Resplandores de abril No V
- 22 Oct 2018
- 2:58 p.m.
La ocupación orteguista de las rotondas solo causa malestar y rechazo a la dictadura
Se equivoca la dictadura al ocupar las rotondas. Antes tuvieron un efecto propagandístico, creen que todavía lo tiene y ahí está el error. Nicaragua cambió el 19 de abri, hace seis meses. Los Ortega-Murillo no han recuperado las calles, las toman, como un ejército de ocupación, como los nazis en casi toda Europa. Esas banderas rojinegras que ondean empleados públicos o gente pobre que buscar ganarse C$200.00 al día, ponen de manifiesto a un gobierno sin legitimidad, desprestigiado, necesitado de credibilidad y desesperado por tener algún apoyo popular, pero a rotondazo limpio no lo van a lograr, en realidad, con nada podrán, ya es tarde para eso, ya están derrotados estratégicamente. Solo falta la salida.
Pronto comenzarán a resquebrajarse. Esas acciones forzadas solo concitan desprecio y rechazo. Hasta las canciones que ponen, algunas similares a las que escuchamos en las marchas azul y blanco, se oyen falsas, vacías, manoseadas y ensangrentadas. Se percibe la perversidad en todo esto, el mal presente en esas rotondas tomadas militarmente por el régimen. Cientos de policías les dan “seguridad” a los rotonderos, cuyo número disminuye cada día.
El rotondeo solo nos hace recordar al régimen nefasto. Cuando paso por una de las rotondas, ni los volteo a ver, el desprecio va incluido en mi indiferencia. A veces siento lástima por esos empleados públicos obligados a servir a un gobierno funesto que no quieren, pero al que no se atreven a cortar por varias razones, siendo la más importante el empleo, también el temor a la represión. Los he visto tiritando de frío en la cumbre de la rotonda El Güegüense. Ahora les pusieron toldos. El efecto es totalmente contraproducente. El rechazo de la ciudadanía es percibido por los rotonderos, algunos de los cuales resienten que haya gente que les gritan “sapos”. Ocupar las rotondas solo le genera más desprecio al orteguismo.
El grito de "¡Libertad!" retumbó en la catedral
Me vestí de azul y blanco. Llegamos temprano a catedral con mi papá. Por ahora no solo lo acompañaba como todos los domingos, sino que también iba por mi cuenta, pues se trataba de una misa por la libertad de las personas prisioneras políticas. Estábamos en la tercera banca del extremo derecho, frente al púlpito. A mi derecha estaba mi papá y al lado de él, una pareja, tenían candelas –más tarde sacarían una bandera azul y blanco y entonces los sentí como hermanos-- y le pedí una a la muchacha. Encenderla, fue como un acto mágico. Por millones de años la humanidad se ha reunido junto al fuego para saber de su pasado y vislumbrar su futuro. Viendo fijamente la llama, pensé en los chavalos muertos, nuestros muertos, en todo ese tesoro invaluable que perdimos, y en el compromiso inclaudicable que tenemos con ellos, pensé en los presos y presas, en Edwin, Levis, Victoria y Yaritza, y en Irlanda, en los campesinos Víctor, Pedro y Medardo. Quería llorar.
El momento más fuerte llegaría inmediatamente después de misa, cuando decenas de personas avanzaron desde atrás hacia la parte delantera de catedral y comenzaron a corear consignas, sobre todo, “Libertad, Libertad, Libertad”. La acústica de catedral es formidable. Parecían las voces de decenas de miles de personas. Agité mi brazo derecho y grité “libertad”. En una de esas se me entrecortó la voz. Estaba emocionado. ¿Quién no lo estaba? No hemos marchado en los últimos días, pero ahí estuvimos juntos, en comunión con el objetivo de que la dictadura se vaya y que construyamos una sociedad en libertad, democracia, justicia, institucionalidad y respeto a los derechos humanos. ¡Libertad, libertad, libertad... ¡Qué resonancia la de catedral.
Un médico deshumanizado
“Hay que succionarle el cerebro para que quede inutilizado, porque de todas maneras este estúpido no sirve para nada”. Así se expresó Cáceres, un neurocirujano del Hospital Lenín Fonseca, de un universitario herido que estaba en el quirófano. El urólogo José Luis Borgen pidió que sancionaran el de la actitud criminal, pero más bien lo corrieron a él.
¿Cómo surgió la protesta del Pico Rojo?
Sin poder disimular su molestia con la prisionera, el interrogador le preguntó con grosera voz: --¿A qué asociación pertenecés?-- Y "La China" Marlen Chow respondió: --A la Asociación de Mujeres del Pico Rojo--. La genialidad de Marlen salió a luz y en horas se convirtió en una sensación en Nicaragua y en todo el mundo.
Prohibido andar con el Pico Rojo
Le salió el tiro por la culata a la Policía con su comunicado que exige solicitar permiso para poder andar con el pico rojo. Decenas de miles de mujeres y hombres de todas las edades iniciaron una larga fila una hora después de la nota de prensa de esta institución y al mediodía los solicitantes de autorización llegaban a ENEL, una hora después, a Plaza España, y una hora más, a El Carmen. En realidad la gente que estaba en la fila no esperó la autorización, pues todos los que estaban en la gigantesca cola, absolutamente todos, se habían pintado los labios y exhibían sus picos rojos ante periodistas nacionales y extranjeros que los fotografiaban y filmaban. La familia Ortega-Murillo se alarmó cuando fue enterada por los guardias que defienden las entradas a este reparto semi selladas por tranques de piedra cantera, que la gigantesca columna estaba en las inmediaciones del refugio de los dictadores. (Por supuesto, esto es un poco de ironía).
