (Cosude RRD).

“Esta actividad ha estado muy buena jugamos, nos divertimos y aprendimos de los riesgos de los temblores, terremotos, deslaves e inundaciones. Me gustó la Caravana de la Rana y aprendí que es importante hacer un plan de emergencia en la casa que sea para todos adultos y niños”, expresó Jonathan.

Es la primera vez que se utiliza este método de enseñanza en una escuela de Nicaragua, aseguró Fabiola Padilla, ex becaria de Japón en el curso control de desastre, el objetivo fundamental es que los niños y niñas tengan los conocimientos necesarios al momento de un desastre que les permita conservar su vida.

“Se realizan diez juegos que van desde la rayuela del conocimiento hasta apagar fuego, cuenta cuento que le permite a los niños conocer qué no deben hacer al momento de un desastre y lo más interesante es que jugando, participando, jamás olvidamos lo que aprendemos”, dijo Padilla.

Freydi Saraí Tinoco de la comunidad El Venado #2 aseguró que lo aprendido no se le  olvidará pues ella sabe que en su comunidad hay riesgo de deslaves y ahora aprendió que si hay un deslave deberá alejarse de esa zona.

“Debemos irnos lejos de donde está el cerro y si es en las inundaciones no debemos estar cerca de los ríos o quebradas y evitar cargar cosas que nos hagan correr riesgos y no sean útiles”, dijo la niña de 10 años, estudiante de quinto grado.

Organizarse y apagar conatos de incendios aprendieron los niños de las comunidades El Chile, El Venado #1 y #2.

Los padres asistentes a la actividad como Marelly Vallecillo, de 27 años, habitante de la comunidad El Venado, que ala vez es coordinadora del Comité Local de Prvención de Desastre (Colopred), señalaron la importancia de actividades que estén dirigidas a los niños y niñas en este tema. 

“Nosotros con el Colopred hemos tenido capacitaciones y conocemos los riesgos que tenemos de deslave, inundación, sequías y tornados que levantan las láminas de zinc pero no se toma en cuenta a los niños y niñas es por eso que actividades como está permiten que los niños y niñas tengan esa capacidad para medir los riesgos y que puedan prevenir e incluso prestar ayuda en caso de emergencia, porque nosotros hacemos simulacros, pero con esta actividad los niños se sienten parte y saben qué hacer porque al momento de un desastre ellos también se ven afectados”, expresó la señora Vallecillo.

Prioridad mujeres y niños

Mujeres y adolescentes participaron activamente en la capacitación de traslado por medio de cuerdas en el río El Quebradón.

“Si bien el proyecto está enfocado a la comunidad en general tiene un énfasis especial en las mujeres, los niños, niñas y adolescentes porque son quienes permanecen en los hogares en las quince comunidades de Santa María de Pantasma y Wiwili donde se está ejecutando el mismo”, destacó Carlos Guerrero, coordinador técnico por parte de Nitlapan-UCA, del Proyecto Comunidades Resilentes ante Riesgo de Desastre y Cambio Climático.

Las jornadas de capacitación del proyecto están dirigidas a las Brigadas Locales de Respuesta (Brilor) así como a los Colopred en temas como incendios forestales, primeros auxilios, traslado de personas vía área, esta última actividad se realizó en el río El Quebradón donde cada año las personas habitantes del barrio El Chorizo quedan incomunicadas con la amenaza de deslave en el cerro cercano.

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