Una victoria política del pueblo de Nicaragua
Para qué, hay que admitirlo, la brutal represión de la dictadura orteguista la mañana del domingo y el hecho de que impidieron que se realizara la marcha prevista, nos hizo sentir terribles, sin embargo, al fin de cuentas, el resultado es totalmente negativo para los Ortega-Murillo, porque la reacción internacional fue tremenda, hasta la ONU se pronunció y los déspotas continuaron hundiéndose en el mayor de los descréditos. Pese a que habían decidido judicializar a 30 de las 38 personas que habían hecho prisioneras, no pudieron, tuvieron que liberarlas a todas, excepto a un joven de Boaco, Enrique Artiles Tablada. Esto fue una victoria de la ciudadanía en resistencia pacífica.
Después se empezaron a conocer los testimonios de quienes habían sido hechos prisioneros(as), sobre las condiciones antihigiénicas de las mazmorras de El Chipote, el tratamiento cruel e inhumano, como los implacables y amenazantes interrogatorios y haber desnudado a los reos, la declaración honesta y consecuente del Sr. Blandino pidiéndole a su hija Xiomara --cómplice de la dictadura-- que no interviniera por él; y los testimonios sobre cómo las voces de las mujeres prisioneras se hicieron oír como casi nunca se había escuchado en El Chipote. Y luego llegó, como corolario, "El pico rojo" ideado por Marlen Chow, que se viralizó internacionalmente. Lo mejor ha sido el humor: Los "comunicados" de la Policía y de Rosario Murillo, prohibiendo pintarse los labios de rojo y el anuncio de las sanciones, incluyendo cárcel. Ha sido una victoria política del pueblo de Nicaragua.
Nostalgia de Marchas
Amanecí con nostalgia de las marchas. En cada una de las cuatro vueltas que doy en la Colonia del Periodista iba recordando las marchas en las que participé, no con precisión, porque unas se me enredaban con otras. El recuerdo me trajo esa sensación rica, sabrosa, placentera, de ir en una marcha como parte de una ciudadanía protagonista de su historia, siendo uno mismo con sus ideales y convicciones y sintiéndose hermano de quienes nos dimos citas en las manifestaciones.
Prisioneros políticos es un nieto del legendario Tobías Gadea, de Estelí
Tobías Gadea Medina era una leyenda en Estelí y todas Las Segovias. Luchó contra la dictadura somocista junto a Carlos Fonseca, fundador del FSLN. Varias veces lo tuvo preso la temida Oficina de Seguridad Nacional (OSN) de la dictadura. Hoy, su nieto del mismo nombre, Tobías Gadea, de 19 años, sigue sus pasos, pues lucha contra otra dictadura, la orteguista, y a su corta edad ya tiene su primera carceleada. Espero que no sea necesario ni una más. Él es uno de los presos políticos del régimen. Lo capturaron por intentar ejercer su derecho a la protesta marchando por las calles de Estelí.
Dictadura Orteguista frustrada y desesperada
Lo de hoy es una imagen viva de la frustración y desesperación de la dictadura, la cual no pudo detener el ímpetu de un pueblo, ni mandándolo a matar (más de 400 muertos y más de dos mil heridos). Ahora, reorganizado el régimen, con su policía, sus antimotines, sus paramilitares y sus turbas, ha creado un gigantesco dispositivo con estas cuatro fuerzas. Hoy llegaron muy temprano, militarizaron la zona y no dejaron que se reuniera una multitud de personas, sino que atacaron a un núcleo pequeño, tempranero, que se había ubicado por el supermercado La Colonia del centro comercial Camino de Oriente. Mientras unos rodearon la zona, otros pasaban una y otra vez en sus camionetas con numerosos paramilitares de negro, lanzaron bombas aturdidoras, gritaban, amenazaban y finalmente se lanzaron al asalto y secuestraron a unas 25 personas, entre ellas dirigentes del MRS y del Movimiento por Nicaragua.
A varios los arrastraron sin clemencia por el adoquinado de las calles de Camino de Oriente. Incluso capturaron personas de la tercera edad como doña Alba Aragón --viuda del Dr. Danilo Aguirre Solís y mamá del escritor Erick Aguirre--, Lídice Sotomayor, esposa del colega William Roiz Murillo-- y Ramiro Lacayo, cineasta, pintor y escritor. Utilizaron microbusitos que tienen una reja metálico adentro, como pequeñas "zarandas" y a otros los montaron en sus camionetas que seguramente también fueron parte de las asesinas caravanas Hilux de paramilitares armados hasta los dientes. Mientras, en la pequeñita rotonda frente al Hospital Central y en la Rubén Darío, los rotonderos oficialistas agitaban disciplicentemente sus banderas y alguno que otro bailaba la canción del comandante Zekeda. Siempre hay una táctica para responder a otra, la cuestión es identificarla y ponerla en ejecución cuanto antes para que no les sean arrebatadas las calles al pueblo.